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lunes, 31 de octubre de 2022

Las 95 Tesis de Martín Lutero

El 31 de octubre de 1517, Martín Lutero clava en la puerta de la Catedral de Wittenberg, lo que pasaría a la historia como sus «Noventa y cinco Tesis». No se usaban periódicos ni volantes; tardaría siglos la radio y la televisión; la puerta de la Iglesia era como el mural a donde todos iban a ver las noticias recientes y las actualizaciones. Pronto corrió la voz de aquellas Tesis y estas encontraron eco en todos los disconformes. A León X, papa de entonces solo le importaba el engrandecimiento de su sede en Roma y la estabilización de su familia; perecían de hambre los pobres a quienes se les exprimía en función de la «venta de indulgencias» a fin de expiar sus culpas. Sabe, eso de pagar para tener bendición también me suena familiar en nuestra época…

Parece que Lutero sigue vigente. Estoy pensando volver a clavar las 95 Tesis en algunas sedes. No sé qué usted piensa de esto. Bueno…, estas fueron sus Tesis:

 

Por amor a la verdad y en el afán de sacarla a luz, se discutirán en Wittenberg las siguientes proposiciones bajo la presidencia del R. P. Martín Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y Profesor Ordinario de esta última disciplina en esa localidad. Por tal razón, ruega que los que no puedan estar presentes y debatir oralmente con nosotros, lo hagan, aunque ausentes, por escrito. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén

 

1. Cuando nuestro Señor y Maestro Jesucristo dijo: “Haced penitencia…”, ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia.

 

2. Este término no puede entenderse en el sentido de la penitencia sacramental (es decir, de aquella relacionada con la confesión y satisfacción) que se celebra por el ministerio de los sacerdotes.

 

3. Sin embargo, el vocablo no apunta solamente a una penitencia interior; antes bien, una penitencia interna es nula si no obra exteriormente diversas mortificaciones de la carne.

 

4. En consecuencia, subsiste la pena mientras perdura el odio al propio yo (es decir, la verdadera penitencia interior), lo que significa que ella continúa hasta la entrada en el reino de los cielos.

 

5. El papa no quiere ni puede remitir culpa alguna, salvo aquella que él ha impuesto, sea por su arbitrio, sea por conformidad a los cánones.

 

6. El papa no puede remitir culpa alguna, sino declarando y testimoniando que ha sido remitida por Dios, o remitiéndola con certeza en los casos que se ha reservado. Si estos fuesen menospreciados, la culpa subsistirá íntegramente.

 

7. De ningún modo Dios remite la culpa a nadie, sin que al mismo tiempo lo humille y lo someta en todas las cosas al sacerdote, su vicario.

 

8. Los cánones penitenciales han sido impuestos únicamente a los vivientes y nada debe ser impuesto a los moribundos basándose en los cánones.

 

9. Por ello, el Espíritu Santo nos beneficia en la persona del papa, quien en sus decretos siempre hace una excepción en caso de muerte y de necesidad.

 

10. Mal y torpemente proceden los sacerdotes que reservan a los moribundos penas canónicas en el purgatorio.

 

11. Este abuso de cambiar la pena canónica por la pena del purgatorio parece haber surgido cuando los obispos dormían.

 

12. Antiguamente las penas canónicas no se imponían después sino antes de la absolución, como prueba de verdadero arrepentimiento y aflicción.

 

13. Los moribundos pagan todas las penas con su muerte, ya están muertos para los cánones, y tienen derecho a la exención de los mismos.

 

14. La salud o el amor espiritual imperfecto en el moribundo trae necesariamente consigo un gran temor; y cuanto menos es este amor, mayor es el temor que trae.

 

15. Este temor y horror son suficientes por sí solos (por no hablar de otras cosas) para constituir la pena del purgatorio, puesto que están muy cerca del horror de la desesperación.

 

16. Al parecer, el infierno, el purgatorio y el cielo difieren entre sí como la desesperación, la cuasi desesperación y la seguridad de la salvación.

 

17. Parece como si en el Purgatorio aumentara el amor en las almas, como disminuye el miedo en ellas.

 

18. No parece probarse ni con argumentos ni con la Sagrada Escritura que estén fuera del estado de mérito y demérito, o aumento de amor.

 

19. Tampoco parece probarse esto, que todos ellos estén seguros y confiados de su salvación, aunque podamos estar muy seguros de ella.

 

20. Por tanto, el papa, al hablar de la remisión perfecta de todas las penas, no quiere decir que se perdonen todas las penas en general, sino solamente el de aquellas que él mismo impuso.

 

21. Por lo tanto, se equivocan los predicadores de indulgencias que dicen que, por la indulgencia del papa, un hombre puede quedar exento de todas las penas, y salvarse.

 

22. De modo que el papa no remite pena alguna a las almas del Purgatorio que, según los cánones, ellas debían haber pagado en esta vida.

 

23. Si a alguien se le puede conceder en todo sentido una remisión de todas las penas, es seguro que ello solamente puede otorgarse a los más perfectos, es decir, muy pocos.

 

24. Por esta razón, la mayor parte de la gente es necesariamente engañada por esa indiscriminada y jactanciosa promesa de la liberación de las penas.

 

25. El poder que el papa tiene universalmente sobre el purgatorio, cualquier obispo o cura lo posee en particular sobre su diócesis o parroquia.

 

26. Muy bien procede el papa al dar la remisión a las almas del purgatorio, no en virtud del poder de las llaves (que no posee), sino por vía de la intercesión.

 

27. Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se echa en la caja, el alma sale volando.

