El mundo que nos tocó vivir
Fobias a los valores tradicionales.
Agendas más exclusivistas.
Tráfico sexual, como permisión.
Tráfico de armas, como negocio.
Tráfico de favores, como endemia.
Más allá de la marihuana, el Fentanilo.
Ríos mutados en cloacas.
Basureros saturados de plástico.
Infantes de cuna liderando el «cambio climático».
Prostitutas sindicalizadas como «trabajadoras sexuales».
«Orgullo» gay.
Cine pornográfico como «cine de adultos».
Premio Nobel de Literatura a iletrados.
Brochazos desordenados como «arte».
Ideólogos preocupados por la pobreza, porque no deje de existir...
Guerras genocidas como «operaciones especiales».
Tiradores masivos «superstars».
Alfombra roja para criminales: «abrazos y no balazos».
Sociópatas con armas nucleares.
Alzheimer creciente.
Respeto a los animales; eutanasia y aborto a los humanos.
Lagunas legales que ya son mares.
Tonterías aplaudidas, genialidades ignoradas.
El yen contra el dólar.
Un Dalai Lama pederasta.
Inmorales coronados como reyes.
Una agenda globalista.
Antivalores aplaudidos.
La Biblia en las cárceles, no en las escuelas.
Babel, otra vez Babel.
Un mundo sin Cristo, que viene pronto.
Un pretendido reino sin Dios que, con un soplo, borrará el inaudito caos de este mundo, el mundo que nos tocó vivir.
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