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lunes, 11 de enero de 2021

La «obsolescencia programada» es un total irrespeto a los pobres

 «Torpe albañil es el que desdeña una piedra», así escribía hace cien años Orison Swett Marden (1). Apuntaba aquel notable educador norteamericano, a ese «saber ver el valor de todas las cosas», y a un tiempo al hecho de que toda cultura de despilfarro es fea. Es verdad que hay cosas que se nos vuelven inútiles: las medicinas vencen, la ropa envejece, las herramientas se oxidan. La renovación de los bienes materiales ha sido parte de la vida en todos los tiempos, sobre todo en el mundo moderno, pero eso no debe empujar de ningún modo a una actitud de desprecio hacia lo que todavía se puede usar. Sabe, tengo un reloj, marca Timex, que tiene veintiséis años. Lo compré en Miami en 1994, y me niego a que muera; no dejo sulfurar sus circuitos por desuso y le activo la batería cada vez que vence. Funciona, y lo miro con orgullo. Creo que no hay algo más noble que preservar valores, aunque tengan que ver con una vieja regla escolar. Hablando de reglas, tengo una desde hace cincuenta y tres años. Mi padre la hizo de un angular de puerta. Entenderá que tiene un gran valor para mí.

Las personas pobres apreciamos las cosas que son duraderas porque no nos podemos dar ciertos lujos… Algo así estaba en la mente de los primeros fabricantes de bombilla eléctrica. En 2018 la redacción de BBC News publicó un artículo acerca de una bombilla ubicada en una estación de bomberos en la ciudad de Livermore, California, Estados Unidos, que alumbraba la vieja estación desde 1901. En 2001 la bautizaron como «la bombilla centenaria». Según la documentalista Cosima Dannoritzer, los inventores de la empresa del francés Adolphe Chaillet, rival poco conocido de Thomas Alva Edison, se propusieron, en principio, crear bombillas de larga duración; pensaron en la calidad y pensaron en los pobres, pero un acuerdo secreto entre fabricantes de bombillas, firmado en 1924, que buscaba fomentar la venta, dio al traste con un innoble diseño que permitiese a lo más mil horas de uso, como sucede hoy día. Ya no pensaron en los pobres; pensaron en la venta y pensaron en ellos (2). El siglo XX incorporaría así, un concepto que no tuvieron nuestros bisabuelos, es el de la obsolescencia programada; esta tiene que ver con la planificación del fin de vida útil de un producto. Es todo un fenómeno de la vida moderna y fue estudiado por Vance Packard en su obra The Waste Makers (3).

La obsolescencia programada bosqueja el fin de un producto. Le coloca un reloj intrínseco que le ordena envejecer y morir. Vuelvo a decir que los que lo incorporaron a la vida industrial moderna solo pensaron en ellos. Para una persona pobre no es una buena noticia saber que el motor de agua terminó ya, su función de vida útil. He visto personas pobres quebrantarse y llorar por una bisagra, vencida por el tiempo, que cedió e hizo caer la hoja de la puerta por donde escapó el pequeño perro de la casa que ya no volvió más. Lo he visto con pena.

En 2009 visité la casa de una anciana. Se veía totalmente oscura, pensé que no estaba y me iba, cuando le escuché llamándome por la ventana. Su único bombillo se había fundido. Estaba sentada, sombría, en un sillón de su pequeña sala. Tuve que regresar a casa, y llevarle dos lámparas que armé como pude. Al instalarlas se me presentó una nueva tarea: el conmutador del interruptor de la pequeña casa, estaba fracturado por el paso del tiempo. Requirió renovarlo también…

Cuanta tristeza ha traído al mundo la obsolescencia programada. Aunque nada es eterno de este lado de la vida, las cosas debían de fabricarse con el propósito de que duren para siempre. Sería hermoso, porque estaría a tono con el principio bíblico que se transparenta en Jesús. Si alguien podía expresar una cultura de despilfarro, de «bota y compra algo nuevo», de «acepta la ética del mercado», era Él. Lejos de eso, nos enseñó otra cosa:

 

Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: ‘Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?’. Entonces Jesús dijo: ‘Haced recostar la gente’. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: ‘Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada’ (Jn. 6: 9-12). 

 

El Señor en quien están «todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (Col. 2: 3), hizo a sus discípulos atender a la importancia que tenía la pequeña merienda del niño. No era aquel un «diezmo grande», ¿verdad? Algunos solo llaman por teléfono al «diezmador grande». Desde luego, carecen de fe para orar por aquel «diezmo pequeño», y empujar la multiplicación, aquella a la que Jesús dio lugar cuando la tomó en sus manos benditas, y lejos de menospreciarla, «levantando los ojos al cielo», la bendijo (Lc. 9: 16).

La historia no terminó con la multiplicación de los panes y los peces, ni cuando todos se saciaron, sino cuando Jesús les llevó a atender a todo lo que quedó, no para que los desecharan, sino para guardarlo.

He visto por acá a tantos hermanos que desechan la comida que sobró, aquella por la que oraron al sentarse a la mesa. Les escucho en silencio orar: «Señor, dalo también a los pobres». Al terminar, todo lo que queda sigue su curso en el zafacón de todos los desperdicios…

La obsolescencia programada, total irrespeto a los pobres, no solo está en la industria, también está en el corazón de muchas personas.

Nunca eche a la basura un pedazo de pan. Nunca, nunca, nunca lo haga por respeto al niño que morirá de hambre hoy, y más aún, por respeto a Aquel que dijo: «…que no se pierda nada».

 

 

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(1) Orison Swett Marden. Abrirse paso. Barcelona: Librera Parera, 1917, p. 159.

(2) Redacción. BBC New Mundo. “El enigma de la bombilla de luz que alumbra desde 1901”. https://www.bbc.com/mundo/noticias-44542763 Publicado: 23 de junio de 2018. Accedido: 10 de enero de 2021, 1: 38 AM.

(3) Andrés Sevilla Arias. “Obsolescencia programada”. https://economipedia.com/definiciones/obsolescencia-programada.html Accedido: 10 de enero de 2021, 1: 52 AM.



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