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miércoles, 10 de mayo de 2023

Teodoro Bueno (1903-1988). Supervisor general de las Asambleas de Dios en Cuba, en 1935

Teodoro Bueno (1903-1988)
Supervisor general de las
Asambleas de Dios en Cuba en 1935

Teodoro Bueno nació el 25 de junio de 1903 en Trinidad, un pequeño pueblo al sur de Denver, Colorado, Estados Unidos [1]. Sus abuelos paternos, Antonio y Juana, provenían de Nuevo México [2]. Los padres de Teodoro, Fermín y María Bueno sostenían el hogar trabajando como agricultores en el área de Trujillo Creek, al sur de Colorado.

Esperaban al pequeño Teodoro (Ted) duras pruebas en la más tierna infancia. Con solo dos años quedaría huérfano de madre. Su padre Fermín enfrentaría solo la tarea de llevar adelante un hogar con seis niños. Compadecida del pequeño, su tía Rita, hermana de María Bueno, se ofreció para criar al pequeño Ted y en grave desacierto su padre accedió. El esposo de Rita, un malvado llamado Celedón, en lugar de tener una reacción compasiva hacia la orfandad del pequeño, abusivamente le sometió a los peores trabajos, convirtiéndolo a un tiempo en el medio de desahogo más cercano para sus frecuentes accesos de ira [3].

Con solo cuatro años, Ted estaba a cargo de todas las labores de la granja de su tío, esfuerzo que era premiado con las más brutales golpizas cuando se perdía un animal o el trabajo, en su calidad, mostraba las huellas de imperfección propias de su débil infancia. Celedón permitía también, sádicamente, que los tres hijos de su matrimonio anterior golpearan a Ted, lo cual hacían por diversión. A los seis años el maltrato físico del niño llegó a extremos tales que su camiseta quedó pegada a sus ensangrentadas espaldas y hombros. Su tía Rita no lo pudo soportar más y se las ingenió para lograr el regreso de Ted con su padre Fermín. Esto parecía que lo resolvería todo, pero para ese entonces éste último se había vuelto a casar. La que sería madrastra del pequeño huérfano no tenía tiempo para esta «nueva carga». Críticas y golpes llenarían la atmósfera que respiraría en esa edad de la vida cuando más que nada se necesita amor [4].

Dos años más tarde moría esta madrasta; Fermín, padre de Teodoro, se iría a trabajar a la ciudad de Trinidad. Solo regresaría con los pequeños una vez al mes. Ted, de nueve años y su hermano Joe de once quedarían solos, enfrentando la granja, el trabajo y la vida [5].

 La dura privación que supone la orfandad, los golpes de aquellos para quienes él fue «una carga», el sentido de ser «un estorbo», fueron las marcas de aquella penosa infancia. Llegada la adolescencia Ted probó borrar las tales huellas recluyéndose en el sacerdocio católico. A la par que crecía su juventud y que decidía esto, cercano ya el año 1922, y en función de los designios mayores que Dios tenía con su vida, una extraña enfermedad de la garganta le quitó el habla y aun le dificultó la deglución de los alimentos sólidos [6]. Como aparente corona de sus desdichas las esperanzas eclesiásticas se esfumaban…

Es este el contexto en que tiene lugar la campaña de Aimee Semple McPherson, en Denver y los amigos del joven Teodoro le invitaron. Era una actividad evangelística patrocinada por todas las iglesias del área, de modo que, al dejarse ver en la plataforma, acomodados, un grupo de ministros con cuellos clericales Ted supuso que la Iglesia Católica apoyaba también la actividad. Se sintió allí a gusto y escuchó con atención. Cuando la inolvidable McPherson lanzó el llamamiento para salvación, Teodoro Bueno anduvo con gozo la distancia hasta el frente tras lo cual regresó con sus amigos para contarles la experiencia tan inefable que experimentó. Sus amigos le dijeron sorprendidos: «¡Ted, estás hablando!». De gozo había olvidado que no lo podía hacer [7]. «…Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros…» (Ef. 3:20) le salvó y a la par le sanó.  De nada valieron los consejos persuasivos del sacerdote que intentaron disuadirle de la idea de volver allí. Baste decir que el cambio experimentado en la vida de Teodoro Bueno trajo a quince miembros de su familia al evangelio [8].

