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jueves, 31 de marzo de 2022

¿A quién le doy el trabajo, al que tiene la necesidad económica o al que tiene el don?

Cuando imparto la asignatura «eclesiología» en los institutos bíblicos, advierto cierta desorientación cuando hago la pregunta: «¿A quién le doy el trabajo, al que tiene la necesidad económica o al que tiene el don?». La respuesta depende del ámbito en que deba decidirse el asunto. Si es en el mundo, Robin Williams nos dejó un gran ejemplo: en el contexto de cada filmación que hacía solicitaba a la compañía productora que contratara a no menos de diez vagabundos a fin de darles trabajo. Se sabe que en toda su carrera ayudó a cerca de 1.520 personas sin trabajo ni hogar. Eso está bien. La iglesia, pese a que parezca extraño afirmarlo, no funciona así. En el diseño de lo que la Biblia llama el Cuerpo de Cristo en la tierra el trabajo lo hace el que tiene el don.

Si de diaconado se trata: “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo” (Hch. 6: 3). Los requisitos para servir a las mesas, no tenían que ver con la economía de los que lo harían sino con el equipamiento espiritual que les capacitaría para hacerlo.

El capítulo 12 de Romanos, versículos 4 al 8, es suficientemente claro acerca de esto:

 

Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría. 

 

Como se lee en esas palabras «servir», cuando de la iglesia se trata, tiene que ver con un don del cielo, una gracia que viene de lo alto, y que ha sido puesta por el Espíritu para darle orden y funcionalidad a la grey.

El Arca del pacto la transportaban no los más fuertes o necesitados de sostén, sino aquellos comisionados por Dios para hacerlo: “En aquel tiempo apartó Jehová la tribu de Leví para que llevase el arca del pacto de Jehová, para que estuviese delante de Jehová para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy” (Dt. 10: 8).

No se trata con esto de seguir una disposición arbitraria o ceremonial. Es que no seguir el orden de Dios trae consecuencias. Se reflejan en las palabras de David:

 

Y llamó David a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab, y les dijo: Vosotros que sois los principales padres de las familias de los levitas, santificaos, vosotros y vuestros hermanos, y pasad el arca de Jehová Dios de Israel al lugar que le he preparado; pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza. Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca de Jehová Dios de Israel. Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la palabra de Jehová (I Cr. 15: 11-15).

 

Cristianos idóneos, dotados y llamados por Dios deben de realizar las cotidianidades de la iglesia: limpieza del templo, recogida y lavado de cortinas y tapetes, limpieza de los ventiladores y medios de audio, o compra y movimiento de los elementos de la Santa Cena. Claro que puede dársele un apoyo económico según la dirección de la iglesia lo entienda, pero la elección de los que harán tales funciones jamás se hará en la Obra de Dios basados en la existencia de hermanos necesitados a los que se busca suplir de alguna finanza al tiempo que sirven. Eso no es correcto, puede desagradar al Señor, y en ocasiones apagar al Espíritu si la tal persona quebranta la santidad de Dios.

El trabajo en la iglesia no se le da al que tiene la necesidad económica sino al que tiene el don. Eso es lo bíblico.



miércoles, 30 de marzo de 2022

To honor You

«To honor You». Oaks Worship-Oaks Church.

This is how they interpreted it during the centennial celebration of the Assemblies of God in Springfield, MO., United States, August 2014. There we were. How to forget it.

 

// To honor You my King. //

// Para honrarte mi Rey. //

I live my life to honor You, my King.

Vivo mi vida para honrarte mi Rey.

 

 

Highest praise, song of adoration.

Alabanza máxima, canto de adoración.

Humble knees are bowing,

Rodillas humildes se doblan,

grateful heart respond.

corazón agradecido responde.

 

 

Hand upraised,

Mano levantada,

shouts of acclamation.

gritos de aclamación.

Endless hallelujahs,

Aleluyas interminables,

praises to the One.

alabanzas al Uno.

 

 

// To worship at Your feet. //

// Para adorar a tus pies. //

// I bow my heart and worship at

 Your feet. //

// Inclino mi corazón y adoro a tus pies. //

 

 

Highest praise, song of adoration

Alabanza máxima, canto de adoración.

Humble knees are bowing,

Humildes rodillas se doblan,

grateful heart respond.

corazón agradecido responde.

 

 

// Hand upraised,

// Mano levantada,

shouts of acclamation.

gritos de aclamación.

Endless hallelujahs,

Aleluyas interminables,

praises to the One. //

alabanzas al Uno. //

 

 

Jesus, Jesus.

Jesús, Jesús.

Every knee will bow.

Toda rodilla se doblará.

Every tongue confesses.

Toda lengua confiesa.

 

 

We want nothing more.

No queremos nada más.

We want nothing less.

No queremos nada menos.



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martes, 29 de marzo de 2022

Dios es el único soberano

Judas, capítulo único, versículo 4, llama a Dios “el único soberano”. Primera de Timoteo 6: 15, llama a Jesús el “solo soberano”. “Único soberano”, “solo soberano”. ¿Por qué?

Sabe, el promedio de los cristianos no tiene un entendimiento claro de qué significa que Dios sea el único soberano. Quizá un buen camino para empezar a comprenderlo pase por el punto de convenir que ninguna persona es completamente libre. Los humanos, los ángeles y esos extraños y repulsivos seres que no se sabe, bíblicamente hablando, de dónde salieron, y que son los demonios, tienen límites de libertad y no es necesario argumentarlo; se comprende fácilmente. En el caso de los humanos, cuando lo olvidamos una simple señal de tránsito nos recuerda que estamos regulados. Desde esta perspectiva solo Dios es libre. Sus parámetros de comportamiento están autodeterminados.

En segundo lugar, soberanía implica los conceptos de autoridad y gobierno. Persona alguna o país puede ufanarse de tenerla en una forma plena. Los más poderosos de la tierra tienen radios de acción limitados por los intereses de otros que son, a la par, tan poderosos. Los estados sufren contrapesos de otros estados, y deben balancear cuidadosamente sus estrategias internacionales. Solo Dios es soberano. Quizá cobré consciencia clara del asunto leyendo las obras de A. W. Tozer. El 16 de julio de 1998 me llegó desde Puerto Rico El conocimiento del Dios santo, como regalo de amor de mis entrañables hermanos en la fe, Andrés y Lucy Negrón. Se trataba de un pequeño libro que se entronizó en mi atención como toda una joya del tema. Allí se leía:

 

La soberanía de Dios es el atributo por el cual Él gobierna toda su creación, y para ser soberano Dios debe ser omnisciente, todopoderoso y absolutamente libre. Estas son las razones: si hubiese al menos un solo dato de conocimiento desconocido para Dios, por pequeño que fuera, su dominio quedaría quebrantado en ese punto. Para que Él sea Señor de toda la creación, es necesario que posea todo el conocimiento. Y si a Dios le faltase una cantidad infinitamente pequeña de poder, esa falta terminaría su reino y acabaría con su reinado; ese único átomo descarriado de poder le pertenecería a otro, y Dios sería un gobernante limitado, por lo que no sería el soberano (1).

