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martes, 13 de septiembre de 2022

Tuvo la oportunidad y no la vio

Félix (en griego Φηλιξ) fue gobernador de la provincia de Judea entre el 52 y el 58 d. C. Flavio Josefo, el más importante historiador judío de los tiempos neotestamentarios, documenta extensamente su historia. Codicioso, cruel, desordenado, condujo Judea a un ambiente de creciente delincuencia (1).  Ante él compareció Pablo. Con detalle el apóstol le presentó el evangelio: «Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré» (Hch. 24: 25).

«Cuando tenga oportunidad…», así dijo. Qué palabras tan extrañas. No aprovechó el llamado que Dios le hizo para salvación y vida eterna. Se espantó cuando la Palabra le confrontó con su vida inmoral y se alejó de aquella ventana de revelación, abierta en aquel encadenado sobre el que estaban los cinco ministerios y los nueve dones.

«Cuando tenga oportunidad…», cuántas veces se repite la escena en la historia; de cuántos modos se parafrasea: «cuando mi hija crezca», «cuando termine de construir la casa», «cuando salga del ejército», «cuando me jubile», «cuando me sane…». «Cuando tenga oportunidad…»

Triunfaron en la Biblia los que no dejaron escapar lo que para ellos era la última oportunidad: Naamán, el sirio; la madre cananea; Bartimeo, el ciego; Zaqueo, el publicano; aquel ladrón que estaba a la derecha, en la cruz… Estas personas están unidas en la historia por un matiz: no dejaron escapar lo que para ellos era la última oportunidad.

Esta puede ser tu última oportunidad. ¿La desestimarás como lo hizo Félix? No la dejes escapar: «Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación» (Ro. 10: 8-10). «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (He. 4: 16).

Es hoy: «Hoy ha venido la salvación a esta casa» (Lc. 19: 9).

 

 

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(1) Flavio Josefo. Antigüedades judías. Madrid: Ediciones Akal, 1997. Cáp. XX, sección 7.



2 comentarios:

  1. Dios bendiga su vida de manera especial 🙌🏻

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    1. Gracias, hnos. Apreciamos mucho el tiempo que dedican a leer. El Señor les premie.

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