«¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!» (Sal. 8: 9).
Hay siete mil quinientos idiomas y dialectos. Él los habla todos sin acento foráneo.
Conoce a las cuarenta mil millones de personas que ya existieron y a todos los que viven hoy. Sabe el nombre que tendrán los que un día nacerán.
Está en el íntimo pensamiento de cada corazón y entre miles de millones discierne tu voz.
No se mueve la hoja de un árbol sin su permisión. Con precisión cartesiana da lugar a cada grano de polvo y llama a las estrellas por su nombre.
En Él no está olvidado el cuervo que vuela ni el gusano que repta.
Decide el minuto final de cada uno; el médico no lo pospone, la enfermedad no lo adelanta.
Está en todas partes. Lo sabe todo. Lo puede todo.
Es Dios.
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