 

Dios es el único soberano. Lo puede todo, y no hay algo que sea imposible para Él. Lo gobierna todo, arriba en el cielo y abajo en la tierra. Lo sabe todo, cada pensamiento escondido, cada memoria guardada. «¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?» (Sal. 139: 7).

Reunámonos hoy, en el espíritu de Primera de Timoteo 6: 16, y adoremos unidos al «único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén». 

 

 

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A. W. Tozer. El conocimiento del Dios santo. Miami: Vida, p. 119.



lunes, 28 de marzo de 2022

Josué Valdivia Yanes, con el Señor


Temprano se nos adelanta, en el Señor, nuestro inolvidable hermano, Josué Valdivia Yanes. Vino como bendición a la vida el 29 agosto de 1976. Creció con sus tres hermanos como hijo menor de los Pastores Dagoberto Valdivia y Élsida Yanes. Su infancia quedó trazada en las memorias del Rev. Moisés Pupo Domínguez, que cuenta:

 

Recuerdo haber visto a un niño llegar a la iglesia que pastoreaba mi papá [Rev. Antonio Pupo] en La Habana [Iglesia de Jesucristo libre en El Rosario]. Claro está, junto al resto de la familia, su mamá y sus hermanos. Era el más pequeño. Como es normal de todos los niños era juguetón, travieso, y quería estar con los más grandes. Entre estos más grandes se encontraban Evimael y su hermano Roberto (Tito), José Luis y yo. ¡Por supuesto, no queríamos tener que cuidar al más pequeño de la manada!, pero ahí estaba. Al pasar los años y sentarnos a conversar me confesaba sus travesuras y andanzas propias de los niños que corren y juegan por las calles de un barrio tan conocido de la ciudad, como lo es El Rosario. El tiempo pasa, y muy rápido; de pronto era un adolescente y después un joven. Lo vi sentarse por primera vez frente a una batería y dar sus primeros “palos”; participar en los grupos de alabanza, en los dramas navideños y en cualquier otra actividad que se desarrollara. Al final se convertiría en el baterista oficial de la congregación, compartiendo con otros músicos de aquellos tiempos, como Alexis León, Abraham Pupo y yo, entre otros. Recuerdo verle iniciarse como chofer, lo mismo de la bicicleta (por donde todos empezamos), que de los camiones, buses y vehículos livianos (…).

Se casa y forma una familia, con su esposa y sus dos hijas (…). Siendo ya todos adultos jóvenes y con familias, un determinado día lo llamo a mi oficina. Trabajábamos en la Facultad de Estudios Superiores de las Asambleas de Dios (FATES) (...), y le propongo venir a trabajar para las oficinas (…), como chofer principal del bus. Muchos recordarán ese Liaz, que nos dio tantos dolores de cabeza, a principios de 2000. De ahí una aventura tras otra, días y noches en las carreteras para llegar y dar talleres, seminarios, reuniones y otras muchas actividades. Siempre dispuesto a mantener en orden aquel monstruo rodante, su overol muchas veces se llenó de grasa para poder poner en marcha aquel bus. Juntos disfrutamos los campos y ciudades de nuestra patria, conociendo y relacionándonos con muchos hermanos, que se convertirían en sus amigos y compañeros. Hoy muchos de ellos dirigen la obra nacional de las Asambleas de Dios, otros se han ido a otros lugares o a las moradas celestiales.

Él seguiría en su labor de servir hasta sus últimos suspiros. Tengo el gusto de haber compartido con él, por última vez, en el año 2019, en el marco de la celebración de los ochenta años de Educación Cristiana en Cuba. Allí estuvo presente. Cada vez que yo visitaba la isla no dejábamos de encontrarnos para conversar, recordar, compartir y reírnos de las peripecias por las que habíamos pasado juntos. Ese era el momento de las confesiones y del reconocimiento de la ayuda mutua. Así era Josué Valdivia Yanes. Recuerdo haber tenido una última conversación en el mes de diciembre de 2021, para saber cómo estaba. Mostró su firmeza y esperanza de que el Señor extendiera su mano de misericordia sobre él. Llegue a toda su familia un abrazo fraterno.

 

El hermano Josué Valdivia Yanes nos dejó una vida de servicio. Mi esposa, la Revda. Elízabeth de la Cruz de Ríos y yo, le recordaremos siempre transportando por toda Cuba a rectores internacionales de facultades y universidades teológicas; y a líderes nacionales y misioneros de los Estados Unidos, América Latina y Europa. Lo hacía con el mismo cuidado y dedicación que cuando transportaba al último y más sencillo de todos sus hermanos en la fe. Él llevaba a nuestras hijas, con todos los hijos de pastores, a las actividades que se organizaban cada año en el centro de la isla con el propósito de ministrarles. Era una altísima responsabilidad que cumplía con celo santo.

Madrugaba siempre en los pródromos de cada viaje. El lunes 31 de marzo de 2014, a las 3:00 a.m., llegó en el bus para recogerme en la casa pastoral del Templo de las Asambleas de Dios en Santa Amalia, La Habana. Debía transportarme, para entonces, al Aeropuerto Internacional “José Martí”, desde donde iría rumbo a Holguín en el vuelo 972 de Cubana de Aviación. Impartiríamos, en la gracia de Dios, el módulo de “Historia y Literatura del Antiguo Testamento” para la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios de América Latina. Josué venía agotado; acababa de regresar de un extenso viaje por el interior. No había dormido nada, y llegó a nuestra sede con una admirable puntualidad germánica. Cómo olvidarlo.

La prestigiosa Universidad Teológica Pentecostal de Cuba (UTPC), a cuyo trabajo se incorporó desde sus inicios, solía ordenarle viajes planificados por las soleadas carreteras de Cuba, pero, muchas veces, fueron aquellos auténticos imprevistos que dependieron de su disposición y amor. El lunes 6 de abril de 2015, me transportaba nuevamente a Holguín, desde el mismo aeropuerto. Ya estaba sentado en el avión cuando, por algunos de los misterios de esta vida, anunciaron la suspensión del vuelo. Nos ordenaron a todos recoger el equipaje de mano y bajar, y se vio de pronto en peligro el módulo de la Maestría. Nuevamente fue Josué el que garantizó, por carretera, y sin previa planificación, la llegada en tiempo, y el éxito de toda la actividad. Salimos para tan lejana ciudad a las 4: 30 p.m. Hicimos una breve escala en Ciego de Ávila, y, con rumbo este alcanzamos la ciudad de Holguín. Al pasar sus límites advertimos que no teníamos clara la dirección de la Iglesia. Ni corto ni perezoso, el dinámico Josué echó mano de un sofisticado programa recién instalado en su móvil. Era la primera vez que yo veía un GPS en operación, de modo que el crédito por haber aprendido a usarlo se lo debo a él. Llegamos a las 2:30 a.m., del día siguiente al Templo, a tiempo para empezar a impartir el módulo de “Formación espiritual del siervo líder”, también por la Facultad de Teología.

