«…y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios» (Ef. 3: 19).
A nadie le importa lo que piensas. Llénate de Dios.
A nadie le importa lo que sabes. Llénate de Dios.
A nadie le importa lo que sufres. Llénate de Dios.
A nadie le importa lo que haces. Llénate de Dios.
A nadie le importa dónde vives. Llénate de Dios.
A nadie le importa dónde mueres. Llénate de Dios.
A nadie le importa, a nadie. Llénate de Dios.
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