 

28. Cierto es que, cuando al tintinear, la moneda cae en la caja, el lucro y la avaricia pueden ir en aumento, más la intercesión de la Iglesia depende sólo de la voluntad de Dios.

 

29. Y quién sabe, también, si todas esas almas del Purgatorio desean ser redimidas, como se dice que ocurrió con San Severino y San Pascual.

 

30. Nadie está seguro de haberse arrepentido lo suficiente; mucho menos puede estar seguro de haber recibido la perfecta remisión de los pecados.

 

31. Cuán raro es el hombre verdaderamente penitente, tan raro como el que en verdad adquiere indulgencias; es decir, que el tal es rarísimo.

 

32. En el camino de la condenación eterna están ellos y sus maestros, los que creen que están seguros de su salvación por medio de las indulgencias.

 

33. Hemos de cuidarnos mucho de aquellos que afirman que las indulgencias del papa son el inestimable don divino por el cual el hombre es reconciliado con Dios.

 

34. Pues aquellas gracias de perdón sólo se refieren a las penas de la satisfacción sacramental, las cuales han sido establecidas por los hombres.

 

35. Predica como un pagano aquel que enseña que los que van a librar las almas del purgatorio o a comprar indulgencias no necesitan arrepentimiento y contrición.

 

36. Todo cristiano que siente sincero arrepentimiento y contrición por sus pecados, tiene perfecta remisión de penas y culpas aun sin cartas de indulgencia.

 

37. Cualquier cristiano verdadero, sea que esté vivo o muerto, tiene participación en todos lo bienes de Cristo y de la Iglesia; esta participación le ha sido concedida por Dios, aun sin cartas de indulgencias.

 

38. No obstante, la remisión y la participación otorgadas por el papa no han de menospreciarse en manera alguna, porque, como ya he dicho, constituyen un anuncio de la remisión divina.

 

39. Es sumamente difícil, incluso para los teólogos más sutiles, alabar al mismo tiempo ante el pueblo la gran riqueza de la indulgencia y la verdad de la contrición absoluta.

 

40. El verdadero arrepentimiento y la contrición buscan y aman el castigo; mientras que la abundante indulgencia exime de él, y hace que los hombres lo odien, o al menos les da ocasión de hacerlo.

 

41. Las indulgencias del papa deben predicarse con cautela para que el pueblo no crea equivocadamente que deban ser preferidas a las demás buenas obras de caridad.

 

42. Debe enseñarse a los cristianos que no es la intención del papa, en manera alguna, que la compra de indulgencias se compare con las obras de misericordia.

 

43. Hay que instruir a los cristianos que aquel que socorre al pobre o ayuda al indigente, realiza una obra mayor que si comprase indulgencias.

 

44. Porque, por el ejercicio de la caridad, esta aumenta y el hombre se hace mejor, mientras que por medio de la indulgencia no se hace mejor, sino solo más libre del castigo.

 

45. Debe enseñarse a los cristianos que el que ve a un indigente y, sin prestarle atención, da su dinero para comprar indulgencias, lo que obtiene en verdad no son las indulgencias papales, sino la indignación de Dios.

 

46. Debe enseñarse a los cristianos que, a menos que sean suficientemente ricos, es su deber guardar lo necesario para el uso de sus hogares, y de ninguna manera desperdiciarlo en indulgencias.

 

47. Debe enseñarse a los cristianos que la compra de indulgencias es opcional y no es obligatoria.

 

48. Se debe enseñar a los cristianos que el papa, al vender indulgencias, tiene más necesidad y más deseo de una oración devota para sí mismo que del dinero.

 

49. Hay que enseñar a los cristianos que las indulgencias papales son útiles si en ellas no ponen su confianza, pero muy nocivas si, a causa de ellas, pierden el temor de Dios.

 

50. Hay que enseñar a los cristianos, que, si el papa conociera los modos y las acciones de los predicadores de indulgencias, preferiría que la catedral de San Pedro se redujese a cenizas antes que construirla con la piel, la carne y los huesos de sus ovejas.

 

51. Se debe enseñar a los cristianos que el papa, como es su obligación, también está dispuesto a dar de su propio dinero a muchísimos de aquellos a los cuales los pregoneros de indulgencias sonsacaron el dinero aun cuando para ello tuviera que vender la basílica de San Pedro, si fuera menester.

 

52. Vana es la confianza en la salvación por medio de una carta de indulgencias, aunque el comisario y hasta el mismo papa pusieran su misma alma como prenda.

 

53. Son enemigos de Cristo y del papa los que, para predicar indulgencias, ordenan suspender por completo la predicación de la palabra de Dios en otras iglesias.

 

54. Mal se hace a la Palabra de Dios si en un mismo sermón se dedica tanto o más tiempo a las indulgencias que a la palabra del Evangelio.

 

55. La opinión del papa no puede ser otra que ésta:- Si una indulgencia -que es lo más bajo- se celebra con una campana, una procesión y ceremonias, entonces el Evangelio -que es lo más alto- debe celebrarse con cien campanas, cien procesiones y cien ceremonias.

 

56. Los tesoros de la iglesia, de donde el papa distribuye las indulgencias, no son ni suficientemente mencionados ni conocidos entre el pueblo de Dios.

 

57. Es evidente que no se trata de tesoros temporales, pues estos no se gastan a la ligera, sino que son acumulados por muchos de los predicadores.

 

58. Tampoco son los méritos de Cristo y de los santos, porque estos siempre obran, sin la intervención del papa, la gracia del hombre interior y la cruz, la muerte y el infierno del hombre exterior.

