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sábado, 13 de abril de 2024

Mucho han vivido...

Mucho han vivido las madres. No les cuente la edad según el calendario; ellas vivieron los días de sus hijos, sus esposos...

Mucho viven el médico verdadero, el estadista dedicado, el líder auténtico.

Mucho han vivido los que intercedieron por otros, los que llevaron cargas, sinsabores o sueños, y fueron donde Dios, en oración, en favor de sus amigos, con el corazón embargado de tristeza, a la búsqueda de una vida mejor. Preciados intercesores; aprendieron a orar por algo más que el pan propio.  

Ama Dios a estos seres de larga vida, y los busca como preciadas herramientas de bien: «Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra...» (Ez. 22:30).

Mucho vivió el Señor Jesús. No resuma en treinta y tres años su vida. Él llevó al mundo en la Cruz. Sus días no pueden ser contados; es, de hecho, el Eterno...



domingo, 7 de abril de 2024

Fueron sus lágrimas

Mucho más que las de Jeremías, las lágrimas de David llenan la Biblia; humedecen todavía los salmos que escribió.

Pocas personas impactaron más la historia siguiente de sus pueblos, o llegaron más lejos en respaldo y bendición. A nadie hizo Dios promesas más grandes: «Hice pacto con mi escogido; juré a David mi siervo, diciendo: para siempre confirmaré tu descendencia, y edificaré tu trono por todas las generaciones» (Sal. 89: 3, 4).

¿Dónde estuvo el secreto de aquel inamovible rey? ¿Cuál fue el egregio camino seguido para tan resonante victoria? ¿Sus destrezas militares? ¿Sus hábiles alianzas? «Pasos a seguir», «claves secretas», «métodos para llegar a la meta»; ¿le suenan familiares estas expresiones? ¿Tienen algo que ver con la vida del quien fuera el regio militar y a la par el «dulce cantor de Israel»? (II Sa. 23: 1). ¿Qué le llevó a ser el más grande rey que tuviera tan significativo pueblo? Hay una sola respuesta: sus lágrimas. Frente a los graves desvaríos de su vida, desatinos, mentiras, violencias, ellas expresan una sola cosa: el más genuino arrepentimiento. Este último vino seguido de aprobación, restitución y triunfo.

Tres consecuencias tuvieron para David aquellas lágrimas: «se fortaleció en Jehová su Dios» (I Sa. 30: 6); encontró siempre «el camino de regreso» (Lc. 15: 18); fue aprobado por Aquel que es el único Juez de todas las acciones de los hombres (Gn. 18: 25).

Todos pueden repetir hoy de memoria el Salmo 23, aun los impíos. Sepa, sin embargo, que el hombre que escribió aquellas palabras supo hacer algo más que arrancar del arpa notas liberadoras, lanzar la piedra infalible a la frente de Goliat, derrotar filisteos y amalecitas, o expandir las fronteras de Israel a límites no alcanzados; más allá de esto supo hacer algo determinante: llorar con el más genuino arrepentimiento en la presencia de Dios. Allí fue aprobado.



domingo, 31 de marzo de 2024

No, no has terminado

No, no has terminado. Como siervo de Dios tu camino es otro y su final no lo determinan el calendario, ni las políticas de jubilación; ni siquiera lo determinas tú; mucho menos las marginaciones de los que apenas saben lo que es un llamamiento.
No, no has terminado. Dios y solo Dios decide el instante en que caerá el telón que cierra el ministerio. No puedes siquiera predecir la dimensión de bendición que serás y recibirás. «Independientemente de tu edad, el resto de tu vida puede ser lo mejor de ella...»[1]. Así lo remarcó Rick Warren
«Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová dará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno» (Zac. 10: 1).
No, no has terminado. Así pensaba Elías cuando se le dijo: «largo camino te resta» (I Re. 19:7).

 
__________
 

[1] Rick Warren. Una vida con propósito. Florida: Editorial Vida, 2003,  p. 309.


domingo, 28 de enero de 2024

"Dios no cambia" (Nm. 23:19).