En las largas travesías que compartimos cuatro años a través de las sinuosas carreteras cubanas nos dejó saber mil veces acerca de sus pruebas y aprobaciones en el Señor. Por los caminos nos enseñaba los puntos donde, más de una vez, y sin éxito, habían tratado de asaltar el bus mientras él conducía. Muy sentidamente relataba cómo Dios le había guardado en aquellas tenebrosas noches. Me agradaba su teología conservadora, y su celo santo por las cosas del Señor, y fui testigo de momentos en que no consintió ligerezas de algunos en su presencia. Así, como era de responsable con el bus, así lo era de recto y serio para con todos sus hermanos en la fe.

Era un buen hermano, con un ánimo grande, y una capacidad de esfuerzo puesta a prueba mil veces. Por eso es que muchos le extrañaremos.

El 27 de marzo de 2022, resentida su salud por prolongados males que se agudizaron por tantos esfuerzos realizados en favor de la sufrida Obra cubana, quiso Dios llamarle al descanso eterno. Los que fuimos bendecidos por su vida de servicio recordaremos siempre su disposición incondicional, su capacidad de trabajo y la valentía con que enfrentaba el reto de mantener activos los añejados medios de transporte de una organización tan nacionalmente activa, como lo fue siempre la Iglesia Evangélica Pentecostal de Cuba (Asambleas de Dios). Nos encontraremos una y otra vez volviendo sobre las historias que él entretejió mientras conducía, con verdadera intrepidez, hacia los más intrincados rincones del Verde Caimán. Resaltaremos siempre que, tras el éxito memorable que tuvieron muchas actividades, estuvo su más enconado empeño en garantizar la llegada en tiempo de todos a cada evento.

Reciba Josué Valdivia Yanes la corona de justicia que Cristo compró con Su sangre para él. Escuche hoy, con gozo inefable del Señor, las Palabras que están reservadas para todo el que le sirvió con amor y fe en esta vida: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mt. 25: 21).

A toda su familia, en especial, esposa e hijas, nuestro más sentido abrazo en el dolor y la privación de alguien que no podremos olvidar nunca.

 

Rev. Octavio Ríos Verdecia

Revda. Elízabeth de la Cruz Legrá

Dra. Elízabeth Ríos de la Cruz

Dra. Viria Ríos de la Cruz  

 

 

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Datos personales tomados de entrevista en línea a Sara Pupo de Sosa, 27 de marzo de 2022. Usados con permiso.



domingo, 27 de marzo de 2022

Predicación-Conferencia: Título: "Historia de una discusión" (Mt. 19: 1-6).

Se sube a YouTube la predicación a la floreciente Iglesia "Primera Asambleas de Dios en Garland", Texas, Estados Unidos. Título: "Historia de una discusión" (Mt. 19: 1-6). Domingo, 27 de marzo de 2022, 10:00 a.m. Revs. Dres. Octavio y Elízabeth Ríos. Conferencia de Matrimonios. Con el más ferviente testimonio de agradecimiento al Pastor local, Rev. Jaime González. Grabación del servicio completo: Sistema de Medios Audiovisuales del Templo. Usado con permiso. 
Ver en: https://youtu.be/7qLgS7cVOIw?list=PLRdoGDaQflqvaBZ2jOq7yhC8C395El7lu


sábado, 26 de marzo de 2022

¿Quién es Cristo?

Cristo no es un camino. Él es el camino. “Jesús le dijo: Yo soy el camino…”. (Jn. 14: 6).

Cristo no es una verdad. Él es la verdad. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad…” (Jn. 14: 6).

Cristo no es una vida. Él es la vida. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Jn. 14: 6). 

Cristo no es una luz. Él es la luz. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo” (Jn. 9: 5).

Cristo no es un. Cristo es Uno. “Yo y el Padre uno somos” (Jn. 10: 30).


viernes, 25 de marzo de 2022

Pensando en aquel cepo

Puesto de pie en el atrio del Templo en Jerusalén, Jeremías trajo a todos una Palabra de Dios; esta tenía todo el frescor del Espíritu y la autoridad mayor, que es aquella que viene del Rey de los siglos, solo que se trataba de una Palabra que nadie quería oír. "Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras" (Jer. 19: 15)
No lo quieren oír el pueblo, el ejército, la corte, el rey. No lo quieren oír tampoco los sacerdotes. Pasur era el príncipe que presidía en la casa de Jehová. Se suponía que fuera el más grande heraldo de la Palabra y el Espíritu. Es él quien decide qué hacer: como no podían azotar a Dios, azotaron al profeta. La escena concluye en el cepo; el cepo busca inmovilizar la Palabra: "Y azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová" (Jer. 20: 2). 
Fue el líder mayor de la nación el que dictó la orden.
La historia se repetiría en las arenas inacabables del tiempo. ¿Le dicen algo nombres como los de John Wyclif o William Tyndale. El primero fue la "estrella vespertina del escolasticismo y la estrella matutina de la Reforma inglesa". Trabajó en la traducción de la Biblia Vulgata Latina al inglés y defendió la autoridad de las Sagradas Escrituras sobre el papado. Escapó a sus múltiples condenas por sus influencias en la corte inglesa. En vida no le pudieron ultimar. Fue condenado postmortem. Sus libros y sus huesos fueron quemados. Fijaron la memoria de Wyclif a un cepo.
El segundo, William Tyndale, murió en la hoguera. Había traducido la Biblia al inglés. Están bien documentada la cita de sus últimas palabras: "Señor, abre los ojos al Rey de Inglaterra". En aquella pira ardió el más grande exponente bíblico de la Inglaterra de su tiempo.
No podemos azotar a Dios, azotemos entonces a sus profetas. No podemos fijar en un cepo al Señor; pongamos en él a sus profetas. Como los tiempos cambiaron mejoremos el método: unamos fuerzas para ningunearlos, ignorémoslos hasta el último minuto. Lo importante es que príncipes decrépitos sean venerados, y el oro corra por las arcas. Si la Palabra lo denuncia, al cepo la Palabra. Garanticen los ineptos el flujo de aplausos de otros que son iguales o peores. 
Cíclicamente se repite la historia. Las redes se llenan de denuncias y ataques contra ministerios probados. Se han convertido en auténticos pasatiempos dirigidos a entronizar a los que nada son, y para nada sirven. Así será, hasta que Cristo venga. Mientras haya un Jeremías habrá un Pasur. Y el cepo no cambiará la Palabra, todo lo contrario, esta tronará como lo hizo en boca del profeta: "Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira" (Jer. 20: 6). Así fue, y los ojos de todos lo vieron.
No lo dude, la historia se repite. El cepo de Jeremías llena el mundo, y la Palabra también.
  


