Translate

lunes, 27 de octubre de 2025

¿De dónde nacen los conflictos éticos?

Los conflictos éticos nacen de «ojos abotagados» y «oídos ensordecidos». Una mente entenebrecida y un corazón desensibilizado son la génesis de todas las confusiones que agitan los mares morales en el espíritu del hombre. Tales cosas que evidencian en las historias del joven rico de Marcos 10: 17-22 y del legista de Lucas 10: 25-37. El primero quiere una redefinición del camino a seguir «para heredar la vida eterna»; el segundo, por la misma vereda, se tambalea esquivo en la definición de «prójimo». Ambos rehuían verdades bíblicas tan transparentes como el agua clara de la lluvia fresca.

Los seres humanos no queremos que la Biblia diga lo que dice. Deshacernos de riquezas sobre las que se levantó nuestro pasado, derribar los puentes que dejamos atrás, «quemar las naves» y seguir al Señor, con toda la incertidumbre que supone ir tras Aquel que no tuvo «donde recostar la cabeza» (Lc. 9:58) es la quintaesencia del llamamiento supremo de Dios en Cristo Jesús. Era el dilema ético del joven rico. 

Llegar a aceptar que Jesús no nos llama a escindir a los hombres en grupos morales (la izquierda y la derecha; los comunistas y los capitalistas; o lo que es lo mismo: «nosotros y los demás equivocados»); con tal pretensión chocó de bruces el legalista, cuando Jesús le dijo, a través de la parábola del buen samaritano: «El prójimo eres tú».



 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.