Sus propias palabras dan luz acerca de la intensidad y belleza de aquellos días de gloria y de la forma en que Dios orientó el curso siguiente de sus años:

 

Me convertí el 10 de junio de 1922 en la ciudad de Denver, Colorado, en una campaña celebrada en el auditorio municipal [9]. Fui nacido y criado en una familia muy católica, También fui sacristán y aspiraba al sacerdocio católico. Hacía preparativos para empezar mi preparación para el sacerdocio cuando por la gracia de Dios fui salvo. La misma noche que fui salvo Dios sanó mi cuerpo y he gozado de buena salud a través de los años. Como tres años después de mi conversión recibí llamamiento muy claro para prepararme para el ministerio. Cursé mis estudios teológicos en el Berean Bible Institute que más tarde se unió al Southern California College. Durante el último año de estudio recibí un llamamiento definido a Venezuela.

El 30 de mayo de 1928 terminé mis estudios en el Instituto y en ese mismo mes recibí licencia para predicar del Southern California District. En julio 6 del mismo año contraje matrimonio con una simpática y abnegada señorita cristiana que llevaba el nombre de Kathryn Drake.[10] Ha sido ella una compañera fiel que en todo tiempo me ha ayudado a cumplir mi ministerio. Como en septiembre de 1928 recibimos nombramiento oficial (appointment) del Departamento Misionero de Springfield, Missouri. En octubre del mismo año recibí plena ordenación al ministerio y en diciembre nos embarcamos para Venezuela donde permanecimos cinco años dando Dios fruto que permanece [11].


Teodoro Bueno y Kathryn Drake de Bueno.
Cortesía del Rev. Juan Bueno.
Usada con permiso

Al llegar a Venezuela los Bueno se establecieron en la conocida ciudad de Barquisimeto. Un año después se propusieron la expansión del evangelio hacia la ciudad de Carora, capital de Distrito. Los naturales del lugar hicieron una fuerte resistencia al establecimiento del matrimonio allí y presionaron a los arrendatarios de inmuebles para que no les alquilasen vivienda alguna. Fue una gestión costosa y desgastante encontrar dónde vivir. Cuando luego de agotadoras gestiones lo lograron, los habitantes del lugar les bloquearon el alquiler de los transportes disponibles y al saber que lo habían conseguido hicieron un muro humano para impedirles la entrada. La llegada tardía, después de las 10:00 p. m., del matrimonio a la ciudad, luego de diluido el telón humano, fue el medio que Dios usó finalmente para conseguir una entrada pacífica a aquel lugar [12].

Las casas no disponían de agua potable, de modo que los vecinos dependían de la distribución de agua que se hacía casa a casa por vendedores ocupados en esta faena. El sacerdote local, en un gesto de desatendida humanidad, expidió órdenes terminantes para que no se le distribuyese agua a los Bueno. Felizmente un muchacho burló las «regulaciones» impuestas y les abasteció. Posteriormente, en la gracia de Dios, lograrían en favor de ellos, la «complicidad» de algunos vecinos que actuaron con no poca nobleza [13].

A esta forma de hacerles sentir poco gratos en el lugar, el sacerdote agregó la «noticia» de que los Bueno habían traído consigo una serpiente; ésta se encontraba supuestamente en el patio y mordería a todo el que osara entrar allí. Grupos de personas armadas de machetes y palos llegaron al lugar con el propósito de ultimar al ofidio que, para decepción de todos, solo existía en la pérfida imaginación del sacerdote [14].

Lentamente comenzó allí una pequeña obra que se estabilizó, pese a la resistencia inicial que tuvieron que enfrentar. El nivel de estrés de estos primeros años, el clima caliente en exceso y las incomodidades del lugar, fueron minando la salud de Kathryn. A esto se sumó el esfuerzo natural realizado con el nacimiento de sus dos primeros hijos: Elmer en 1931 y Miriam en 1932. A los veinticuatro años Kathryn Bueno estaba seriamente afectada. Recordando la muerte prematura de su madre, Teodoro Bueno decide regresar a los Estados Unidos en función de propiciar la recuperación de su esposa [15].

Contaría Teodoro Bueno: «Después de regresar de Venezuela, el Departamento de Misiones nos pidió ir a Cuba donde estuvimos un año» [16]. El matrimonio salió para la isla en abril de 1935. 

Reportan inicialmente su dirección en la Iglesia de El Moro, poblado ubicado en dirección sur de la ciudad capital de la isla; posteriormente se reubican cerca del litoral norte habanero, próximos a la entrada de la bahía de La Habana, al alcance del sonoro cañonazo de las 9:00 p. m., en la conocida y centro habanera calle Lagunas [17] No. 38 e/ Perseverancia y Campanario, bajos [18].