Predicación: «Dios no cambia» (Nm. 23:19). Mensaje predicado por el Rev. Dr. Octavio Ríos Verdecia, en la mañana del 28 de enero de 2024, Templo «Casa de Oración», Asambleas de Dios, en Longview, Texas, Estados Unidos. Respuesta a una amable invitación de los Pastores Agustín y Mere Campos. Servicio completo. Medios audiovisuales de "Casa de Oración". Usado con permiso. 
A su alcance en:



miércoles, 17 de enero de 2024

Puertas Abiertas: Lista mundial de persecución religiosa, 2024

La organización internacional Puertas Abiertas publica hoy, 17 de enero de 2024, su lista actualizada de persecución mundial del cristianismo. La célebre organización internacional, de acuerdo con los informes que recibe (asesinatos, encarcelamientos, ataques a las iglesias) aplica tres tipos de puntajes; estos son: Alto (41-60 puntos). Muy alto (61-80). Extremo (81-100).

La lista se encuentra a su alcance y disponible en:

https://www.puertasabiertas.org/es-ES/persecucion/lmp/

Este es el orden de la persecución cristiana publicado hoy: 

1.       Corea del Norte

2.      Somalia

3.      Libia

4.      Eritrea

5.      Yemen

6.      Nigeria

7.      Pakistán

8.     Sudán

9.      Irán

10.  Afganistán

11.   India

12.  Siria

13.  Arabia Saudí

14.  Mali

15.  Argelia

16.  Irak

17.   Myanmar

18.  Maldivas

19.  China

20. Burkina Faso

21.  Laos

22. Cuba

23. Mauritania

24. Marruecos

25. Uzbekistán

26. Bangladés

27.  Níger

28. República Centroafricana

29. Turkmenistán

30. Nicaragua

31.  Omán

32. Etiopía

33. Túnez

34. Colombia

35. Vietnam

36. Bután

37.  México

38. Egipto

39. Mozambique

40. Catar

41.  República Democrática del Congo (RDC)

42. Indonesia

43. Camerún

44. Brunéi

45. Comoras

46. Tayikistán

47.  Kazajistán

48. Jordania

49. Malasia

50. Turquía 

Por veinte años, la llamada República Popular Democrática de Corea, que no tiene nada de «popular», mucho menos de «democrática», ocupó el primer lugar en la Lista Mundial de la Persecución (LMP), como el país más hostil del mundo al Evangelio. En la lista del 2022 hubo una temporal discontinuidad: pasó a ser el número dos, tras sufrir Afganistán la toma de control de los talibanes en el verano del 2021. En el período de reportaje de la LMP de 2023, tras la emigración forzada de cristianos de Afganistán, Corea del Norte volvió a colocarse a la cabeza. Este año, 2024, se restablece el patrón habitual, con Corea del Norte de puntera en la tenebrosa lista. Dura cosa ha de ser a ese régimen «dar coces contra el aguijón» (Hch. 9: 5).



domingo, 31 de diciembre de 2023

A las puertas del nuevo año

La escritora Anne Lamott afirmó: «Perdonar es renunciar a toda esperanza de tener un pasado mejor». Atendía, al decirlo, a una de las áreas más complejas a la hora de perdonar; tiene que ver con el perdonarnos a nosotros mismos. Divorcios, desamparos familiares, traiciones de amigos, promociones retenidas, enfermedades penosas, lejanías, pérdidas; todas gravitan como fardos inamovibles que arrastramos, que se resisten a ser borrados de los archivos donde guardamos los más tristes recuerdos. Pero los fracasos y su sentido de culpa inherente, Dios los olvidó. «¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad?» (Mi. 7: 18a). «Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados» (Is. 43:25). El Omnisciente, el Altísimo, no los recuerda ya. ¿Por qué lo harás tú? ¿Tienes más memoria que Dios?

Mira al nuevo año, a minutos de ti, y sonríe. Mira entonces atrás a todo el año vivido, y, por triste que haya sido, sonríe también. Perdónate.

