Translate

domingo, 1 de septiembre de 2024

La Cruz

La cúpula del Capitolio de La Habana tiene noventa y dos metros de altura y es la sexta mayor del mundo. Resulta visible desde gran parte de la ciudad. Es un gran referente para todos. De niño, con siete u ocho años, escapaba del hogar y me internaba por las calles de La Habana Vieja, rumbo a los muelles; cruzaba la bahía en la lancha de Casablanca; exploraba las plazas y las vetustas iglesias, con sus parques. Como era de esperar, a cada rato me perdía, y lo tomaba con mucha calma, porque todo se reducía a encontrar el Capitolio. A veces lo veía desde lugares elevados; cuando no lo lograba preguntaba a algún adulto serio, y este me indicaba. ¿Para qué lo hacía? Bueno..., desde el Capitolio sabía regresar a casa.

Avanzando la vida descubrí que hay un referente más importante que aquel Capitolio: es la Cruz; desde ella podría encontrar el rumbo todo de la vida. 

La gente, aun en la fe se pierde. Desde la experiencia del menosprecio, la traición, el trato mezquino, hay un punto en que se sienten disueltos los valores y se apaga el deseo mismo de vivir; se pierde el rumbo. En tales momentos la Cruz se levanta como el único referente. Allí se concentró todo el menosprecio del mundo; sobre ella fue reducido a agonía, despreciado y desechado, molido por el más desbordado odio, el Señor Jesús. Él llevó sobre sí el pecado del mundo y en su cruenta muerte nos trajo salvación y vida eterna. Es el Evangelio.

Miremos a la Cruz. El más grande de los hombres murió allí «para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga la vida eterna» (Jn. 3:16).




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.