 

59. San Lorenzo llamó a los pobres de la comunidad los tesoros de la comunidad y de la Iglesia, pero entendió la palabra en el sentido de su época.

 

60. No hablamos exageradamente si afirmamos que las llaves de la iglesia (otorgadas por el mérito de Cristo) constituyen ese tesoro.

 

61. Pues está claro que el poder del papa es suficiente para la remisión de las penas y el perdón en los casos reservados.

 

62. El derecho y el verdadero tesoro de la Iglesia es el santísimo Evangelio de la gloria y de la gracia de Dios.

 

63. Este tesoro, sin embargo, es muy odiado, puesto que hace que los primeros sean postreros.

 

64. En cambio, el tesoro de las indulgencias, con razón, es sumamente grato, porque hace que los postreros sean primeros.

 

65. Por ello, los tesoros del evangelio son redes con las cuales en otros tiempos se pescaban a hombres poseedores de bienes.

 

66. Los tesoros de las indulgencias son redes con las cuales ahora se pescan las riquezas de los hombres.

 

67. Esas indulgencias, que los predicadores proclaman como grandes misericordias, son en verdad grandes misericordias, por cuanto promueven la ganancia.

 

68. Y, sin embargo, son de lo más pequeño comparadas con la gracia de Dios y con la devoción de la Cruz.

 

69. Los obispos y curas han de observar de cerca que los comisarios de los indultos apostólicos (es decir, papales) sean recibidos con toda reverencia.

 

70. Pero aún más deben observar atentamente que estos no prediquen sus propios caprichos sino lo que el papa ha ordenado.

 

71. El que hable contra la verdad de los perdones apostólicos, sea anatema y maldito.

 

72. Pero bendito sea el que se mantiene en guardia contra las palabras necias e insolentes del predicador de las indulgencias.

 

73. Así como el papa deshonra y excomulga justamente a los que utilizan cualquier tipo de artimañas para hacer daño al tráfico de indulgencias.

 

74. Tanto más es su intención de deshonrar y excomulgar a los que, con el pretexto de las indulgencias, se valen de maquinaciones para hacer daño al santo amor y a la verdad.

 

75. Es un disparate pensar que las indulgencias del papa sean tan eficaces como para que puedan absolver, para hablar de algo imposible, a un hombre que haya violado a la madre de Dios.

 

76. Afirmamos, por el contrario, que el indulto papista no puede quitar el menor de los pecados habituales, con respecto a la culpabilidad del mismo.

 

77. Afirmar que, si San Pedro fuese papa hoy, no podría conceder mayores misericordias, constituye una blasfemia contra San Pedro y el papa.

 

78. Afirmamos, por el contrario, que tanto este como cualquier otro papa tiene mayores misericordias que mostrar: a saber, el Evangelio, los poderes espirituales, los dones de sanidad, etc. (1.Cor.XII).

 

79. Blasfema contra Dios quien dice que la cruz con los brazos del papa, puesta solemnemente en alto, tiene tanto poder como la Cruz de Cristo.

 

80. Aquellos obispos, curas y teólogos, que permiten que se pronuncien tales discursos entre el pueblo, tendrán un día que responder por ello.

 

81. Esos sermones impúdicos sobre las indulgencias hacen difícil, incluso para los doctos, proteger el honor y la dignidad del papa contra las calumnias, o en todo caso contra las preguntas indiscretas de los laicos.

 

82. Por ejemplo: - ¿Por qué el papa no libera a todas las almas al mismo tiempo del Purgatorio por amor santísimo y a causa de la más amarga angustia de esas almas -lo cual sería la más justa de todas las razones si él redime un número infinito de almas a causa del muy miserable dinero para la construcción de la catedral de San Pedro, siendo este el más insignificante de los motivos?

 

83. O también: - ¿Por qué continúan las misas por los difuntos, y por qué el papa no devuelve o permite que se retiren los fondos que se establecieron por el bien de los difuntos, ya que ahora es incorrecto orar por los que ya se han salvado?

 

84. De nuevo: - ¿Qué es esta nueva santidad de Dios y del papa que, por causa del dinero, permiten a los malvados y al enemigo de Dios salvar un alma piadosa, fiel a Dios, y, sin embargo, no quieren salvar esa alma piadosa y querida sin pagar, por amor, y a causa de su gran angustia?

 

85. De nuevo: - ¿Por qué los cánones de la penitencia, hace tiempo abrogados y muertos en sí mismos, porque no se usan, se siguen pagando con dinero mediante la concesión de indultos, como si todavía estuvieran vigentes y vivos?

 

86. De nuevo: - ¿Por qué el Papa no construye la catedral de San Pedro con su propio dinero - ya que su riqueza es ahora mayor que la de Craso, - en lugar de hacerlo con el dinero de los pobres cristianos?

 

87. De nuevo: -¿Por qué el Papa condona o da a los que, por la perfecta penitencia, tienen ya derecho a la remisión y al perdón pleno?

 

88. De nuevo: -¿Que bien mayor podría hacerse a la iglesia si el papa, como lo hace ahora una vez, concediese estas remisiones y este perdón cien veces al día a cada uno de los creyentes?

 

89. Si el papa busca con su perdón la salvación de las almas, más que el dinero, ¿por qué anula las cartas de indulgencia concedidas hace tiempo, y las declara sin efecto, si son igualmente eficaces?