Vivir resentidos con nosotros mismos es olvidar la Obra de la Cruz; es desconocer la dimensión de lo que allí pasó. Aquel Viernes Santo del 7 de abril del año 30 (14 de Nisán), a las tres de la tarde, a instantes de morir, Jesús pronunció palabras finales de hondo significado. Un velo de misterio cubre a dos de ellas. «Consumado es» (Jn. 19: 30); así le oyeron decir los que estaban al pie de la Cruz. ¿Qué mensaje suponía para ellos? ¿Qué proclamación enviaba el Hijo de Dios al mundo infinito? Entiéndelo hoy: en aquel «Consumado es», el Señor Jesús estaba diciendo: «Todo está cumplido. La Obra está hecha. Todo está perdonado».



domingo, 24 de diciembre de 2023

Jesús

El Eterno irrumpió en el tiempo.

Aquel célico Ser brotó de la tierra.

Nació y es la única esperanza de todos los hombres.

Contuvo con Su muerte nuestro despeñar irremediable al infierno. Abrió con Su Sangre el camino a la salvación y la Vida Eterna.

Él es lo único importante que sucediera alguna vez. Es el único héroe que ha existido.

Su vida reescribió la historia.

Todo lo que de bueno pasó después tiene una sola razón: Él nació.




sábado, 9 de diciembre de 2023

Sé feliz

Tuve una contrariedad grande ayer, mientras manejaba a las 6:00 a.m. por una peligrosa interestatal de Texas. Me ensombrecí tanto... «Qué rara es la felicidad duradera», así pensé, cuando, inexplicablemente, vi en el recuerdo una lejana escena; se trataba de una evocación rara: mis padres hacían fila toda la madrugada, el 6 de enero de cada año, para que, al pie de la cama amanecieran los tres juguetes que se podían adquirir; eso hacían. Con la nitidez de una visión vi sus rostros, esperando mi impresión al despertar, y el alivio que sentían cuando me deslumbraban el brillo y el olor del juguete nuevo, el abrazo que daba a aquella sorprendente carriola o a la espigada cerbatana plástica. En una clara remembranza aparecieron sus sonrisas complacidas y respiraciones aliviadas.

No entendí a qué venía aquella memoria, tan desconectada de lo que acababa de pasarme, cuando el Espíritu habló a mi pobre espíritu: «¿Qué habrían sentido ellos si hubieras mirado con menosprecio a aquellos juguetes?». Apareció de pronto la Cruz, y empecé a entender, porque Cristo murió no solo para que tuviéramos salvación; Él murió también para que el Espíritu Santo descendiera; sin la asistencia del Espíritu Santo nadie podría venir a Él y nacer de nuevo. La plenitud y llenura del Espíritu llevan a la salvación, renovación y reparación. Ahí me quedé cuando, como en un susurro brotó una pregunta: «¿A qué más lleva...?». Por varias millas, mientras terminaba de amanecer, traté de contestar hasta que concluí: «El Espíritu Santo lleva a la felicidad plena y menospreciarla es menoscabar el valor de la Obra de Cristo». Tal experiencia está detrás de las palabras de Jesús: «El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo (Jn. 7: 38, 39).

El automóvil se llenó de la gloria de Dios. Llevado de una escena a la otra, tuve la célica amonestación: «Es muy grande la tristeza que traemos al corazón del Señor cuando somos infelices. En esa hora hemos menospreciado la Cruz».

No solo porque la felicidad es buena para ti y los tuyos; no solo porque es bien deseado sobre cualquier otro; más que por todo esto, por el significado de la Obra de Cristo, por respeto al valor de la Sangre derramada, sé feliz.




lunes, 16 de octubre de 2023

Por Israel

Nos dio al Salvador del mundo.

Nos dio la Biblia, la Iglesia, los profetas.

Nación alguna impactó más el curso siguiente de la humanidad.

La era moderna presenció el milagro de su restauración, y con ella la eclosión de los más renombrados Premios Nobel. Trajo al mundo asombrosas tecnologías; revolucionó la agricultura, la ganadería la informática, la medicina. Por los caminos de Einstein nos dio una nueva cosmovisión.

El Evangelio, que nació de sí, cambió para siempre el rostro de la humanidad.

 

¿Qué recibe hoy a cambio?

El más azufrado antisionismo del totalitarismo islámico.

La animadversión de la izquierda latinoamericana.

La amenaza rusa.

La indiferencia china.

El gélido espaldarazo de la ONU.

