A tu favor: «Jehová de los ejércitos», Dios de Sabaot (Sal. 46: 7); el «Rey de los siglos, inmortal, invisible», el «único y sabio Dios» (I Ti. 1: 17).
A tu favor: el Unigénito Hijo de Dios, el Señor Jesús, «el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra»; el «que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre» (Ap. 1: 5).
A tu favor: el Espíritu Santo de Dios. Aquel que «nos guiará aun más allá de la muerte» (Sal 48: 14b).
A tu favor: las dos terceras partes de los ángeles (Ap. 12: 4); «espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación» (He. 1: 14).
A tu favor: la Iglesia, la historia…
A tu favor: la familia, los amigos…
Suficiente.
«No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos» (II Re. 6: 16).
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