jueves, 24 de marzo de 2022

Y allí te haré oír

Dios dijo al profeta Jeremías: "Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras" (Jer. 18: 2). Parece que, a veces, Dios nos envía a ciertos lugares para hablarnos: "Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel" (Jer. 18: 4-6).
La imagen era sugerente. Israel sería en breve destruida. Setenta años de duro destierro seguirían tras los cuales sería rehecha la nación. Nunca más volverían a la idolatría. 
Es curioso. Pudo ser un sueño, o una visión, pero no lo fue. Dios ordenó al profeta descender a aquel taller. Le hablaría allí. A lugares raros nos lleva el Señor, cuando el mensaje es grande; somos empujados a hospitales, cortes penales, páramos yermos, tierras extrañas. Otro veces esos lugares vienen a ser estados de vida: privaciones, pobrezas, lejanías, soledades... 
Luchábamos para no ir, porque implicaba descender: "Y descendí a casa del alfarero..." (Jer. 18: 3a), pero el mensaje era muy grande, y donde estábamos no lo podíamos recibir. 
Profeta del Dios altísimo: cuando seas llamado por Dios no luches para no ir. Su orden es: "Levántate", "desciende", y allí te haré oír mis palabras".


miércoles, 23 de marzo de 2022

Raros esos hermanos...

León X llamó a Martín Lutero “cerdo salvaje”. En la bula que lo excomulgó, Ex Surge Domine, en la primera línea se lee: “Levantaos a proteger, Señor, porque hay un cerdo salvaje suelto en la viña” (1).

Martín Lutero, fiel a la extraña costumbre de ese tiempo, llamó a Erasmo de Róterdam “bufón estúpido e idiota”. Como no fue suficiente aquella secuencia de halagos agregó que “atenderlo era como poner en un plato de oro y plata, heces fecales” (2).

Como dice A. C. Sproul parece ser que “en el siglo XVI las discusiones teológicas no eran muy protocolares. A veces Lutero fue tan rudo que lo tildaron de demente” (3).

Uno no sabe cómo esos hermanos armonizaban sus teologías con las palabras de Jesús, aquellas que se registran en Mateo 5: 22: “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”.

Usted lee esas palabras del Señor, entonces vuelve a leer aquellos términos: “cerdo salvaje”, “bufón estúpido”, y a la verdad que uno llega a sentirse raro. Raros nosotros, raros esos hermanos lejanos...

 

 

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(1) Ministerios Ligonier. R. C. Sproul. “La demencia de Lutero: La santidad de Dios”. Publicado: 9 de septiembre de 2017.  https://www.youtube.com/watch?v=nhouI2Rmaoo Accedido: 23 de marzo de 2022, 1:00 p.m.

(2) Ibíd.

(3) Ibíd.



martes, 22 de marzo de 2022

Su Palabra en tiempos de sequía

"Palabra de Jehová que vino a Jeremías, con motivo de la sequía (Jer. 14: 1). Hoy leía ahí, y me quedé pensando largo rato. Parece que también en la sequía viene palabra de Dios para el que esté preparado acerca de recibirla. Jeremías lo estaba. No se apartó de él en el más oscuro momento que viviera la nación. Eran los pródromos de la cercana deportación a Babilonia. La sequía apenas era el redargüir inicial del cielo a un pueblo impenitente. Todos a una habían vuelto la espalda a Dios. Sobre los lugares altos invocaban nombres de ídolos y les ofrecían sacrificios. La violencia y la muerte se habían hecho endemias, y Dios llamaba. Su ira estaba colmada ya. Entonces vino la sequía.
Este es el contexto. Es grande pensar que ni aún así, secas las fuentes de agua, cada río, arroyo, charca; seco cada pozo, airado en gran manera en Dios de los cielos, no se secó Su Palabra.
Creo que, por grande que sea la ruina que vivimos en los tiempos modernos, Su Palabra estará con nosotros siempre. Así de grande es Su misericordia.


lunes, 21 de marzo de 2022

A propósito del Día Mundial de la Poesía

A propósito del Día Mundial de la Poesía, celebrado hoy, 21 de marzo, se cuenta, de modo refrescante que, en una ocasión, los poetas Pablo Neruda y Federico García Lorca fueron juntos a dar una conferencia a un pueblo. Ya en la estación de trenes advirtieron que nadie había ido a recibirles. Pronto supieron, cuando llegaron a la sede del evento, que habían ido a buscarlos a la estación, pero que no los habían reconocido porque no iban vestidos como poetas. Lorca se excusó diciendo: "Es que somos de la poesía secreta".


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Mario Amorós. El príncipe de los poetas: la biografía (Ediciones B).


domingo, 20 de marzo de 2022

Es muy fiel

¿A qué pueblo de la tierra hizo Dios promesas comparables a las de Israel? Ocho siglos antes de Cristo, a través del profeta Isaías el Rey del cielo dijo a la nación: "No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto" (Is. 59: 20-22). 
Vendrían guerras, deportaciones, crueles persecuciones por todo el mundo, con la más encarnizada saña. Pueblo alguno habría sobrevivido a tales cosas. La preservación del pueblo de Israel y su regreso a Tierra Santa en 1948, son acontecimientos sobrenaturales que anuncian cuán fiel y comprometido con Su Palabra es el Dios de los cielos.
Vale la pena creer a Dios. Es muy fiel.


sábado, 19 de marzo de 2022

Nada más difícil en este mundo...

