Translate

domingo, 24 de mayo de 2020

¿Como es correcto decir: “Bendiciones” o “Dios te bendiga”?

Cuando lo importante es discutir, ¿verdad? ¿Tenía ombligo Adán? ¿Dijo que sí? Entonces usted es ombliguista. Yo soy antiombliguista. Ya estamos divididos.
¿Es pecado leer la Biblia en el teléfono móvil? ¿Dijo que no? Entonces usted es un biblioelectrónico. Yo soy un bibliopapelista. ¡No nos entendemos!  
Las puertas de la iglesia deben cerrar durante la semana. ¿Dijo que sí? Entonces usted es un miembro de la organización “Iglesia de la Puerta Cerrada”. Yo soy miembro de la Iglesia de la Puerta Abierta.
No hay que ver mucho un asunto, ni cuánto de fundamento bíblico pueda tener, porque lo importante es discutir. ¿Dijo que sí? Entonces usted es un discutidor, mientras que yo…
Bueno, solo llamo la atención a la archi-recontra y ultraridícula discusión contemporánea que hay entre los “Dios te bendiga” y las “Bendiciones”, como formas de saludos o despedidas.
El tradicional “Dios te bendiga” ha sido convertido en un “pecado” con el que se expresa una postura de “incredulidad” o “falta de fe” en el hecho de que ya Dios nos bendijo. Creo recordar la primera vez que oí algo así. “Dios te bendiga” dije a alguien; para sorpresa mía me contestó: “Dios te bendiga no, porque ya yo estoy bendecido”, y triunfal ante aquella perspectiva de “conferencia magistral”, me rectificó mi “grave error”: “¡Se dice: ‘Bendiciones’”! Mi mandíbula cayó a la altura de la rodilla, de donde con dificultad la volví a traer a su lugar, tras superar la sorpresa. “¡¿Y ahora eso está en discusión?!”, pregunté, sin salir de mi asombro. “Tiene que actualizarse, hermano. Eso es teología constituida…”, fue la respuesta que recibí. Tratando de orientarme acerca de si definitivamente aquello era una broma caribeña, pregunté: “Teología constituida..., ¿¡por quién…!? ¿¡De dónde salió ese disparate…!?”.
No puedo recordar el tiempo que demoró la discusión, lo que si sé es que han pasado veinte años y el embrollo persiste. Cuando le dices a alguien: “Dios te bendiga”, te contesta en un tono de paternal y condescendiente rectificación: “Bendicioneeeees…”; así, alargando la “e…”, para que lo fijes en tu memoria. Es una “lección de actualización” respecto a tu “anticuado saludo” que procede, al parecer, de una mala exégesis, o de una teología que perdió toda vigencia, hermenéuticamente hablando. Vaya, que “no estás en la onda”.
Aprovecho para repensar, ahora que no está nadie delante que se pueda ofender: “¿¡de dónde salió ese disparate!?”
Pensemos un poco: “Bendiciones” es un sustantivo, como puede serlo “mesa”, “silla”, “butaca” o “libro”. Si yo le digo: “mesa”, usted se me quedará mirando, porque ¡no le he dicho nada! Se creará un suspenso en la escena porque usted se mantendrá esperando a que yo le explique lo que estoy queriendo decir. Usted dirá para sí: “Mesa, ¿qué dijo?, ¿está preguntando por la mesa?, ¿necesita una mesa?, ¿o se está presentando porque su apellido es “Mesa?” ¿Sabe por qué sucederá este bloqueo?, ¡porque no he dicho nada comprensible!
La unidad básica de la comunicación es la oración; esta lleva sujeto, verbo y predicado. A veces el sujeto se puede omitir, gracias a la riqueza que le da al español el tiempo reflexivo (los angloparlantes no lo tienen); es así que puedo decir: “Me peino”, sin tener que decir: “Yo me peino”. Puede ser también que un verbo indique una idea completa, cuando hay cierta información previa; si usted dice: “murió”, y todo el mundo sabe que el gato de la casa estaba grave, tras su octava caída, bueno…, lo entenderán. Se habrá usted valido de la bondad expresiva que tiene el verbo, esos recursos del habla que indican acción en todos los idiomas; pero, esa cualidad… ¡no las tienen los sustantivos! ¡Cuando usted me dice “Bendiciones”, ¡no ha dicho nada! ¡Tanta capacidad de transmitir información tiene la palabra “bendiciones” como la tiene la palabra “ladrillo”! ¿Qué pensaría usted si a su “Bendiciones” yo le contesto: “Ladrillo”? Me preguntará con seguridad: “¿Qué quiso decir?”, y yo le contestaré con otra pregunta: “¿Qué quiso decir usted primero con “Bendiciones?”