El silencio cómplice de los que desconocen que el reloj profético y el eje sobre el que gira la historia es Israel, y no el petróleo árabe.


Nada podrá destruirla; su supervivencia está juramentada por Aquel que se llamó a sí mismo «el Santo de Israel» (Is. 37:23), por Aquel que la llamó «mi pueblo» (Lv. 26:12): «Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre:  Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente» (Je. 31: 35, 36).

Tierra Santa, bañada por la Sangre carmesí del Salvador: cercana está la mañana en que el Monte de los Olivos se partirá en dos al regreso del Señor Jesús, Mesías de Israel, esperanza bendita de todos los hombres (Zac. 14:4).



martes, 26 de septiembre de 2023

La eternidad

La eternidad... El concepto está delante; tiene que ser enfrentado inescapablemente; ni el más ferviente creyente, ni el más enconado ateo dispone de atajos que le permitan evadirlo; sin embargo por más esfuerzo que ambos hagan no hay modo en que se pueda comprender. 
Que algo no termine nunca cabe en nuestra imaginación. Que algo pueda surgir hoy y no acabarse jamás se puede aceptar. Para algo así el hombre creó la palabra sempiterno que describe lo que tiene principio y no fin. Pero lo eterno, esa condición que supone algo sin principio, eso no cabe en la más mística imaginación, como tampoco en la más exaltada abstracción filosófica. Lo eterno se puede describir, pero no se puede comprender. 
La eternidad es un llamado a la humildad humana. Tal postura es la única coherente frente a ella. Si es creyente aceptará que nuestro Dios es eterno; pero cómo entenderlo; como pensar que siempre existió nuestro buen Dios de amor. Si es ateo aceptará que la materia siempre existió; pero cómo entender un algo así; ¿qué era antes del antes?
No importa la postura que el hombre adopte en materia de fe, ahí está el gran incomprensible que lo humilla: la eternidad. Podremos ir al cosmos y descender a la Fosa de las Marianas; podremos lograr pasmosos modelos teóricos del mundo físico con los aceleradores de partículas; podremos mapear el código genético de todos los seres vivos, eso y mucho más; pero, por grandes y asombrosos que sean los logros del genio humano, algo permanecerá siempre ante él como una verdad desafiante e incomprensible: la eternidad.



domingo, 3 de septiembre de 2023

¿Molesto?; sí, me sentí molesto

En el escasísimo tiempo que nos quedó de la semana estábamos, mi esposa y yo, ayer, sábado 2 de febrero de 2023, cruzando «The Village at Cumberland Park», una espaciosa plaza comercial al sur de Tyler, Texas. Mientras buscábamos la óptica pasamos por delante de la Half Price Book, una conocida librería donde se alternan ejemplares de uso con libros nuevos. La invitación para detener el auto y entrar allí fue muy grande; eso hicimos.

La estantería de la fastuosa librería tiene siete pisos en su única sección hispana. En el primero resaltaba una enciclopedia de uso, con unos veinticinco tomos. En el segundo se alternaban las obras de suspenso de John Grisham con las novelas de terror de Stephen King. En el tercero se disputaban la preferencia visual los libros de Isabel Allende con los de Julia Navarro; las acompañaban textos de Florida y Hawái. En el cuarto se ofertaba abundante material para viajeros de Texas y la China; sí, leyó bien, China... En el quinto se distinguían títulos del afamado predicador guatemalteco Cash Luna junto con textos de cocina y manuales de viaje para turistas de New York. En el sexto pude ver el Manual bíblico de Merrill F. Unger colocado muy cerca de un ejemplar de Noble Corán.

Como si fuera poco el caos organizativo de la librería, finalmente, en el séptimo y último piso, frisando el suelo, en contacto con el polvo que levantan de la alfombra los que caminan por allí, estaba el piso de las biblias, algunas de uso, otras en versiones que no debían de existir, como la Nueva Versión Internacional. El curioso que desee alcanzar las enciclopedias del primer piso, si es de pequeña estatura tal vez se apoye en ellas para alcanzarlas.