Aunque nada sea más difícil en este mundo, hacer el bien es un deber bíblico. A la verdad siguen experiencias amargas tras el esfuerzo de bendecir. Dar supone privaciones, porque los que suelen hacerlo apenas tienen para vivir, sin embargo, pese al mérito que supone tan noble empeño, dar, con frecuencia, es contexto para experimentar las menos gratificantes respuestas. Algunos se sienten humillados cuando se les ofrenda: la cifra fue pequeña... Un mendigo norteamericano en Abilene, protestó el quarter que le di. Sobre el plato que tenía delante, para el depósito de limosnas, había más dinero que el que yo tenía... 
Otros se sienten humillados; darles los aboca a una experiencia de menoscabo. No tienen nada, pero valen más que lo que se les dio
Suelen ser personas muy pobres de almas las que miran con menosprecio al que siente bendecirles con algo que no tienen. A veces tales cosas se alejan, por su contenido, del dinero, o de las cosas estrictamente materiales. Hace años escribí algunos párrafos de reconocimiento y amor acerca de un hermano en la fe. Nada me obligaba a hacerlo, pero así lo sentí. En agosto de 2014, al norte de la Florida, lo encontré, casualmente; le comenté aquella experiencia, agradable en el recuerdo para mí, y él me contestó: "Si eso es todo lo que tienen que decir de mí...". Toda la vida fue un segundón que nunca supo trabajar en equipo. Fui médico de su familia. "Si eso es todo lo que tienen que decir de mí". Qué palabras tan vacías...
Nada más difícil en este mundo que hacer el bien. Envié dinero a alguien cercano, una persona con hambre y frío. Él lo entregó a  su nieta; esta la llevó a un altar pagano. Allí hicieron un conjuro satánico; pidieron mi ruina, y la transferencia de riqueza a ellos. Y pensaron que nunca lo sabría.
El Centro de Contrainteligencia del Ministerio del Interior de Cuba recibió por años informes periódicos de mí. Venían mis cercanos, me pedían un consejo bíblico, un tratado, algún material impreso. Gastaba mi pobre tiempo. Las más de las veces sin desayunar ni almorzar invertía en ellos mis pocas fuerzas, para abrirles el camino de la salvación y la vida eterna, que ya estaba abierto para mí. Ellos esperaban pacientemente a que terminara; tomaban lo que les había dado, redactaban un informe, e iban, y lo entregaban. G.D., lo hacía los jueves. Luego dormían, con limpia consciencia. Al día siguiente comenzaba una nueva jornada en que venían, y me sonreían. Y creyeron que nunca lo sabría...
Los asaltantes se disfrazan de personas accidentadas; cuando un buen samaritano, movido a misericordia se acerca para ayudarlos..., ya conoce la historia; es una versión torcida del relato bíblico, porque aquí el asaltado no es el que se alejaba de Jerusalén por el desolado Camino Rojo de Horton, sino el que usó de misericordia.
Cuando alguien muere se encienden las redes desde cuentas falsas, pidiendo dinero en favor del que murió. Mil veces me he preguntado cómo pueden. Algunos buenos corazones son engañados siempre, entendiendo que están haciendo el bien.
Mi hermano en la fe, M.R., era ciego. Vender algunos artículos le hacía sentir útil a la familia y a la sociedad. Tuvo que dejar de hacerlo, porque las personas le pagaban con un tipo de moneda, y le decían que era de un valor superior, y le exigían vueltos, vueltos que eran superiores al valor de la moneda que le dieron. Quisiera decir que fue un hecho aislado, pero no lo fue. No es verdad que los ciegos sepan el valor de un billete por la temperatura de su superficie. No es verdad. Muchos lo saben.
Tienen dificultades las iglesias que trabajan en los suburbios de Latinoamérica y la India. Los programas de cirugías para niños deformados y los planes para la solución de cegueras infantiles suelen ser apedreados. Los familiares de los pequeños los prefieren minusválidos, para que puedan pedir limosna.
Sí, que es difícil hacer el bien. Nada más complejo en este mundo, pero es una orden bíblica. Hoy tropezaba con ella mientras impartía una conferencia en un Instituto Bíblico. Me llegó en la clase el eco sonoro de Gálatas 6: 10: "Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe".
Nos ayude el Señor. Conspiran las tinieblas en innoble alianza con el mundo para que no hagamos el bien, pero es un deber. Nos ayude la inmensa gracia y la santa sabiduría de Dios en Cristo Jesús.


viernes, 18 de marzo de 2022

Bartimeo

Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús (Mr. 10: 48-50).

 

Te resumo la historia de Bartimeo en seis palabras: la ceguera lo llevó a Cristo. Determinadas escuelas de vida empujan a los brazos del Salvador. La del dolor es una. No la menosprecie nunca.

La persona que sufre tiene algo en común con el náufrago; este último luchando para no hundirse se desembaraza de todo lo que pesa: joyas, dinero, ropa, documentos. En un instante discrimina valores. Las prioridades, súbitamente esclarecidas, se resumen en un solo pensamiento: flotar.

Desde la perspectiva del dolor, como desde ninguna otra, se definen los valores esenciales. Vea a los que van a morir: ellos quieren tener cerca personas, no objetos. El dolor los hace sabios.

Jesús está en todas las encrucijadas del sufrimiento humano, como «varón de dolores, experimentado en quebranto» (Is. 53: 3). No pasará de largo, como no lo hizo la tarde en que Bartimeo «arrojando su capa», remembranza de viejos valores, se lanzó en tropelía y desorden al camino. Era su última oportunidad. Cristo nunca más pasaría por Jericó. Iba a la Cruz.

Establezca su jerarquía de valores como lo hizo Bartimeo. Por un instante él se debatió entre su capa, la posición estable y segura que ocupaba a la orilla del camino, el muro humano, los llamados al orden... Todo eso tuvo que ponerlo a un lado. Una sola cosa brillaba en su firmamento, como Marte en perihelio: Cristo.

Y allí le esperó el Señor. Fue el primer rostro que vio aquel invidente, la feliz tarde en que terminó su historia de ceguera. Será el primer rostro que verás tú, del otro lado de la vida, cuando terminen todas las cegueras de este mundo. Así sea, pero para eso, Cristo tiene que ser tu prioridad. ¿Lo será hoy?



jueves, 17 de marzo de 2022

Cuando el énfasis se coloca en el “Iglecrecimiento” y no en la llenura del Espíritu Santo

Uno de los errores más grandes de la iglesia contemporánea está en colocar el énfasis en el Iglecrecimiento y no en la llenura del Espíritu Santo. Nunca, nunca, nunca la Iglesia primitiva lo hizo así: Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hch. 1: 14). La exhortación de Pablo a los efesios fue: “…sed llenos del Espíritu” (Ef. 5: 18).

En el verano de 2006, La Iglesia de las Asambleas de Dios en El Cotorro, La Habana, Cuba, sufría una honda crisis: había tenido nueve pastores en nueve años. No se lograba estabilizar. Un alto líder del Distrito de Occidente dijo entonces, públicamente: “Yo voy a atender esa Iglesia. Si allí conmigo, en un año, no hay crecimiento, ¡entrego la credencial! Un pastor que no tenga crecimiento en su iglesia no es un pastor”. Y sacando del bolsillo la credencial de ministro, la mostró a todos, y dijo: “¡Entrego la credencial!”. Al lanzar aquel irreflexivo y festinado desafío intentaba, socarrona y carnalmente, humillar a los pastores presentes que no tenían resultados comparables a los de él. Envanecido, y en un peligroso robo de la gloria de Dios, se pronunció en tales términos delante de veinte ministros, algunos ya ordenados. Me volví a mi esposa, que se encontraba sentada a mi lado, en el fondo del Templo, y le dije: “Bíblicamente hablando, eso es lo que se llama ‘tentar a Dios’. En estos momentos acaba de colapsar su ministerio allí”.