Fuera la hostilidad del clima, el esfuerzo que las adaptaciones a los cambios suponen, la casi insalubridad de los ambientes urbanos de entonces, tal vez todo esto junto, lo cierto es que se agudizó una nueva crisis en la salud ya resentida de Kathryn y los Bueno deciden el regreso. Explica Teodoro Bueno el desenvolvimiento siguiente de su ministerio:

 

Debido a la enfermedad de mi esposa no pudimos regresar al campo misionero por un tiempo y en el año 1936 aceptamos pastorado en el estado de Oregón [19]. En el año 1943 el Departamento de Misiones nos pidió regresar al campo misionero habiendo una necesidad en la República de Chile [20]. En enero de 1944 partimos para Chile donde permanecimos seis años, dándonos Dios almas y ayudándonos a edificar un hermoso templo. La obra sigue con la bendición de Dios.

El primero de septiembre de 1951 principiamos nuestro ministerio en el Instituto Bíblico de California. En septiembre de este año completamos dieciséis años. Dios ha sido bueno con nosotros y creo que ha habido progreso. Centenares de jóvenes han recibido instrucción cristiana y muchos de ellos están dedicados a la obra de Dios. Dios nos ha dado dos hijos varones, ambos son ministros ordenados y ambos tienen nombramiento oficial como misioneros a la América Latina. El mayor, Elmer, ha pastoreado en el norte de California por varios años. Hace poco que renunció para ir al campo misionero. El menor, John, es el director del Centro Evangelístico en la capital de la República de El Salvador en la América Central. Ha ocupado ese puesto por unos cuatro-cinco años. Nuestra hija, Miriam, es profesora en la escuela pública, y toma una parte muy activa en su iglesia local [21].

 

Teodoro Bueno escribió las palabras anteriores en 1967. En 1968 José Girón, Superintendente del Concilio del Distrito Latinoamericano, anunció en La Luz Apostólica:

 

El hermano Teodoro Bueno, Ex-Superintendente del Instituto Latinoamericano de las Asambleas de Dios en La Puente, California [22], nos ha notificado que el Foreign Missions Department del Concilio General, lo ha comisionado a él y esposa para el trabajo misionero en la República de Chile, donde por algunos años fueron misioneros antes de tomar la dirección del Instituto en La Puente. Los hermanos Buenos estarán reemplazando al misionero Carl Davis y esposa durante un año.

. . . agradeceremos que nuestras iglesias cooperen para el sostén de nuestros hermanos, el cual consistirá como de unos $150.00 mensualmente. Estas ofrendas deberán mandarse a la oficina del Distrito a cargo del Rev. Kenzy Savage, Treasurer-1519 Los Tomases Dr. NW., Albuquerque, New México. Toda ofrenda enviada por el fin ya explicado recibirá crédito misionero en vista de que nuestros hermanos ya fueron nombrados por el Foreign Missions Department.

Nuestros hermanos Bueno sirvieron a nuestro distrito como directores de nuestra escuela en La Puente durante dieciséis largos años, e hicieron una obra espléndida a favor de nuestra juventud. Por lo tanto, nos sentimos endeudados por esta obra tan abnegada y desinteresada [23].

 

En agosto de 1972, La Luz Apostólica anuncia:

 

Hemos recibo noticia del Hno. Teodoro Bueno que él y su esposa están en Venezuela y ministrarán en Carora, Barquisimeto; y otros lugares. Luego, partirán para El Salvador, C.A. en donde enseñará en el Instituto Bíblico hasta noviembre de este año, El Señor bendiga a los queridos hermanos Bueno y les fortalezca para estos servicios de amor para Cristo [24].

 

En las memorias del Rev. José Pacheco una semblanza del Rev. Teodoro Bueno

 

Así recuerda el veterano Rev. José Pacheco, Ministro Ordenado del South Central Hispanic District al Rev. Teodoro Bueno, pionero de las misiones pentecostales desde España y primer presbítero ejecutivo que tuvo las Asambleas de Dios en Cuba, en 1935. 