La forma en que se colocan los libros en las tiendas que los ofertan dice mucho de la preferencia y el respeto que les dan a los ejemplares que se venden. Si en la Half Price Book de Tyler hubiese habido un piso menos importante y visible, allí habrían colocado la Palabra de Dios, el manual de la Salvación Eterna, la más bella historia de amor que se haya escrito nunca, la que tejió en los tiempos el Hijo de Dios cuando vino al mundo.

Mi esposa tomó esta imagen. Compré para ella una Biblia de letra grande que estaba en el extremo mismo de aquel último piso, y, para terminar, tomé la principal Biblia que se veía allí, y desplazando los textos del anaquel superior, la coloqué en la más visible y honrosa de las posiciones.

¿Molesto? Aunque he visto cosas peores, sí, me sentí molesto.



miércoles, 30 de agosto de 2023

La carga que no es suya, no la lleve

Perdieron un familiar; lloré; me abstuve de hacer publicaciones alegres. A los dos días ellos lanzaron en redes una foto: estaban de fiesta y entre bromas y comidas disolvieron toda la seriedad del dolor. El pecado de ellos fue la frivolidad; el mío, no supe de pronto cómo llamarle, pero tal vez mi esposa lo resumió en una corta frase, mientras asesoraba a una dama por teléfono; así le dijo: «la carga que no es suya, no la lleve». Sentí que aquella expresión encajaba en mí como un perfecto frac.

Tal vez los que quieren arreglar el mundo deban oír tal consejo. ¿No ha visto a dos personas riñendo por la preferencia de un político multimillonario al que no le importan en absoluto? El asunto se vuelve aún más grave y hasta patético cuando el mencionado líder social hunde en la miseria a todo un pueblo, incluyendo al que discute en su favor.

La gente sufre bajo el peso de cargas que no les pertenecen. Sus flacos hombros no fueron diseñados para llevarlas. Solo Dios puede llevar la carga del mundo. ¿Qué nos toca hacer? ¿Cómo vivir en un mundo bajo tantos desarreglos? Si no queremos ver destruida nuestra calidad de vida, será bueno que atendamos a las bíblicas palabras de apóstol Pedro: «echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros» (I Pe. 5: 7). Esas palabras las parafraseó mi esposa cuando dijo: «la carga que no es suya, no la lleve». Es así; a menos que tenga una indicación muy clara del Espíritu, no la lleve «porque cada uno llevará su propia carga» (Gá. 6:5).



domingo, 20 de agosto de 2023

Y Él se transfigurará

La experiencia de la transfiguración del Señor Jesús marcó para siempre la vida de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan. A ella se referirá el primero de los tres en Segunda de Pedro 1: 16-18:

 

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.

 

Tres condiciones estuvieron presentes en los tres testigos de esta transfiguración:

 

1. Cercanía. Parece que, a las personas que están muy cerca del Señor Jesús, les suceden cosas extraordinarias. En agosto de 2014 escuchamos mi esposa y yo, durante la celebración del Centenario de las Asambleas de Dios en Springfield, Missouri, Estados Unidos, a un delegado chino decir: «Algunas cosas de las que Jesús hizo allí, en los días de máxima persecución, cuando caminamos como nunca muy cerca de él, no las voy a contar, porque ustedes no las van a creer». Estaba hablando a pastores y líderes mundiales. Muchos recordamos allí las palabras de Jesús: «De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre» (Jn. 14:12). Camine muy cerca de Jesús y Él se transfigurará; de pronto se volverá salud y solvencia. Quizá hoy necesites verlo allí, en esas áreas. Camina cerca de Él, y el Señor dejará de ser restrictivamente el tema de un mensaje, la personalidad histórica que partió en dos la era vivida por los hombres, el maestro y consejero, para ser hoy, en tu vida, fuente perfecta de salud y progreso.

 

2. Elevación. Parece que las personas que se elevan con Jesús asisten a vistas espectaculares y grandiosas del Señor. Son esas las que nos permiten conocer que el Evangelio no es un ritual religioso o un cumplido cultural de las naciones que así lo exigen. Pegados a la tierra, a la escucha de los catastróficos noticieros del día, mirando en la vida caída y destruida de la gente, solo nos espera la tristeza propia que impone la escena. Quizá hoy, ante hijos drogadictos, condiciones laborales injustas, pagos paupérrimos; hoy, en que la vida se te presenta como un páramo yerto, necesites hacer un esfuerzo y elevarte con Él, como lo hicieron los tres discípulos aquel día en el monte Tabor. «Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas (Is. 2:3). Te hará bien ver que Él se transforma ante ti; al hacerlo cambiará de golpe toda tu visión de la vida cristiana.