Al cabo de un año aquel líder llegó a mi sede en el Templo de Santa Amalia, y en la sala de la casa pastoral, le pregunté, con una ironía que ya me perdonó el Señor: “¿Cómo va el crecimiento en El Cotorro? Dicen que ya tienes tres escuelas dominicales allí…”. Con la expresión de un niño que no alcanzó caramelos en la fiesta me contestó: “No me digas nada… Lo que hay allí no es un principado, ¡es una potestad! Cuando llego al Templo está el barrio entero jugando dominó en el portal. No hay quien pueda con aquello. Me fui de allí… Ya entregué el Templo”.

Por supuesto, no entregó la credencial, como prometió hacer. Tal vez aprendió algo…

Pienso que la primera obra de un pastor tras su llegada a una nueva sede debe de ser la lucha por la llenura del Espíritu Santo en sus miembros, con la activación inmediata de los dones del Espíritu. Todo lo demás debe de estar subordinado a esa meta.

¿Qué tan posible es lograr algo así? Vayamos a la historia. El movimiento pentecostal cubano alcanzó uno de sus puntos más altos en la Iglesia Central de las Asambleas de Dios en Palma Soriano. El matrimonio de los Revs. Martín Oliva Baró y Fe Montejo asumió el pastorado de allí, el 28 de noviembre de 1964 (1). Ubíquese en el contexto de ese año. Veinte meses antes había sido intervenido el Instituto Bíblico Pentecostal de las Asambleas de Dios en Manacas, Las Villas. Se habían perdido ya un sinnúmero de Templos. Los bautistas estaban a meses de ver, tras las rejas de La Cabaña, a todo su liderazgo nacional. Martín Oliva contaría acerca de aquellos días:

 

Mi única oración era: «Señor, enciende el fuego». Fue mi oración por meses, y fue algo inusitado: ¡el fuego se encendió! Los hermanos se encontraban en la calle y se abrazaban llorando. Los dones del Espíritu sacudieron toda la vida de la grey. Visiones, revelaciones, profecías, interpretación de lenguas, todo el equipo de dones del Espíritu se puso en operación. Yo iba en oración, en las vigilias, con la Iglesia, y sentía de pronto los taconcitos de Manolita Oliva. Sabía que venía a darme una palabra del Señor. A veces ella se quedaba un poco sorprendida por lo que el Señor le había dicho que me dijera, y me preguntaba si eso tenía sentido. Yo le decía que sí, que eso tenía sentido para mí, y que yo entendía perfectamente lo que el Señor me estaba diciendo (2).

 

La explosividad de aquel movimiento llegó a tal grado, su eco fue tan sonoro en toda la nación, que el Comité Ejecutivo de la Iglesia Evangélica Pentecostal de Cuba (Asambleas de Dios) decidió nombrar una comisión integrada por los Revs. Bernardo Amor Fernández y Adimael (Tito) Rodríguez Fernández, con el propósito de que se trasladasen de inmediato hasta Palma Soriano a fin de ver qué era lo que estaba sucediendo allí (3)Tal decisión consta en el Acta No. 21, Folio 83, del Libro de Actas del Comité Ejecutivo, con fecha del 12 al 14 de febrero de 1971, Pinar del Río. El acta aparece firmada por el Rev. Francisco Quintero.

No conforme con los partes de la asombrada Comisión terminaría el propio Superintendente Nacional, Rev. Eolayo Caballero González, viajando en tren hasta Palma Soriano con el propósito de ver con sus propios ojos aquello. Muy anciano y visiblemente conmovido, nos contaría una mañana, como parte de la congregación reunida en el Templo de Infanta y Santa Marta, en 1987: «No ha existido una Iglesia Pentecostal en Cuba donde los dones hayan estado más vivos que en aquella época, en Palma Soriano. Los dones del Espíritu más raros, esos que usted no ve en ninguna parte, como el don de interpretación de lenguas, se veían allí» (4).

El ministerio profético más fuerte que mi esposa y yo hayamos conocido nunca, el de la Revda. Manuela Oliva, emanó de esa histórica sede. Aunque su apellido lo sugiera no tenía vínculo familiar alguno con el pastor Martín Oliva. Daría, años después, una campaña evangélica en el Templo de Santa Amalia, bajo nuestro pastorado y en profecía y palabra de ciencia develaría, asombrosamente, lo oculto de los corazones (I Co. 14: 25) para alegría de unos y vergüenza de otros.

Del resto del trabajo y de la obra de crecimiento de esa floreciente grey pueden dar testimonio los miembros de la Obra pentecostal allí, pero todo comenzó con aquellos movimientos del Espíritu. En el instante en que escribía estas palabras escuchábamos, mi esposa y yo, en vivo, a través de las redes al Rev. Orson Vila, en la tarde-noche del miércoles 16 de marzo de 2022. Este contaba: «Esa Iglesia de Palma Soriano yo la visitaba mucho cuando era evangelista en Cuba, cuando era joven (...); y en Palma Soriano siempre ha habido un movimiento fuerte profético, de muchos hermanos que Dios usa con los distintos dones y don de profecía». Testificaba con asombro de la Obra allí. Qué confirmadora coincidencia que me llevó a no procrastinar este artículo.

¿Qué podríamos decir de la experiencia personal? A nuestra llegada al Templo de las Asambleas de Dios en Santa Amalia, Arroyo Naranjo, La Habana, en 1998, el primer propósito que nos formulamos fue la activación de los dones del Espíritu y la llenura de Él. Fue un costoso esfuerzo de muchos meses. Mi esposa dirigía con fervor los cultos de ayuno y oración de todos los sábados, en la mañana, y los frutos de aquel esfuerzo de unidad y dedicación se llegaron a ver. Marta Rojas Rivero, la vecina de la esquina, aquella que se fajaba a machetazos con el primero que se le atravesara en el camino, atraída por la invitación que le hiciera Biria Legrá, Presidenta local de los Ministerios Femeniles, vino al Templo, y luego se convirtió. Se incorporaría ardientemente a los cultos de oración que dirigía mi esposa, la Revda. Elízabeth de la Cruz, por tantos años Secretaria Nacional de los Ministerios Femeniles, y recibiría el bautismo del Espíritu Santo. Es difícil imaginar siquiera la dimensión de transformación que Dios operó en ella. Su vida fue una de las ventanas por las que mi esposa y yo oímos a Dios en algunos de los momentos más críticos de nuestro ministerio.

