DEVOCIONAL RÍOS DE LA CRUZ
¿CUÁNDO PUDISTE? Mi Pastor, el Rev. Jaime Rodríguez, se trasladaba en su pequeño auto cuando, de pronto, advirtió señales en un cruce ferroviario. Se detuvo a pocos metros de la línea, y vio pasar entonces, delante de él, a una pequeña locomotora; tiraba tras de sí de una larga hilera de vagones. El Pastor, en un ejercicio de distracción, los comenzó a contar; cuando llegó a veinte se asombró mucho, y dijo para sí: “¡¿Cómo es posible que una locomotora tan pequeña mueva tantos vagones?!”... Haga clic para seguir leyendo.
EL VERDADERO SECRETO DE LA PROSPERIDAD. El Dios de los cielos apareció a Isaac y le dijo: "No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré (…). Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre (…). Habitó, pues, Isaac en Gerar (…). Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová (Gn. 26: 2b, 3, 6, 12)". No fue la calidad de la semilla que sembraron los labriegos de Isaac, ni la fertilidad de la tierra, o la bondad del clima; fue la obediencia de aquel hijo de Abraham lo que trajo aquella gran prosperidad... Haga clic para seguir leyendo.
A LAS PUERTAS DEL NUEVO AÑO. La escritora Anne Lamott afirmó: «Perdonar es renunciar a toda esperanza de tener un pasado mejor». Atendía, al decirlo, a una de las áreas más complejas a la hora de perdonar; tiene que ver con el perdonarnos a nosotros mismos. Divorcios, desamparos familiares, traiciones de amigos, promociones retenidas, enfermedades penosas, lejanías, pérdidas; todas gravitan como fardos inamovibles que arrastramos, que se resisten a ser borrados de los archivos donde guardamos los más tristes recuerdos. Pero los fracasos y su sentido de culpa inherente, Dios los olvidó... Haga clic para seguir leyendo.
ERA NECESARIO... «...Es necesario que comparezcas ante Cesar» (Hch. 27:24). Así dijo el ángel al apóstol Pablo. Muchos suponen que algo así, tan en la voluntad de Dios, debe fluir con facilidades. «Pablo, el heraldo de la fe, traspuesto, como lo fue Felipe (Hch. 8:39), aparece de pronto en la corte, ante el César, para luego desaparecer en invisible regreso». Pudo ser. «Pablo invitado a Italia por un amigo influyente que le desbroza el camino rumbo al trono, donde debe hablar». Pudo ser. Ni lo uno ni lo otro. Pablo entrará a Roma en cadenas, entre miserables condenados... Haga clic para seguir leyendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.