 

3. Presión. Estaban a seis meses de la Cruz. La presión espiritual era inmensa. Aquellos formidables hombres, tantas veces quebrados por la fragilidad humana, resistieron la presión al lado del Señor; no se fueron de Él. Los momentos de presión son ocasiones frecuentemente propicias para el vislumbre de Su gloria. El apóstol Juan, uno de los tres que estaban allí, en el Monte de la Transfiguración, ya en su avanzada ancianidad vivió sufridas horas de soledad y destierro en la inhóspita isla de Patmos. Así relata en el Apocalipsis:

 

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro (Ap. 1: 10-13).

 

En aquellos días de presión inmensa, el apóstol Juan vivió la más grande gloria del Señor Jesús en su vida: fue la de verlo glorificado no en el Monte Tabor, sino en el cielo.

 

Conclusiones

 

Manténgase cerca de Jesús, no importa la experiencia que viva.

Salga del contexto en que está y elévese con Él.

Resista la presión.

Haga esas tres cosas y Jesús se transformará; al hacerlo te transformará a ti.



martes, 15 de agosto de 2023

Así escribió José Martí a los niños cubanos

Así escribió José Martí a todos los niños cubanos; así nos enseñaron en la escuela, desde la más temprana infancia, que era bueno pensar. En las aulas nos exigieron moldes de ideas así y nos explicaron que el más preclaro pensador cubano, con las líneas que perfilan sus ideas, fijó a todos los cubanos un sendero de vida por el cual andar. ¿Fue así, cubanos, o estoy haciendo una paramnesia?

Les dejo el primer párrafo del prólogo de La Edad de Oro, revista en la que generaciones enteras de cubanos aprendieron a leer, o donde al menos estuvieron algunas de sus más tempranas lecturas. Me apuro al hacerlo no sea que, de acuerdo con el ritmo que los desórdenes éticos llevan, lo supriman pronto de la histórica publicación.

 

A los niños que lean La Edad de Oro

 

Para los niños es este periódico, y para las niñas, por supuesto. Sin las niñas no se puede vivir, como no puede vivir la tierra sin luz. El niño ha de trabajar, de andar, de estudiar, de ser fuerte, de ser hermoso: el niño puede hacerse hermoso, aunque sea feo; un niño bueno, inteligente y aseado es siempre hermoso. Pero nunca es un niño más bello que cuando trae en sus manecitas de hombre fuerte una flor para su amiga, o cuando lleva del brazo a su hermana, para que nadie se la ofenda: el niño crece entonces, y parece un gigante: el niño nace para caballero, y la niña nace para madre. Este periódico se publica para conversar una vez al mes, como buenos amigos, con los caballeros de mañana, y con las madres de mañana; para contarles a las niñas cuentos lindos con que entretener a sus visitas y jugar con sus muñecas; y para decirles a los niños lo que deben saber para ser de veras hombres. Todo lo que quieran saber les vamos a decir, y de modo que lo entiendan bien, con palabras claras y con láminas finas. Les vamos a decir cómo está hecho el mundo: les vamos a contar todo lo que han hecho los hombres hasta ahora.[1]

 



[1] José Martí. La Edad de Oro. Editorial Gente Nueva, 2000, pp. 5, 6.




lunes, 14 de agosto de 2023

Cuentan de un sabio...

Recuerdo de la infancia, presente en todas las cartillas escolares, aquel Cuentan de un sabio... organizada en dos décimas. La publicó en el Siglo de Oro el madrileño Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), escritor, dramaturgo y sacerdote español, caballero de la Orden de Santiago, reconocido en la historia de la lengua como uno de los más insignes literatos barrocos.

Cuentan de un sabio... recoge una ilustración hondamente aleccionadora. La enseñanza central deja entrever que, por honda que sea la privación que se tenga, otros están peor, deseando disfrutar de los bienes que nos avergüenzan.


