Una de las asignaturas más enriquecedoras del programa de la Facultad de Teología en su época de oro, entre 2004 y 2009, fue «Teología de la adoración». La impartió en La Habana la renombrada Profesora María Landa, compañera en el ministerio y la vida del Profesor Guillermo Landa.
Parecía que la parcelación de la asignatura se estructuraría en base a la adoración de los cantores en el Templo de Jerusalén, o en lo relacionado a los Salmos, algo así. Lejos de eso, para sorpresa de los más, la asignatura incluía temas tan dispares como el bautismo en agua o la contribución financiera de los diezmos como vehículos de adoración al Dios de los cielos; y es que, todo lo que se haga para glorificar a Dios, en Espíritu y en verdad, le adora. Algunos lo tuvimos que aprender.
Supe aquel lejano día que, al escribir, adoro a Dios.
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