 

90. Reprimir por la fuerza estas preguntas tan reveladoras de los laicos, y no resolverlas diciendo la verdad, es exponer a la Iglesia y al papa al ridículo del enemigo y hacer desgraciado al pueblo cristiano.


91. Por tanto, si se predicaran los indultos según la intención y opinión del papa, todas esas objeciones se resolverían con facilidad o más bien no existirían.

 

92. Que se vayan, pues todos aquellos profetas que dicen al pueblo de Cristo: “Paz, paz”; y no hay paz.

 

93. Pero benditos sean todos aquellos profetas que dicen a la comunidad de Cristo: "La cruz, la cruz", y no hay cruz.

 

94. Hay que exhortar a los cristianos a que se esfuercen por seguir a Cristo, que es su cabeza, mediante la cruz, la muerte y el infierno,

 

95. Y así esperar con confianza entrar en el Cielo a través de muchas desgracias, antes que en una falsa seguridad.



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Fuente: Juan Callejas. Bite. https://biteproject.com/las-noventa-y-cinco-tesis/ Publicado y accedido: 31 de octubre de 2022. 



domingo, 30 de octubre de 2022

Honrando la ancianidad de los pastores Pacheco en el Día del Ministro Evangélico

Hoy, 30 de octubre de 2022, siendo el domingo más cercano al 31 de octubre, en que oficialmente se celebra el Día del Ministro Evangélico en recuerdo al Día de la Reforma, tuvo lugar una bella actividad de honra a los Revs. José y Angélica Pacheco, pastores de las Asambleas de Dios en el Templo «Centro de Adoración», Asambleas de Dios en Sulphur Spring, Texas, Estados Unidos. Mi esposa y yo tuvimos el honor de la ministración de la Palabra, que descansó en Levítico 19: 32: «Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová». El Pastor José Pacheco, ya en la décima década de la vida, activo, lúcido y vigoroso, mereció con creces cada palabra de reconocimiento.

A la verdad, la Biblia distingue la honra de la ancianidad, tan descuidada en nuestro tiempo, donde cualquier jovenzuelo impone criterios desordenadamente. Dios llamó con Moisés a ancianos: «Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos» (Ex. 24: 1). Estaban con David junto a la era de Ornán Jebuseo cuando el ángel del Señor se hizo ver: «Y alzando David sus ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una espada desnuda en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de cilicio» (I Cr. 21: 16).

Aun en los desórdenes llevan un trato distintivo. Así lo indicó Pablo a Timoteo, cuando le escribió: «No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos» (I Ti. 5: 1).

Sus oraciones están en el orden de la Iglesia para situaciones dolorosas y difíciles: «¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor» (Stgo. 5: 14).

Fueron situados por Pablo a la cabeza de las iglesias fundadas. Así indicó a Tito: «Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé» (Ti. 1: 5).

Ellos están en la visión de Juan en el Apocalipsis: «Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas» (Ap. 4: 4).

La ancianidad es la imagen misma que asume el Señor en las visiones de Daniel: «Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente» (Dn. 7. 9).

Sí que ocupan los ancianos un lugar cimero en la honra bíblica. Por eso ninguna expresión es más sugerente para los Pastores José Pacheco y esposa que aquella registrada en Proverbios 16: 31: «Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia». 



sábado, 29 de octubre de 2022

Menos tu vientre

El conocido poeta español Miguel Hernández (1910-1942) escribió entre 1938 y 1939, su memorable poemario Cancionero y romancero de ausencias. Cada línea transparenta el desasosiego en que se mueven los últimos años de su vida, envueltos por la soledad, la miseria y la guerra. A todo esto, se unió la tragedia inenarrable de la muerte de su hijo, a pocos meses de nacer.

En la memoria de todo el que lo lee resalta Menos tu vientre. En esta oda al vientre materno es grandioso el contraste que logra el poeta y la fuerza de la paradoja que expresa con aquel «Menos tu vientre/todo es oscuro». 

Nunca se me hizo más vigente que hoy. ¿Para qué decir por qué?

 

Menos tu vientre

Miguel Hernández

 

Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro,
fugaz, pasado

baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.

 

 

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Fuente: Miguel Hernández. Cancionero y romancero de ausenciashttps://es.pdfdrive.com/cancionero-y-romancero-de-ausencias-d44071823.html pp. 37, 38.

En la voz de J. M. Serrat. https://youtu.be/tZi1Rkw4t3Y?list=PLAvlG50hCB_27pcBBce2sXoNKXlu17ByB


viernes, 28 de octubre de 2022

Hermoso país

«Y dijo el rey a Itai geteo: ¿Para qué vienes tú también con nosotros? Vuélvete y quédate con el rey; porque tú eres extranjero, y desterrado también de tu lugar. Ayer viniste, ¿y he de hacer hoy que te muevas para ir con nosotros? En cuanto a mí, yo iré a donde pueda ir; tú vuélvete, y haz volver a tus hermanos; y Jehová te muestre amor permanente y fidelidad» (II Sa. 15: 19, 20).
Sean encontradas siempre en nuestra boca y corazón, las palabras de Itai geteo: «Y respondió Itai al rey, diciendo: Vive Dios, y vive mi señor el rey, que o para muerte o para vida, donde mi señor el rey estuviere, allí estará también tu siervo» (II Sa. 15: 21).
Quiero pensar en el largo silencio que debió hacer David cuando escuchó aquellas palabras. 
En el río de la vida, en los umbrales de la muerte, ante el Señor Jesucristo vibre algo así en nuestros corazones y pensamientos: «donde mi señor el rey estuviere, allí estará también tu siervo». 
En el río de la vida, en los umbrales de la muerte...
Así sea, Señor. Así sea.