Cuentan de un sabio...

Pedro Calderón de la Barca

 

Cuentan de un sabio, que un día

tan pobre y mísero estaba,

que sólo se sustentaba

de unas hierbas que cogía..

¿Habrá otro», entre sí decía,

más pobre y triste que yo?

Y cuando el rostro volvió,

halló la respuesta, viendo

que otro iba sabio cogiendo

las hierbas que él arrojó.

 

Quejoso de mi fortuna

yo en este mundo vivía,

y cuando entre mí decía:

¿habrá otra persona alguna

de suerte más importuna?

Piadoso me has respondido.

Pues, volviendo a mi sentido,

hallo que las penas mías,

para hacerlas tú alegrías,

las hubieras recogido.[1]

 



[1] Selección de Violeta Diéguez y Amelia Allende. Poemas y cantares de América y el mundo. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello, p. 132.



sábado, 12 de agosto de 2023

Somos salvos por una oración que no se contestó

Job quiso que pereciera el día en que nació. No pereció.

Moisés rogó por el envío de otro. No se envió.

Samuel lloró el regreso de Saúl. No regresó.

Elías pidió morir. No murió

Jeremías rogó que se le permitiera ir lejos. No se le permitió.

Pablo clamó por quitar de sí aquel «aguijón». No se le quitó.

Jesús invocó el posible apartar de aquel cáliz. No se le apartó.

 

Cuando Dios no contesta a las oraciones...

Quizá un día, en el cielo, descubramos que debemos más a las oraciones no contestadas que a aquellas que lo fueron.

Si hablar con Jesús es hablar con Dios, Pedro, consternado, hizo una oración al escuchar del Señor su ir a la Cruz. Así le dijo: «Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca» (Mt. 16:22).

Aquello aconteció... Por tal cosa tenemos salvación y vida eterna, tú, yo, también Pedro.



viernes, 11 de agosto de 2023

Nuestra gratitud al colectivo editorial de la Revista «Súbete al Arca»

Mi esposa y yo queríamos agradecer al colectivo editorial de la prestigiosa Revisa Súbete al Arca, con sede en New Jersey, por la publicación del artículo «Así sucedió». Este puede ser visitado en el No. 15 de la Revista, Edición 92, agosto de 2023, página 11.

Una vez más nuestra más sentida gratitud, y la invitación a todo el público cristiano hispano, a hojear y disfrutar esta importante publicación contemporánea llena de la más refrescante riqueza en Cristo.



sábado, 5 de agosto de 2023

Sentémonos a juzgar, juzguemos

Sócrates de Atenas.

       Es el fundador de la filosofía occidental.

             Pero enseñó a pensar, y corrompió con eso a la juventud.

       Envenénenlo.

 

Galileo Galilei.

       Fundó la ciencia moderna.

             Pero dice que la tierra gira.

       Siléncienlo.

 

William Tyndale.

       Es el más grande políglota de su tiempo.

              Pero tradujo la Biblia al inglés.

       Quémenlo.

 

Dietrich Bonhoeffer.

        Es el más entregado pastor de la Alemania hitleriana.

               Pero no es nazi.

        Ahórquenlo.

 

Pablo.

        Es el más grande teólogo de todos los tiempos.

               Pero señaló a Jesús como el Mesías.

        Decapítenlo.

 

Jesús de Nazareth.

        Es el Eterno Hijo de Dios. Abrió el camino de la salvación y la vida eterna.

              Pero no aduló a los líderes religiosos; les fue por merecido látigo, a los de ayer, a los de hoy, a los de mañana.

        Crucifíquenlo.

 

Pastor, sacerdote, hombre o mujer de Dios para quien la predicación de Cristo crucificado está antes que el dinero, la comida, las glorias personales y la vida misma.

No esperes para ti un juicio mejor. Ya los ignorantes de dentro y fuera te juzgaron.

       Las piedras están listas.



jueves, 3 de agosto de 2023

No quieren leer

Si supieran de la riqueza que se atesora cuando se lee. Si pudieran sentir por un instante el cambio del que llena la mente con información sana y nueva.