Conocí al Rev. Teodoro Bueno y a su esposa en 1960. Vino a El Salvador porque el Rev. Juan Bueno, su hijo, estaba pastoreando una iglesia grande allí, durante su largo trabajo misionero de veinte años. Teodoro Bueno y su esposa estaban retirados y, obviamente, vinieron para estar con su hijo. Fueron hospedaron en el Instituto Bíblico Central Bet-El, de la capital, el mismo de ahora, en unos salones donde podían estar los profesores. Teodoro Bueno era muy honorable, muy buena persona, paciente con nosotros los estudiantes.

Era de estatura regular, parejo de cuerpo, algo grueso, de piel blanca, y tenía un lenguaje muy claro. Era de España.

Predicaba tranquilo y centrado. A mi grupo, en el Instituto, le impartió la asignatura Epístolas pastorales de Pablo (Timoteo, Tito). Recuerdo que nos decía, cuando hablaba de Timoteo: «voy a hablarle del joven que nunca se hizo anciano», bíblicamente hablando [25] [26].

 

El Rev. Juan Bueno, por tantos años Director Ejecutivo de Misiones Mundiales, despejó sus apretadísimos compromisos internacionales para atender nuestras solicitudes. A un tiempo, costeó y envió a Cuba dos ejemplares biográficos acerca de su padre, el inolvidable Rev. Teodoro Bueno, Superintendente de la Obra en Cuba en 1935 y misionero para Cuba y América Latina. Agradecemos también la atención que personalmente nos brindó durante nuestra visita a las Oficinas Centrales, en 2014.


De izquierda a derecha: Rev. Donald H. Jeter, 
Rev. Juan Bueno, Rev. Octavio Ríos Verdecia. 
Oficinas de Global University.
Contexto de la Celebración Mundial del Centenario
de las Asambleas de Dios, agosto de 2014.

Después de glorificar a Dios con una sacrificada hoja de servicios, el Rev. Teodoro Bueno partió para estar con el Señor el 15 de septiembre de 1988, en Modesto, California, Estados Unidos. Le acompañaría a la eternidad su esposa, en diciembre de 1990[27]. Los hijos de estos grandes misioneros, siguiendo sus pasos en el camino, nos dejaron sentidas palabras de reconocimiento acerca de sus padres. El Rev. Elmer Bueno afirma, acerca de su padre: «Él encendió una luz en un mundo que se esfuerza por tener fama y riqueza, y al no buscar ninguna de ellas, muchos lo han honrado». El Rev. John Bueno, líder continental de las Asambleas de Dios y gran amigo de Cuba, nos dice acerca del insigne Teodoro Bueno: «Sus contribuciones positivas, su carácter como Cristosu fidelidad ejemplar, realmente fueron un buen regalo de Dios, como significa su nombre»[28].

 

Gloria a Dios por sus vidas.


 



[1] Ibíd.

[2] Elva Anson, Teddy: out of the Hidden Valley, pp. 8, 9.

[3] Juan y Lois Bueno, Cómo vivir bajo su señorío, p. 15.

[4] Ibíd., p. 16.

[5] Ibíd.

[6] Ibíd., p. 17.

[7] Ibíd.

[8] Ibíd., p. 18.

[9] Juan (John) Bueno, hijo de Teodoro Bueno, asegura que su papá se convirtió en la campaña realizada por Aimee Semple McPherson (1890-1944) en Denver, Colorado. (Juan BuenoMemorándum. Datos Biográficos de Teodoro Bueno, Documento, p. 2.) Esta importante evangelista predicó entre 1917 y 1923, en más de cien ciudades de los Estados Unidos en campañas que duraban entre dos días y un mes. Esta campaña de junio de 1922 aparece reportada por Roberts Liardon en el capítulo dedicado a la evangelista Aimee Semple McPherson en Generales de Dios, p. 298. Hacía solo un año que había dado una campaña en ese mismo lugar con veinticuatro mil personas; ocho mil de ellas no pudieron entrar al auditorio. (Ibíd., p. 297.)

[10] Kathryn Drake, al igual que su esposo el Rev. Teodoro Bueno, se convirtió en una campaña de Aimee Semple McPherson, a los diez años, en Stockton, California. Su madre le dijo al llegar al lugar: “Al entrar a la tienda podrás sentir la presencia de Dios”. Así fue. Ese día Kathryn Drake le dedicó su vida al Señor para siempre. Ella y su esposo se conocieron en el Berean Bible Institute. (Juan y Lois Bueno, Cómo vivir bajo su señorío, p. 18.)

[11] Teodoro Bueno, “La conversión y ministerio de Theodore Bueno”, La Luz Apostólica, septiembre de 1967, p. 10.