«Hermoso país». Autor: Barney Warren; Traductor: Cristóbal Morales

 

Hermoso manto real, bello país de luz;
Hermoso y dulce hogar habrá allá con Jesús
Corona allí tendré brillando en derredor,
En la eternal mansión a donde iré.


Manto real (Hermoso manto real).
Bello país (Bello país de luz).
Un dulce hogar (Un dulce y tierno hogar).
Pueblo feliz (Pueblo feliz de Dios).
Corona habré (Corona habré de esplender).
Yo de esplender (Corona habré de esplender)
En la mansión de Dios a donde iré.

 

En la mansión de Dios lindas cosas veré,
Y alegre el corazón, tesoros miraré;
Allí no habrá maldad ni muerte llegará,
No habrá dolor ni mal siempre jamás.

 

Manto real (Hermoso manto real).
Bello país (Bello país de luz).
Un dulce hogar (Un dulce y tierno hogar).
Pueblo feliz (Pueblo feliz de Dios).
Corona habré (Corona habré de esplender).
Yo de esplender (Corona habré de esplender)
En la mansión de Dios a donde iré.

 

Gran gozo es para mí que para siempre ahí,
estaré con Jehová libre de todo mal;
Sin penas ni temor mucho gozaré yo,
Déjame oh, Dios, llegar al dulce hogar.

 

Manto real (Hermoso manto real).
Bello país (Bello país de luz).
Un dulce hogar (Un dulce y tierno hogar).
Pueblo feliz (Pueblo feliz de Dios).
Corona habré (Corona habré de esplender).
Yo de esplender (Corona habré de esplender).
En la mansión de Dios a donde iré.

 

Manto real (Hermoso manto real).
Bello país (Bello país de luz).
Un dulce hogar (Un dulce y tierno hogar).
Pueblo feliz (Pueblo feliz de Dios).
Corona habré (Corona habré de esplender).
Yo de esplender (Corona habré de esplender).
En la mansión de Dios a donde iré.



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Fuente: «Hermoso país».  Author: Barney Warren. Translator: Cristóbal Morales. https://youtu.be/uwmW_y7THr8
Interpretación incomparable: https://hymnary.org/hymn/HdG1969/page/129


jueves, 27 de octubre de 2022

Ante la unanimidad fingida de mi pueblo

En el punto más elevado de Cuba, que es el empinado Pico Turquino, hay un busto de bronce. En la tarja de su base se lee: «Escasos, como los montes, son los hombres que saben mirar desde ellos, y sienten con entrañas de nación, o de humanidad» (1).

Escasos, como los montes…

Los que antes de expresarse verifican la dirección en la que lo harán los demás y la usan como referente para el voto propio, esos son:

 

Ecos de otra voz.

Réplicas de una grafía ajena.

Calcos de ideas que no nacieron de sí.

Espejos deformados que visibilizan rostros ajenos.

 

Es el sinsonte el que imita el canto de los demás pájaros, y no le es contado por mérito, porque más hermoso que el plumaje colorido del ave es su canto propio; ese trinar distinguible que, cada mañana, se abre un camino sonoro en la gran sinfonía del campo al romper el alba.

Mi pueblo lo olvidó hace mucho tiempo.

 

 

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(1) José Martí. Carta a Federico Henríquez y Carvajal. Montecristi, 25 de marzo de 1895. Obras completas. Vol. 4. «Política y Revolución», 1895. La Habana: Centro de Estudios Martianos. Karisma Digital, 2001, p. 110.



miércoles, 26 de octubre de 2022

Busque uno que satisfaga las exigencias del Salmo 15

Si somos juzgados a la luz del Salmo 15 ninguno entra al cielo. Léalo:

 

1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?

¿Quién morará en tu monte santo?

2 El que anda en integridad y hace justicia,

Y habla verdad en su corazón.

3 El que no calumnia con su lengua,

Ni hace mal a su prójimo,

Ni admite reproche alguno contra su vecino.

4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,

Pero honra a los que temen a Jehová.

El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;

5 Quien su dinero no dio a usura,

Ni contra el inocente admitió cohecho.

El que hace estas cosas, no resbalará jamás.

 

Tales condiciones se demandan para habitar en el Tabernáculo de Dios. Nadie que haya vivido las cumplió, ni siquiera el que escribió el Salmo, el gran rey David.

Tal vez hoy entienda mejor porqué Cristo tuvo que vivir:

 

Él fue el único que anduvo en total integridad y justicia,

Él fue el único que habló total verdad en su corazón.

Él fue el único que no calumnió con su lengua, ni hizo mal a su prójimo, ni admitió reproche alguno contra su vecino.

Ante Él el vil fue menospreciado. Honró a los que temían a Jehová.

Nunca cambió, ni su dinero dio a usura.

Contra el inocente no admitió cohecho.

Nunca resbaló.

 

En el valor de Su vida, en el valor de Su muerte, nos abrió el camino al cielo.



martes, 25 de octubre de 2022

Hasta hace poco no supe cuánto se odiaban los escritores

En 2016, en un animado intercambio, el célebre canta-autor español Joaquín Sabina preguntó al destacado escritor español, Arturo Pérez Reverte:

 

Una cosa que me divierte, me sorprende y te quiero preguntar: he ido observando, desde que ando más con escritores que con músicos, que son quince años, que, los rencores que imitan, las envidias y las puñaladas traperas entre los escritores son infinitamente más que entre los músicos, que solemos ser amigos y solidarios. ¿Por qué? (1)

 

Pérez Reverte contestó:

 

Hay un componente de vanidad en la escritura. Hay menos lectores, pero también hay un componente de vanidad; es decir, todo escritor es un acto de vanidad (…), el escritor que publica, el que sale al escenario... ¿Sabes lo que pasa?, en un cantante hacen falta dos cosas: o tener buena voz o tener mucho talento; y si tienes las dos cosas juntas, mejor; pero en literatura cualquiera puede llamarse escritor. En literatura cualquiera dice: “Yo soy escritor. Tengo tal novela…”. Es tan amplio el territorio, y todo el mundo se da codazos para figurar (…).

