Abrí la BBC: “Perú va a cerrar un tercio de las universidades por mala calidad”. “El mea culpa de Boris Johnson por los 100.00 muertos por covid-19 en el Reino Unido”. “Asesinan a plena luz del día en Ecuador a Efraín Ruales, presentador de televisión”. Cerré la BBC.
Abrí Infobae: “Alerta terrorista en los cincuenta Estados de Norteamérica”. “Las vacunas chinas son un fracaso”. “Dice el papa Francisco que puede ocurrir un nuevo holocausto”. Cerré Infobae.
Abrí El Mundo: “Bronca entre Bruselas y la empresa AstraZeneca sube de tono”. “España tiene la mayor mortalidad desde 1941”. “El presidente de Vox, Juan Sergio Redondo, citado a declarar por presunto delito de odio”. Cerré El Mundo.
Abrí El País: “Diputados mexicanos desviaron 30,6 millones de dólares a empresas fantasma entre 2013 y 2018”. “El drama de los transgéneros holandeses, forzados hasta 2014 a esterilizarse para poder cambiar de identidad”. “Nuevas protestas en Polonia por la inminente prohibición casi total del aborto”. Cerré El País.
Abrí NC-Noticiacristiana.com: “Oreanna Antoinette Myers, una madre de Virginia Occidental, EUA, asesinó a sus cinco hijos, prendió fuego a la casa, y se quitó la vida”. Cerré NC-Noticiacristiana.com.
Cerré el navegador.
Cerré la laptop.
Lo cerré todo.
Bien dijo Pedro aquel día: “Señor, ¿a quién iremos?” (Jn. 6: 68).
A la 1:00 PM, la profesora del Instituto de Superación Ministerial (ISUM) de México, Nereida Argüelles Ferrétiz, pidió oración por Jared. “Es uno de nuestros pequeñitos de la iglesia. Lo están preparando para ser operado hoy a medio día y evaluar el problema de obstrucción en sus intestinos”. Miré, en la fotografía, la expresión de inocencia del pequeño..., su completa indefensión. Desde el silencio, cada día mayor, de mi escritorio, lo elevé a Dios, tan alto como pude. Pedí para él una larga vida y la gloria inmediata del cielo sobre su cuerpecito”.
Cuatro horas después, la profesora anunció: “El niño acaba de salir de cirugía; no le encontraron nada en sus intestinos (…). Su madre y una servidora les agradecemos sus oraciones”.
Creo que, como Pedro, encontré a dónde ir, después de ver que no quedaba otro lugar…
Dios mío, ¿qué hago leyendo noticieros?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.