Luisa Jeter de Walker (1913-1998), misionera, directora de institutos bíblicos, fundadora de revistas educativas, escritora, cronista incomparable de su tiempo, fue, además, una reconocida poetiza. De su pluma destilaron elevadas inspiraciones, de mérito mayor si se considera lo difícil que es escribir con asonancia en otro idioma. Algunas de sus composiciones quedaron para siempre en el registro de La Antorcha Pentecostal, publicación seriada de las Asambleas de Dios en Cuba. Esta mañana recordaba una que quedó entre mis preferencias desde el día en que, registrando números antiguos, la descubrí. Una sentida reflexión debía nacer de su lectura para los que están desperdiciando el poco tiempo que les queda. Es voz de amonestación celestial. No la desestime.
Qué más
Cuando el último canto sagrado termine y el predicador
Por vez última exhorta a la gente y se acallen los ruegos de amor:
Cuando el Tomo Sagrado se cierre para ya nunca abrirse jamás
Y pasemos de aquí a dar cuenta al Autor de la vida, ¿qué más?
Cuando el último drama termine y se baje por siempre el telón,
Cuando salgan del último baile y se encuentre vacío el salón;
Cuando pasen las cosas mundanas y termine la lucha tenaz
Cuando suene el clarín de los siglos al llamarnos al juicio, ¿qué más?
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Luisa Jeter de Walker. “¿Qué más?”. La Antorcha Pentecostal, diciembre de 1942, No. 23, p. 4.
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