En la Guerra Civil hubo ejecuciones y denuncias por odios literarios (2).

 

Nunca me había detenido frente a una percepción así, que debe ser considerada por venir de un escritor con una trayectoria tan mundialmente reconocida, que es, además, miembro de la Real Academia Española desde 2003. Ni siquiera lo sospechaba. Haciendo entonces una regresión en la memoria comencé a entender algunas reacciones frente a publicaciones de alta calidad puestas en circulación en mi patio insular. Creí que se trataba de temores políticos, en los que leyeron; ellos luchan para no anegarse en un medio policial, donde todo está politizado; pero creo entender ahora que, más allá de tales cosas (que son innegables en Cuba), está la triste historia del odio a «la obra del otro» de que hablan Sabina y Reverte; deplorable carril por el que andan los que, frente a toda obra escrita, debieran gastar el tiempo haciendo una reseña crítica que balancee valores y limitaciones. «No tengo tiempo», dirá el tal ser. Sí lo tiene: el tiempo que usa para odiar úselo para justipreciar.

Resumidamente, entre interrupciones mutuas, en aquel diálogo vivo y fraterno, Sabina resumió: «Yo creo que el pastel a repartir es más pequeño». Y en un expirar en que se fusionó lo práctico con lo utópico, y entre risas, concluyó: «Eso tenéis que corregirlo, y tenéis que quereros como hermanos» (3).

Algún día, Sabina, algún día…

 

 

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(1) «Joaquín Sabina y Arturo Pérez Reverte, el primer encuentro». El Mundo. https://youtu.be/xIxNOcST-xg Entre 15:43-18:21 min. 9 de mayo de 2016. Accedido: 25 de octubre de 2022, 2: 29 p. m.

(2) Ibíd.

(3) Ibíd.



lunes, 24 de octubre de 2022

Desde la sede internacional de una importante asociación

Con grandes letras, en la sede de tan notable institución se lee:

 

«No aceptamos críticas, observaciones ni sugerencias. No las recibimos, ni las atendemos. Solo serán aceptados halagos y aplausos».

 

Firmado,


Asociación Internacional de Ignorantes.



domingo, 23 de octubre de 2022

Acacia

La acacia crece en África, América, Asia y la costa del Pacífico. Es oriunda de Australia. Es un árbol hermoso y brillante. Crece rápido con relación a otras formaciones de su tamaño; levanta un metro desde la tierra cada dos años. La acacia soporta condiciones hostiles y no requiere de grandes cuidados. Es un árbol frondoso y tupido, lo que hace su sombra agradable. Se adapta mejor a las zonas tropicales y subtropicales, donde se le ve silvestre por doquier.

Se distribuye en el mundo en mil quinientas especies. La acacia baileyana es la más pequeña; viene a ser un arbusto y crece poco; muchos la eligen para ambientar sus jardines cuando estos son pequeños. Soporta estoicamente bajas temperaturas. Tiene un color tornasolado en los bordes de las hojas. Su flor es amarilla.

La acacia longifobia consigue mayor altura; puede alcanzar los siete metros. Soportas también bajas temperatura, pero no en grado comparable a la anterior. Su tono es más oscuro y sus hojas, que se muestran perennes, son alargadas.

La acacia seyal es la que aparece en la Biblia. Su corteza es pálido-verdosa o rojiza y se levanta formidable hasta una altura de entre seis y diez metros. Es fuente de goma arábiga, que exuda de sí cuando la corteza se hiere, sellándola e impidiendo la entrada de gérmenes en un curioso ejercicio de autopreservación. Esta goma tiene mucho uso industrial; es, de hecho, pegamento universal para papel; es soluble y no es tóxico, lo que importa cuando se considera a las personas que humedecen el borde del sobre y el sello de correo con la lengua. Es la cola más corriente usada en el empapelado de las paredes. El uso de la goma arábiga se extiende más allá de su condición de pegamento, como estabilizador de sustancias en las industria alimenticia y medicamentosa.

La madera de la acacia es resistente, pesada y duradera. Su acabado es brillante y los tonos diversos de su superficie trabajada explican el uso frecuente que se hace de ella en la preparación de muebles de gran calidad y larga duración. Es la madera de la que se haría el tabernáculo de Israel en el desierto, y en él el arca, el altar de incienso y el altar del holocausto.

 

«Y harás para el tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén derechas» (Ex. 26: 15).

«Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de acacia lo harás» (Ex. 30: 1).

«Hizo también Bezaleel el arca de madera de acacia; su longitud era de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
2 Y la cubrió de oro puro por dentro y por fuera, y le hizo una cornisa de oro en derredor» (Ex. 37: 1, 2).

«Igualmente hizo de madera de acacia el altar del holocausto; su longitud de cinco codos, y su anchura de otros cinco codos, cuadrado, y de tres codos de altura» (Ex. 38: 1).