Si entendieran lo libre que hace al hombre hurgar entre las páginas de un libro y filtrar de él toda la información posible. Dostoievski pedía a su familia desde la cárcel: «Libros para que mi alma no muera». Este fue el ruego del más grande teólogo cristiano que haya existido, el apóstol Pablo: «Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos» (II Ti. 4:13). Él sufría prisión, y sabía que leer era un modo de ser libre.

Pero no quieren enriquecerse, no quieren cambiar, no quieren ser libres; no quieren leer.



domingo, 30 de julio de 2023

Hora morada

Este poema pudo llamarse desengaño postrero o simplemente desengaño.  Lo escribió la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou (1892-1979), para todos una de las voces más altas de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX. «Juana de América», como llegaron a llamarla ocupó la presidencia de la Sociedad Uruguaya de Escritores en 1950. Su obra fue premiada en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid, en 1955, y en 1959 el gobierno uruguayo le concedió el Gran Premio Nacional de Literatura, otorgado por primera vez aquel año (1).

 

Hora morada

Juana de Ibarbourou

 

¿Qué azul me queda?

¿En qué oro y en qué rosa me detengo,

qué dicha se hace miel entre mi boca

o qué río me canta frente al pecho?

Es la hora de la hiel, la hora morada

en que el pasado, como un fruto acedo,

sólo me da su raso deslucido

y una confusa sensación de miedo.

Se me acerca la tierra del descanso

final, bajo los árboles erectos,

los cipreses aquellos que he cantado

y veo ahora en guardia de los muertos.

Amé, ay Dios, amé a hombres y bestias

y sólo tengo la lealtad del perro

que aún vigila a mi lado mis insomnios

con sus ojos tan dulces y tan buenos (2).

 

 

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(1) Tomás Fernández y Elena Tamaro. «Biografia de Juana de Ibarbourou». Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona, España, 2004. Disponible en:

 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/i/ibarbourou.htm 

Accedido: 15 de agosto de 2023.

(2) Juana de Ibarbourou. Obras completas. Dora Isella Russell, 1968, p. 556.



sábado, 29 de julio de 2023

El segundo diluvio

Todas las culturas, desde la babilónica hasta la tibetana, desde la griega hasta la suramericana, tienen la memoria ancestral del primer diluvio. El mundo bíblico de Noé fue destruido por un juicio universal: «Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra» (Gn. 6:13). El mundo de entonces fue anegado y todo ser vivo pereció.

Hoy vivimos tiempos peores a los de Noé. Creció la violencia, el pillaje, la mentira; colapsaron el honor y la razón; casi se apagó la fe. ¿Por qué no ha venido un segundo diluvio si la culpa creció en límites inauditos?

Amigo: el segundo diluvio ya vino. Fue mayor que el primero. Alcanzó a toda la humanidad. Cayó sobre Jesús. Tuvo lugar en la Cruz.



viernes, 28 de julio de 2023

Los amigos

Hoy recordé este poema de Aída Bortnik (Buenos Aires, 1938-2013) periodista y escritora argentina. Ella fue la primera escritora latinoamericana miembro permanente de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences, hasta su muerte. Para muchos fue la mejor guionista de cine argentino.

 

Los amigos

 

No pueden impedir que uno sufra,

no pueden garantizar que uno sea feliz,

no pueden reemplazar ni a la madre ni al padre,

no pueden confundirse con el amante ni con el hijo,

no evitan que uno cometa errores,

ni aciertan siempre en celebrar a tiempo el verdadero triunfo

sobre uno mismo,

no impiden que el dolor duela,

ni aseguran que el amor ame,

no detienen el tiempo,

ni sus deterioros,

no apresuran el equilibrio ni sus armonías,

no están siempre que hacen falta,

ni se van siempre cuando uno está preparado para la soledad,

no colman todas las posibilidades de la sed,

ni se privan de despertar otras nuevas.

Los amigos solamente hacen que el espejo devuelva la imagen de alguien capaz de ser amado por alguien que ama.

Los amigos solamente hacen que la vida valga la pena ser vivida (1).



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(1) M. Pagano. Los griegos no existen. Argentina: Editorial Almagesto, 1991, p. 7.