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viernes, 23 de junio de 2023

Aquel velo rasgado...

Comúnmente se enseña que aquel Viernes Santo, cuando el velo del Templo se rasgó en dos, se abrió el camino al Padre. El predicador promedio olvida que ese camino tenía dos direcciones: el ir al Padre y el venir del Padre. Por la muerte de Cristo podemos ir al Padre. Por la muerte de Cristo, el Padre vino en Su Espíritu Santo a la tierra.

Ambas cosas están visibles en aquel velo rasgado.

Sin la muerte de Cristo no podríamos ir al Padre.

Sin la muerte de Cristo el Espíritu Santo no podría venir a nosotros.

«... Por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne» (He. 10:20).



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