«No tengo que comer».
«No tengo qué comer».
Es curiosa la diferencia de significado que impone el acento. En el primer caso es clara la idea de que no existe la obligación de comer. En el segundo, está implícita la carestía de comida.
Es interesante.
Es curioso, también con las pausas cambia el significado, ejemplo: "No, tengo que comer" .
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