León X llamó a Martín Lutero “cerdo salvaje”. En la bula que lo excomulgó, Ex Surge Domine, en la primera línea se lee: “Levantaos a proteger, Señor, porque hay un cerdo salvaje suelto en la viña” (1).
Martín Lutero, fiel a la extraña costumbre de ese tiempo, llamó a Erasmo de Róterdam “bufón estúpido e idiota”. Como no fue suficiente aquella secuencia de halagos agregó que “atenderlo era como poner en un plato de oro y plata, heces fecales” (2).
Como dice A. C. Sproul parece ser que “en el siglo XVI las discusiones teológicas no eran muy protocolares. A veces Lutero fue tan rudo que lo tildaron de demente” (3).
Uno no sabe cómo esos hermanos armonizaban sus teologías con las palabras de Jesús, aquellas que se registran en Mateo 5: 22: “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”.
Usted lee esas palabras del Señor, entonces vuelve a leer aquellos términos: “cerdo salvaje”, “bufón estúpido”, y a la verdad que uno llega a sentirse raro. Raros nosotros, raros esos hermanos lejanos...
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(1) Ministerios Ligonier. R. C. Sproul. “La demencia de Lutero: La santidad de Dios”. Publicado: 9 de septiembre de 2017. https://www.youtube.com/watch?v=nhouI2Rmaoo Accedido: 23 de marzo de 2022, 1:00 p.m.
(2) Ibíd.
(3) Ibíd.
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