«No tengo nada de qué arrepentirme».
Diagnóstico: Problemas de memoria.
«Nunca le he hecho mal a nadie».
Diagnóstico: Problema de consciencia.
«No tengo nada que esconder».
Diagnóstico: Problemas de moral.
«No me importa lo que piensa la gente».
Diagnóstico: Problemas de empatía.
Excusas o pretensiones que buscan calmar esas voces interiores del corazón que nos reclaman por lo que hicimos, somos o pensamos.
Excusas o pretensiones que dicen con voz alta y clara cuán enfermos estamos.
La Biblia nos confronta y ayuda:
«No tengo nada de qué arrepentirme».
«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento» (II Pe. 3: 9).
«Nunca le he hecho mal a nadie».
«¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos» (Sal. 19: 12).
«No tengo nada que esconder».
«El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia» (Pr. 28: 13).
«No me importa lo que piensa la gente».
«Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Gá. 5: 14).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.