Asombroso. Así lo define el Índice de Desperdicios de Alimentos que publica la ONU: un tercio de todos los víveres que se producen acaba en la basura (1). Uno de cada tres panes…
«Consumir solo lo cocido en el día»; tal es el lema de muchos hogares y el protocolo que siguen los restaurantes y las estaciones donde se vende comida. El resto de ella, todo lo que queda, sigue un destino: la basura. A la par, ochocientos millones de personas viven con hambre (2).
Hace poco detuve el auto no lejos de mi hogar para cargar gasolina. Regresaba con mi esposa de una compleja ministración pastoral. Veníamos cansados y hambrientos, tarde ya en la noche. Tras reponer el combustible entramos a la bellísima tienda de la gasolinera y nos quedamos mirando, como niños, una vidriera cargada de atrayentes dulces. Escogimos algunos y al ir a pagar la cajera nos explicó en inglés algo que no comprendí bien: «todos los dulces estaban libres de cargos». Razoné que se refería a un «libre de impuestos». Así es que tras un «thank you» de nuestra parte, le extendí nuevamente el billete, para entonces encontrarme con que lo que me estaba explicando era que aquellos dulces, que se veían tan frescos (¡lo estaban!), los iban a botar porque eran «viejos». No habían tenido tiempo de echarlos a la basura todavía, de modo que, si los queríamos, eran gratis. Regresamos a la vidriera y nos llevamos todo lo que pudimos. Alcanzó para una semana de desayuno...
Cuando se ha conocido el hambre se siente algo raro dentro frente a esas proyecciones. «Hay que enculturarse», nos dicen algunos. Ya es tarde para nosotros. Algunas culturas nunca nos podrán llenar.
«Porque tuve hambre, y me disteis de comer…» (Mt. 25: 35a). Esa palabras las dijo Uno que multiplicó por miles los panes y los peces. Tras hacerlo, Aquel que tenía capacidad para llenar de trigo la tierra, dijo a sus discípulos: «Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada» (Jn. 6: 12b).
Fue Él quien nos enseñó que la comida no se desecha: «Porque a los pobres siempre los tendréis con vosotros…» (Jn. 12: 8).
La lectura de este artículo se hace en dos minutos. En ese tiempo morirán por hambre treinta y cuatro personas (3).
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(1) EB. «Un tercio de los alimentos que se producen acaba en la basura». El Boletín. https://www.elboletin.com/un-tercio-de-los-alimentos-que-se-producen-acaba-en-la-basura/ Publicado: 1 de diciembre de 2021. Accedido: 17 de noviembre de 2022, 3:02 p. m.
(2) Juan Ruiz Sierra. «La población mundial llega este martes a los ocho mil millones: ¿A cuánta gente puede dar de comer la Tierra?». https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20221115/poblacion-mundial-8000-millones-habitantes-hoy-martes-15-de-noviembre-de-2022-78446824 Accedido: 15 de noviembre de 2022, 3: 57 p. m.
(3) Editorial. Clarin.com. «En el mundo, 25 mil personas mueren de hambre cada día». https://www.clarin.com/ediciones-anteriores/mundo-25-mil-personas-mueren-hambre-dia_0_BJUlIo7l0tl.html Publicado: 24 de febrero de 2017. Accedido: 17 de noviembre de 2022, 2:06 p. m.
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