 

En las versiones antiguas de la Biblia se le llama a la madera de acacia, «madera de Setim»:

 

Éxodo 30: 1:

Versión católica Torres Amat de 1825: «Harás asimismo un altar de madera de setim para quemar los perfumes o timiamas»

Biblia Reina Valera 1909: «Harás asimismo un altar de sahumerio de perfume: de madera de Sittim lo harás».

Biblia Reina Valera Antigua 1602 (Biblia del Cántaro): «Harás asimismo un altar de sahumerio de perfume: de madera de Sittim lo harás».

Biblia Septuaginta al Español: «Y harás un altar de timiamas; de madera de Sitim lo harás».




sábado, 22 de octubre de 2022

En la escuela del quebranto

«De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven» (Job 42: 5).

Era el hombre más recto de los tiempos antiguos. Caminaba con Dios. El Altísimo estaba cada mañana en sus más íntimos pensamientos. Se llamaba Job y es notable que la visibilidad perfecta del Señor no le llegara en la holgura y el placer, sino en el más completo quebranto. Perdió el mismo día sus diez hijos. Se escurrieron entre los dedos de sus manos sus inmensas propiedades. Días después se iría de él la salud. Los mensajes que le llegaron de los amigos cercanos en las jornadas siguientes acentuaron el quebranto cuando le señalaron como merecedor de males mayores.  

Es en ese mar de dolor que oye a Dios. Como nunca tiene una experiencia reveladora que le lleva a un «más allá» con relación a toda experiencia vivida hasta ese día: «De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven».

Parece que veremos a Dios como en ningún otro contexto, en el quebranto.




viernes, 21 de octubre de 2022

Borges

Jorge Luis Borges, uno de los más destacados narradores y poetas del siglo XX, es el escritor argentino más universal. Por su vasta cultura las entrevistas que concedía se recogen en la historia como tesoros de valor literario. Tenía un curioso humor fino y un sentido de desdén hacia los halagos. En una oportunidad se le escuchó decir: «Nada, nada amigo mío; lo que le he dicho, no estoy seguro de nada, no sé nada. Imagínese que ni siquiera sé la fecha de mi muerte…» (1).

A la par que expresaba su cultura descubría la ignorancia universal de los hombres.

 

 

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(1) Verónica Abdala. “A 120 años de su nacimiento. Veinte frases increíbles de Jorge Luis Borges”. Clarín / Cultura https://www.clarin.com/cultura/veinte-frases-increibles-jorge-luis-borges_0_e-l5has-3.html Actualizado al 23/08/2019 11:25. Publicado: 21 de agosto de 2019, 16:53 h. Accedido: 15 de enero de 2021, 12: 10 pm.



jueves, 20 de octubre de 2022

En aquel día no me preguntaréis nada

Tal vez descubrió ya que, de este lado de la vida, hay más preguntas que respuestas:
¿Por qué Jesús llamó entre sus discípulos a Judas Iscariote, y no a Saulo de Tarso?
¿Por qué el malo de Manasés reinó cincuenta y cinco años en Jerusalén?
¿Por qué Herodes no expiró cinco minutos antes de dar la orden de asesinar a todos los niños de Belén?
¿Por qué María, llevando en su vientre a Jesús, tuvo que viajar sobre un animal de carga ciento treinta kilómetros desde Galilea hasta Jerusalén para ser empadronada con José, mientras Felipe fue traspuesto sin esfuerzo desde el desierto que se abría rumbo a Gaza?
Muchas preguntas se agolpaban en los corazones de los afligidos discípulos: "Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?" (Jn. 14: 5b). "Señor, muéstranos el Padre, y nos basta" (Jn. 14: 8b). "Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?" (Jn. 14: 22b). "¿Qué es esto que nos dice: Todavía un poco y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; y, porque yo voy al Padre? Decían, pues: ¿Qué quiere decir con: Todavía un poco? No entendemos lo que habla" (Jn. 16: 17b, 18).
 A escasas horas de la cruz, en los más inciertos momentos de confusión y tristeza que vivieran los discípulos, Jesús les dijo: "También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo. En aquel día no me preguntaréis nada" (Jn. 16: 22, 23). 
¿Por qué tuve el accidente? ¿Por qué me enfermé? ¿Por qué quebró mi cuenta bancaria? ¿Por qué tuve que decir adiós al mejor amigo el día que no me comprendió?
En "aquel día" no habrá preguntas. Delante de nosotros estarán todas las respuestas. 


miércoles, 19 de octubre de 2022

La coma no es un snorkel


Sabe lo que es un snorkel, ¿verdad?, ese instrumento tubular de buceo superficial que usamos para mantener la cabeza dentro del agua, mientras respiramos a través de él por la boca. Bueno, equivocadamente, muchos conciben la coma como eso, como un snorkel y, por ende, un recurso para respirar durante la lectura. ¿Quién no tiene la memoria lejana de una maestra primaria que, al verle leer sin pausas, protesta y le dice: «¡Respira!»?

A la verdad la coma no está en función de la respiración, sino de la comprensión. Hay oraciones muy largas que no la necesitan, porque no existe el peligro de que se tuerza la comprensión de lo que se quiere decir. Por el contrario, hay oraciones cortas en las que se impone respetarlas so pena de que se interpreten al leer cosas muy diferentes a las que estaban en la intención del que escribió.

 

Una oración larga que no lleva coma

Ejemplo:

 

«Nada me ha decepcionado más en la vida que el establecimiento del avión como medio regular de transporte.»

(Agatha Christie. Autobiografía. Tomo I. La Habana: Editorial Arte y Literatura, 1981, p. 217.)