[12] Juan y Lois Bueno, Cómo vivir bajo su señorío, pp. 18, 19.

[13] Ibíd., p. 20.

[14] Ibíd.

[15] Ibíd., pp. 20, 21.

[16] Teodoro Bueno, “La conversión y ministerio de Theodore Bueno”, La Luz Apostólica, septiembre de 1967, p. 10.

[17] A esta calle de Centro Habana se le llamó Lagunas debido a las oquedades profundas que dejaban los trabajadores cuando sacaban las piedras de las canteras que en toda esa zona estaban. Estas oquedades se llenaban de agua y formaban verdaderas lagunas. De ahí el nombre que se le dio. Toda la zona de esa calle y del actual Hospital Clínico Quirúrgico “Hermanos Ameijeiras” era de canteras de piedras y se explotaban en función de las necesidades de construcción. (Ciro Bianchi, “Como me lo contaron… ahí va”. Programa televisivo, jueves 11 de marzo de 2010, 8:30 PM, Canal 27, Televisión Cubana.) Por la misma razón a la calle Colón, que comienza en Monserrate y termina en Blanco, se le llamó durante un tiempo Calle de las Canteras. Ésta atravesaba el terreno de las canteras y por una de ellas se hizo una desecación con el propósito de construir la calle. En una de las hondonadas que formaron esas canteras en lo que sería la calle Colón se formó lo que llamaron “el hoyo del inglés” por vivir allí un norteamericano al que apodaban Míster Nickel. La Torres comenta acerca de una cantera en que “se formaba una laguna en que vio bañarse a los muchachos y navegar una lancha”. (Esta explicación proviene del historiador Manuel Pérez Beato. “Calle Colón”, Tribuna de La Habana, domingo 20 de diciembre de 2009, p. 8.)

[18] John BuenoMemorándum. Datos Biográficos de Teodoro Bueno, Documento. Archivo de Historia. Asambleas de Dios. Cuba.

[19] Después de pastorear en la pequeña Iglesia de Yoncalla, Oregón, Estados Unidos, durante dos años, la familia Bueno se mudó a Modesto, California. Allí Teodoro Bueno se dedicó a reparar muebles para poder sostener su familia. Tenía una gran habilidad para rescatar antigüedades y levantó un próspero negocio. Durante ese tiempo, el 2 de mayo de 1938, nació Juan Bueno. (Juan y Lois Bueno, Cómo vivir bajo su señorío, p. 21.)

[20] H. C. Ball, director de América Latina había comenzado una obra en Chile y pidió a la familia Bueno que le ayudara a establecerla. Los Bueno sirvieron en Chile desde 1944 hasta 1949. (Juan y Lois Bueno, Cómo vivir bajo su señorío, p. 21.)

[21] Teodoro Bueno, “La conversión y ministerio de Theodore Bueno”, La Luz Apostólica, septiembre de 1967, p. 10.

[22] Instituto Latinoamericano de las Asambleas de Dios en La Puente, California, situado a unas diez millas en las afueras de Los Ángeles. (Juan y Lois Bueno, Cómo vivir bajo su señorío, p. 22.)

[23] José Girón, “Mensaje del Superintendente”, La Luz Apostólica, julio de 1968, Vol. 52, No. 11, p. 4.

[24] “Noticias: Teodoro Bueno”, La Luz Apostólica, agosto de 1972, Vol. 56, No. 12, p. 4.

[25] Rev. José Pacheco. Entrevistado por Rev. Octavio Ríos. Vía telefónica, 8 de marzo de 2023, 2: 00 p. m. Usada con permiso.

[26] La tradición católica afirma que Timoteo murió en Éfeso cuando tenía más de 80 años (Enciclopedia Católica de 1913). Según el primer capítulo del Libro de los Mártires de Foxe, murió en el año 97 d.C. defendiendo la verdad de la Biblia. Foxe afirma que era el obispo de Éfeso y que fue asesinado cuando dijo a una multitud de paganos que sus celebraciones idolátricas eran ridículas (Admin. ISNCA. «La vida de Timoteo». https://isnca.org/es/la-vida-de-timoteo/ Publicado: 30 de enero de 2021. Accedido: 9 de marzo de 2023, 9: 45 p. m.).

[27] John BuenoMemorándum. Datos Biográficos de Teodoro Bueno, Documento.

[28] John Bueno, entrevistado por O. Ríos, vía electrónica, 4 de marzo de 2014, 7:51 PM. Usado con permiso.




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