«Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios» (Jn. 3: 5).
No es modificar la conducta. Es nacer de nuevo.
No es cambiar los hábitos. Es nacer de nuevo.
No es programar pensamientos. Es nacer de nuevo.
No es matricular en la escuela. Es nacer de nuevo.
No es flagelarte, pagar cuotas o promesas. Es nacer de nuevo.
No es ser bueno, amable o solidario. Es nacer de nuevo.
No es mejorar, vencer o crecer. Es nacer de nuevo.
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