Título: Fue un adorador
I. Fue el mayor adorador de la Creación:
«...Los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación...» (Ez. 28: 13c).
II. Él perdió la dirección de la adoración; la reclamó para sí, y cayó:
¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo (Is. 14: 12-15).
III. Aquel adorador, que era perfecto, se enalteció en su hermosura:
Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti (Ez. 28: 14-17).
Conclusiones
Fue Lucifer, un adorador, el que trastornó el Universo.
Adoradores: cuiden la dirección de la adoración.
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