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miércoles, 24 de mayo de 2023

Los judíos enfrentarán esa verdad

Jesús enfrentó a los judíos y estos se vieron frente a verdades explosivas que no pudieron soportar. Jesús hizo la afirmaciones más escandalosas que se le podían hacer a un judío. Él dijo que:

 

Él era mayor que la Torá: «Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo» (Jn. 1: 17).

Él era mayor que el Templo: «Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí» (Mt. 12: 6).

Él era la satisfacción de la fiesta: «En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba» (Jn. 7: 37).

Él era mayor que Abraham: «Antes que Abraham fuese, yo soy» (Jn. 8: 38).

Él era Uno con Dios: «Yo y el Padre uno somos» (Jn. 10: 30).

 

Viene un día en que los judíos tendrán que verse reconociendo una verdad para ellos hondamente sacudidora; será en «La gran Tribulación» (Mt. 24: 21; Ap. 7: 14), ese trato restrictivo y violento, que se conoce como «Angustia de Jacob» (Jer. 30: 7). El Anticristo tratará de borrar para siempre a la descendencia abrahámica y no podrá. Tal cosa estará representada en el Arca de Noé: el pueblo judío será preservado en la violencia de una guerra mundial que solo será comparable, por su potencia destructiva, con aquel pasado diluvio universal.

En esos horribles días, los judíos entenderán que Jesús es el espíritu y el cumplimiento de las profecías: «...porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía» (Ap. 19: 10). Se volverá entonces el pueblo de Israel al Salvador de todos los hombres (Is. 10: 20; Ro. 11: 26), y al hacerlo se enfrentará a una verdad muy dolorosa. Humillados hasta el polvo, dirán: «Hace dos mil años crucificamos al Mesías».



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