Andrea Gutiérrez Borges era de armas tomar. Sus hijos estaban entre los más temidos pleitistas de la zona. Me recuerdo aguantando a Pachy, uno de los más fornidos hijos, cuando un hombre «osó» tratar de pasar entre él y yo, mientras hablábamos a la entrada del Fotoservices de la Avenidas de 10 de Octubre, esquina Arnao. Aquella madre sufrida y temible se acercó a la Iglesia y Dios la llenó de su Espíritu. Sus dones de palabra de ciencia están entre los más impresionantes que haya visto nunca. Dios le develaba el mundo espiritual

Berta Tamayo Marzo, vino a la grey. Con un sueño detrás del otro, Dios le abría persianas y veía las tinieblas. Ella sabía lo que de inmediato iba a ocurrir.

Antonia Brook Rizo venía desde Altahabana, Boyeros. Se negaba a congregarse en alguna sede más cercana, porque sus dones se despertaron allí. Tantas veces le vimos acercarse con una palabra del cielo. Dios le usó poderosamente en visiones. Eran fuerzas para nuestras vidas.

Ricardo Baró Gorina escondía el cigarro cuando yo llegaba a la Feria de La Palma, en Arroyo Naranjo, para saludarlo. Un día casi se atraganta con el humo. Así hacía, hasta aquel día en que descendió sobre él, el Espíritu Santo. «Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre» (I Sa. 10: 6). Así fue con él. Se levantó Baró, desde entonces, como el más notable profeta que tuviera ese Templo, posiblemente en toda su historia. ¿A quién no dio una palabra de ciencia? ¿Sobre quién no profetizó con el más grande impacto? Él fue lleno del Espíritu Santo, y nunca las Escuelas Dominicales de Santa Amalia fueron las mismas. En aquel momento en que brotaba la palabra profética se paralizaban los pasillos aledaños donde vivían los peores impíos. Todos escuchaban. En los primeros tiempos yo dudaba, como duda un padre acerca de la madurez de su hijo, a quien vio, desde que nació, tirar piedras al vecino. Un día vino a mi Escuela Dominical, por sorpresa, uno de los pioneros del movimiento pentecostal cubano, el Rev. Rolando Rivero Reyes. Al cierre de la sesión, cayó el Espíritu Santo. Ricardo Baró rompió a profetizar; casi «se acaba el mundo». Me acerqué, tímidamente, al Pastor Rivero, y le pregunté, en voz baja: «¿Qué opina?». Desde su ancianidad, aquel Pastor me contestó: “Es profecía, total profecía. No lo dude”. Fue para mí un minuto inolvidable en el discernimiento de uno de los ministros más pentecostales de Cuba.

Mi amada suegra, Biria Legrá Jardines, Presidenta Presbiterial y Local de las Damas, por muchos años, profeta incomparable, tuvo una visión en 2015, durante un culto de oración de sábado. Ella dijo:

 

Oí súbitamente muchos gemidos y lamentos; vi como que una neblina lo envolvía todo, y dentro de ella vi a muchas personas que morían, de todas las edades; eran tantas que no había cabida en los cementerios, y no los ponían en cajas porque se habían agotado; los echaban en bolsas de nylon, hacían zanjas, y los echaban ahí, como si fueran piedras. Las personas que hacían eso, estaban vestidos de blanco, con guantes y botas blancas también, y una enorme mascara que casi le tapaba el rostro, con grandes espejuelos; apenas se les veían los ojos. Sus cabezas estaban muy bien cubiertas, todo de blanco. Ellos cogían los cadáveres y los echaban en la zanja, que era inmensa de largo. A un extremo, distante, se divisaba el hospital, de un verde claro; apenas se veía por la neblina que había. Ellos echaban los cadáveres y luego los cubrían con mucha cal, y después con tierra.

De repente oí una voz que decía: «Pueblo mío, clamen por sus familias; viene una enfermedad incurable, y matará a muchos, pero si mi pueblo ora, clama y se humilla, yo los libraré de ella. Clama, ora y humíllate, pueblo mío». Eso fue todo.

 

Acababa de ver en el Espíritu la actual pandemia de COVID-19.

Una semana antes de las elecciones distritales de 2008, ella profetizó: «He aquí, Yo quito el cetro». Vino a la oficina pastoral, en ese mediodía, a preguntarme qué era un cetro. Tal como lo recibió, así ocurrió: Dios «quitó el cetro» en aquel enero...

Ella nos dijo en profecía: «He aquí yo tuerzo el camino… Será pronto», a escasos días de haberlo oído anteriormente, mi esposa en el Espíritu, al amanecer. Eran los pródromos del anuncio profético acerca del fin de nuestro ministerio en Cuba. La palabra de ciencia que añadió, días después, acerca de este asunto, se cumplió con precisión milimétrica.

Qué más decir, Asmerys Mendoza Fernández, Aida Fernández Salazar, María Caridad Marcelús Cantares, Dras. María de los Ángeles Sánchez Arañó y Rita María Calzada García, tantas hermanas a recordar que una y otra vez, con las revelaciones que Dios les dio determinaron para nosotros la diferencia entre triunfar y fracasar, y por una vez entre morir y vivir…

Derramamientos preciosos del Espíritu Santo dieron el 26 de octubre de 2003, con una Escuela Dominical de ciento ochenta y cinco hermanos. Entre nosotros fue un récord de asistencia.

Todo vino después. Los que me odiaron con odios que no son de este mundo no pudieron objetar que mi sede, en Santa Amalia, ocupara el quinto lugar en contribución financiera en un distrito que tenía ciento sesenta y dos iglesias. Desplazamos a más de veinte congregaciones que nos sextuplicaban en número de miembros, incluyendo a la del Vicetesorero del Distrito, que no aportaba un centavo en divisa. Si la contribución financiera es una expresión de salud espiritual baste decir entonces que, nuestra humilde sede en Santa Amalia, resultó ser el primer lugar per cápita de todo el Distrito.

El Templo de las Asambleas de Dios en Santa Amalia tuvo la iniciativa de hacer y, de hecho, dirigió, la Celebración Evangélica Cubana de Arroyo Naranjo, el domingo 11 de julio de 1999, con la participación de seis mil almas, en el Estadio Ciro Frías (ver en YouTube: https://youtu.be/7gclxuVjhi8). Esta fue, en el Señor, la más gloriosa de todas las Celebraciones cubanas de ese año. El trabajo ordenado de distribución de literatura cristiana alcanzó, en esas inolvidables horas, a doscientas mil vidas. El municipio entero, para entonces con ciento ochenta y cinco mil personas, fue evangelizado.