 

«Clubin había dejado su vela encima de la mesa y se había puesto a quitar y poner una fila de alfileres que llevaba en el cuello de su chaquetón.»

(Víctor Hugo. Los trabajadores del mar. La Habana: editorial de Arte y Literatura, 1974, p. 176.)

 

«El joven Manuel Gutiérrez Najera nos ha enviado una bien escrita carta sobre la indicación que en la Revista se le hizo acerca de la autora de los versos que tomó por epígrafe para una poesía suya.»

(José Martí. «Los versos de la bogotana» Obras Completas. Edición Crítica. La Habana: Centro de Estudios Martianos. Tomo IV, 2001, p. 204.)

 

Las oraciones anteriores son extensas y no necesitan en su estructura de una coma. La idea que expresa cada una no puede ser interpretada por dos caminos, por ende, no llevan coma en parte alguna de su estructura. En estas oraciones extensas las pausas respiratorias las pone el lector.

 

Oraciones cortas que necesitan coma.

 

Un par de palabras no necesitan pausa respiratoria, pero en ciertos casos es imprescindible la coma para poder comprender lo que se quiso decir.

Ejemplo: Antonio, estudia.

Aquí se le está diciendo a Antonio que estudie. Si no colocamos la coma la idea cambia. Ejemplo: Antonio estudia. Aquí, sin coma, se está afirmando que Antonio estudia.

Note que la coma determina una diferencia total en la idea.

 

Conclusión

 

No es asunto de misericorde respirar. Es un asunto de exacta comprensión. En función de eso está la coma.

Lea con ritmo, respire, no precipite la lectura oral cuando no vea la coma; hacerlo transmite ansiedad y resta tiempo de comprensión al que le escucha. La lectura rápida es molesta y poco elegante. Ya bastante ansiedad tiene el mundo; no agregue una más.

Tales consideraciones llevan a un desentendimiento entre poetas y prosistas. Dulce María Loynaz se molestaba mucho cuando alguien leía con un ritmo incorrecto una esquela poética suya. Bueno…, los poetas detestan que se hagan pausas respiratorias donde la cadencia rítmica del verso no la lleva en la intencionalidad del autor. El asunto que complica las cosas y requiere atención especializada, es que los signos y las pausas en poesía disfrutan de licencias adicionales respecto a la prosa. Eso lleva a la necesidad de escribir otro artículo, pero deben hacerlo los poetas. No lo escribí cuando lo era. Ya es tarde...



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Imagen tomada de Pixabay. Gratis para usos comerciales. No es necesario reconocimiento

Texto sugerido: Imagen de Observations? Science needs your data www.inaturalist.org en Pixabay 



martes, 18 de octubre de 2022

El único libro bíblico que no tiene abreviatura

Abreviar los nombres de los libros de la Biblia es una necesidad constante para todo escritor y comentarista teológico. La frecuencia con la que se abordan los contenidos de los textos bíblico así lo exige. En general se sigue el patrón de las Sociedades Bíblicas Mundiales, que está presentado en las primeras páginas de las biblias.

Por años he preguntado a mis estudiantes de institutos bíblicos, facultades teológicas y universidades acerca de si recuerdan cuál es el libro bíblico que no se abrevia. En general quedan sorprendidos por la pregunta. Muchos no han advertido que el nombre del libro de Job no se abrevia. Es curioso.



lunes, 17 de octubre de 2022

Job y la sabiduría

En Job, capítulo 28, uno de los más antiguos patriarcas se debate entre el concepto y el valor de la sabiduría. Pudo desvariar, porque se encontraba en el momento más crítico de su vida. La presión no es una condición adecuada para encontrar el equilibrio. Es asombroso; él lo encontró. Lea sus palabras acerca de la sabiduría y lo advertirá:

 

12 Mas ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia?

13 No conoce su valor el hombre. Ni se halla en la tierra de los vivientes. 

14 El abismo dice: No está en mí; y el mar dijo: Ni conmigo. 

15 No se dará por oro, ni su precio será a peso de plata. 

16 No puede ser apreciada con oro de Ofir, ni con ónice precioso, ni con zafiro.

17 El oro no se le igualará, ni el diamante, ni se cambiará por alhajas de oro fino.

18 No se hará mención de coral ni de perlas; la sabiduría es mejor que las piedras preciosas. 

19 No se igualará con ella topacio de Etiopía; no se podrá apreciar con oro fino.

20 ¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia?

21 Porque encubierta está a los ojos de todo viviente, y a toda ave del cielo es oculta.

22 El Abadón y la muerte dijeron: su fama hemos oído con nuestros oídos. 

23 Dios entiende el camino de ella, y conoce su lugar.

24 Porque él mira hasta los fines de la tierra, y ve cuanto hay bajo los cielos.

25 Al dar peso al viento, y poner las aguas por medida; 

26 Cuando él dio ley a la lluvia, y camino al relámpago de los truenos, 

27 Entonces la veía él, y la manifestaba; la preparó y la descubrió también.

28 Y dijo al hombre: he aquí que el temor del Señor es la sabiduría,
Y el apartarse del mal, la inteligencia.



domingo, 16 de octubre de 2022

Es la vida

No es lógica.

No es justa.

Para unos termina antes de tiempo.

Para otros dura más de lo que se pudiera esperar.

Alumna de nadie. Maestra de todos.

Principio y fin.

Revelación y misterio.

Es lo más importante que nos pudo suceder.

Vino de Dios y solo cobra sentido en Cristo.

Es la vida.