Querido amigo, “Dios te bendiga” es una expresión bíblica, que no estoy dispuesto a negociar, y es así, como te la escribo, porque no se escribe Dtb. El nombre del Rey del Cielo no se abrevia, ni se escribe con minúscula: es sagrado.
Te regalo entonces algunos ejemplos:
Isaac bendijo a Jacob, diciendo: “Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos” (Gn. 28: 3).
Moisés pronunció grandes palabras de bendición sobre el pueblo de Israel, lea de qué forma: “…y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella (Dt. 30: 16d). “Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella” (Dt. 23: 20). “¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido!” (Dt. 1: 11.)
Así recibieron los segadores a Booz: “Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: ‘Jehová sea con vosotros’. Y ellos respondieron: ‘Jehová te bendiga’ (Rt. 2: 4).
 El salmista prorrumpe en expresiones similares: “Desde Sion te bendiga Jehová, el cual ha hecho los cielos y la tierra” (Sal. 134: 3). “Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; haga resplandecer su rostro sobre nosotros” (Sal. 67: 1).
El profeta Jeremías escribió una indicación acerca del uso de esa expresión: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia, oh monte santo’” (Jer. 31: 23). 
¿Ha oído hablar de la “bendición sacerdotal”? Mi esposa y yo la pronunciamos miles de veces sobre nuestras hijas y sobre la grey que pastoreamos. Son las palabras que Jehová Dios dijo a Moisés que diera a Aarón para con ellas, como sacerdote supremo del pueblo, les bendijera. ¿Las recuerda? No se esfuerce en memorizar; aquí se las escribo: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz” (Nm. 6: 24-26). ¡Bellísimo!
Pablo, el apóstol, va más allá, y describe la bendición que desea sobre los romanos: “Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” (Ro. 1: 7b). “Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén” (Ro. 15: 33). “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén” (Ro. 16: 24). A los corintios escribe: “La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros” (I Co. 16: 23).
Replicar al que te dice con bondad y amor: “Dios te bendiga”, con un “Ya nos bendijo” es un vano gloriar. Es pretender que el “maná de ayer” cubra el hoy. Estamos en un cuerpo humano con suficiente peso de debilidades como para que se nos haya advertido con énfasis que “cuidemos la salvación con temor y temblor” (Fil. 2: 12). Necesitamos bendiciones diarias y múltiples; tienen que ver con el hambre desesperada de la gracia de Dios que hay en nuestras vidas, gracia de la que Pablo habla tanto al comienzo como al final de sus diferentes epístolas. El apóstol sabía perfectamente que ya Dios nos había bendecido en el pasado; él fue quien escribió a los efesios: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Ef. 1: 3), y sabiendo esto, que ya Dios nos bendijo a todos, pronunció, sin embargo, la grandiosa y trinitaria despedida de Segunda de Corintios en su versículo final, no refiriéndose al pasado sino a la vida futura de los corintios: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén” (II Co. 13: 14).
Hermano y amigo: quizá en el cielo puedas decirme: “Ya Dios me bendijo”, pero mientras estés aquí en la tierra, este es mi deseo, mi saludo y mi despedida para ti: Dios te bendiga.


1 comentario:

  1. Bendito sea el nombre del señor ,El es soberano y muestra la verdad en yodo tiempo s la luz de la Biblia , muchas gracias por compartir de lo que nuestro Dios le ha dado. DIOS LE BENDIGA.

    ResponderEliminar

Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.