Se trata de logros definitivos; están publicados y es bueno recordarlos, pero por encima de esto, y antes que todo, nunca olvidaremos que lo que allí pasó, bajo nuestro humilde pastorado, fue consecuencia de aquellos movimientos de oración y de la intensísima búsqueda del Espíritu Santo, a la que nos dirigimos desde el momento mismo de la llegada. No puede verse de otra manera: detrás de cada triunfo estuvieron las rodillas gastadas de mi sufrida esposa, y sus prolongados ayunos, algunos extendidos por más de tres semanas.

Quisiera decir que algo así ocurrió por el consejo de este o de aquel, pero no fue así. Lejos de eso, muchos desde el liderazgo, hicieron lo imposible para destruirnos. Todo lo que allí pasó fue Obra genuina y exclusiva del Espíritu Santo, y no necesito discutirlo con nadie. Reciba Dios toda la gloria. Aquellos que, como representantes de los enemigos de la Iglesia y de las tinieblas, no pudieron lograr sus azufrados propósitos, tendrán la desmemoria de mi perdón, pero nunca la de la historia. Allí los espero.

No queda más por decir. En agosto de 2014, en el contexto del Centenario de la Celebración Mundial de las Asambleas de Dios, a la que fuimos cordialmente invitados como Historiadores de la Organización, mi esposa y yo, por el Superintendente General de las Asambleas de Dios de Cuba, Rev. Eliseo Villar Acosta, el Rev. George Wood, Superintendente del Concilio General de las Asambleas de Dios de los Estados Unidos, dijo a todo el cuerpo ministerial de la organización mundial: «Primero veamos qué quiere Dios y después hablemos de dinero». Por este mismo camino digamos hoy: “Primero busquemos la llenura del Espíritu. Después hablemos de Iglecrecimiento”. Así debe de ser, para que se cumplan las palabras del salmista: «No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria» (Sal. 115: 1).

 

 

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(1) Octavio Ríos Verdecia. Historia de las Asambleas de Dios en Cuba. Tyler: Independent Publishing. Tomo II, p. 326.

(2) Ibíd., p. 378.

(3) Ibíd.

(4) Ibíd.



miércoles, 16 de marzo de 2022

Neuróticos anónimos

Leyendo a Roger S. Greenway, en Apóstoles a la ciudad, un pequeño manual de evangelismo urbano que usé como texto en esa asignatura para una de las Escuelas Ministeriales de Texas, encontré un comentario acerca de una organización desconocida para mí. Se trata de Neuróticos anónimos, así como lo lee. Se parece al célebre Alcohólicos anónimos, pero está organizada para gente que se siente sola y sufre conflictos propios de la neurosis, por excelencia la ansiedad.

Registrando en la Web encuentro que está bien extendida ya. Su método está basado en una terapia de grupo que se conoce como “Doce Pasos”, “Doce Tradiciones” y “Los Doce Conceptos para el servicio mundial”. Neuróticos Anónimos (NA) tuvo su origen en Washington D. C. Fue fundada el 3 de febrero de 1964, por Grover Boydston (1924-1996), un hombre que había atentado contra su vida cinco veces antes de cumplir los veintiún años (1). NA o Neurotics Anonymous International League como está legalmente establecida (NAIL por sus siglas en inglés) creció modestamente hasta que se publicó un artículo sobre ella en la revista Parade (2). The Associated Press y United Press International expandieron la historia y, de pronto, comenzaron a formarse grupos de N. A. por todo el mundo.

Lo que llama la atención es que no usan el concepto de neurosis en su estricta definición científica, y el “saco” de inclusión en que convierten la sociedad tiene la boca muy ancha. Véalo en el siguiente cuestionario. Esta sociedad indica que si responde con un “sí” a cuatro de las preguntas usted es apto para ingresar de inmediato en esta asociación:

 

¿Es usted supersensible?

¿Le gusta conmiserarse?

¿Trata siempre de justificarse o defenderse?

¿Padece de ansiedad en ciertos momentos?

¿Es usted tímido, cree que todo el mundo lo observa?

¿Es celoso y desconfiado?

¿Le gusta criticar?

¿Exagera pequeños problemas?

¿Tiende a exagerar sus estados de optimismo y depresión?

¿Vive disgustado con todo el mundo?

¿Ha perdido sus ambiciones de superación?

¿Pierde oportunidades?

¿Tiende a ser ordenado en exceso?

¿Es usted desordenado?

¿Miente sin necesidad?

¿Es usted supersticioso?

¿Hace cosas que considera tontas?

¿Padece alguna compulsión? Ver debajo de la cama, temiendo haya algo, lavarse las manos exageradamente, ver si el carro u otra puerta está bien cerrada)

¿Adolece de miedo a alguna cosa? (oscuridad, altura, enfermedad, cuartos cerrados, etc.)

¿Se enoja con facilidad?

¿Tiene dificultad para concentrarse?

¿Padece de insomnio?

¿Padece de dolores de cabeza con frecuencia?

¿Se queda dormido cuando no debe?

¿Padece de enfermedades que el médico no logra descubrir? (1)

 

¿Leyó? A que contestó que sí a más de diez preguntas… Este cuestionario lleva a la humanidad entera a ser incluida en la tal sociedad.

Atendiendo a las preguntas que aparecen arriba, en el plan de inclusión, la organización “Neuróticos anónimos” ya existía dos mil años antes de fundarse, solo que con otro nombre. Se llamaba Iglesia.

Lejos de lo que muchos creen, la Iglesia es una organización de personas cansadas a fuerza de fracasar, heridas de muerte, con una aplastante experiencia de frustración y soledad; cautivos, enfermos, deprimidos, ansiosos, a todos los tales, llamó Jesús, cuando dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt. 11: 28). Nunca antes ni después, alguien, sino el Hijo de Dios, haría un llamado tan inclusivo.

Examine a los miembros de cualquier iglesia. Pídales que les relate algo de sus pasados, y encontrará en ellos algo más que neurosis. No se jacten los que están fuera acerca de estar mejor. A nadie engañan. Ellos están adosados a la condición de locos sin remedio. 

Ninguna organización secular puede librar de las cadenas espirituales que cautivan ni de la condenación eterna. Sociedad alguna, fundación humana, agrupación benéfica, por bien intencionada que esté, podrá jamás sustituir a la Obra del Espíritu Santo. Cristo vino, murió y resucitó para que todos “tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn. 10: 10).

No hay otro camino para romper las ataduras inmisericordes de las penosas neurosis. Jesús dijo al estoico Tomás: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí

Nadie.

 

 

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(1) Neuróticos anónimos. Información. https://www.neuroticosanonimos.us/que-es-n-a-1 Accedido: 15 de marzo de 2022, 2: 47 p.m.

(2) Hubbard, R. H. «Neurotics Anonymous: A new organization in which disturbed people help each other». Octubre de 1964.