En la medida en que avanza la vida me voy volviendo cada vez más selectivo respecto a sobre quién hablar o escribir. Tal vez tenga que ver con que hay que esperar hasta el final para poder ver lo que cada cual dará de sí; tal vez sea que con los años crece en uno la sensibilidad y el rechazo a la miseria de alma y a la vanidad humana, sea una cosa o la otra lo cierto es que, cada día, borro más nombres de los artículos pendientes por publicar.
A esta amarga decantación han sobrevivido unos pocos nombres. Hoy recuerdo uno, David Spencer. Fue un hombre grande y bueno, hasta donde se le puede llamar grande y bueno a un humano. Cientos de miles le deben mucho en la fe. En un día tan sombrío y de tanta decepción como el de hoy, me siento a escribir de él como quien paga la deuda de los ingratos que no lo hicieron. Lo recuerde Dios en mi favor el día de la eternidad.
David Vicente Spencer, uno de los más importantes y queridos misioneros norteamericanos a Latinoamérica, nació el 5 de marzo de 1945, en Washington State. Hijo de misioneros, con dos años, sus padres le llevaron consigo a las difíciles misiones del interior de Honduras. Cuatro años más tarde, también en funciones misioneras, la familia se trasladó a Costa Rica. Allí transcurrirían su niñez y adolescencia. En esta hermosa tierra centroamericana se le escuchó predicar, por primera vez, la Palabra de Dios.
Tenía 16 años cuando regresó a los Estados Unidos con el noble propósito de terminar estudios teológicos. Conoció para entonces a Bonnie Marshall-Spencer, floreció el amor y se unieron en matrimonio el 4 de julio de 1964, en el estado de Texas. Dos años después, cuando apenas crecía Melodía, su primera hija, Dios les llama a las misiones en Nicaragua. Tenía 21 años. Su papá había llegado antes allí y trabajaba por todo el país, dirigiendo el Instituto Bíblico de las Asambleas de Dios.
En 1971 nació su segunda hija, Shanna, nicaragüense de nacimiento. El matrimonio sufriría, años después, la sensible y difícil pérdida de su único hijo varón; este fue sepultado en La Trinidad, municipio del departamento de Estelí, en Nicaragua. Mirando en la historia, desde Hudson Tylor hasta acá, ¡cuántos misioneros dejaron seres queridos en las tierras de sus misiones!
No se detienen los Spencers, y expanden su predicación a Radio Managua y a Radio Corporación, donde su programa “Problemas y Soluciones” tendría un éxito sin precedentes.
A los 23 años asume el pastorado de la Iglesia Centro Evangelístico, en Managua, y en 1973, regresa a los Estados Unidos. Allí le nace su tercera y última hija, Evie.
Retorna a Nicaragua para continuar con la predicación de la Palabra. Son años difíciles e inestables. La revolución sandinista triunfaría el 19 de julio de 1979, y con frecuencia se vería atrapado en zonas de combate en Jalapa, donde realiza peligrosas, pero exitosas campañas evangelísticas.
Iniciando la década de los 80 se ve obligado a salir del país; llega a Panamá, y se convierte en el pastor principal de la Iglesia Casa de Oración Cristiana, una de las congregaciones más influyentes de esa nación. En 1982 viaja a Cuba, a donde lleva impresionantes ministraciones en el Espíritu. Por primera vez el movimiento pentecostal cubano ve a la gente caer bajo el poder de Dios en lo que muchos llamarían “la prueba del tizón”. Su paso por la mayor de las Antillas dejó un impacto memorable que perdura hasta hoy. Los cubanos le recuerdan con inmensa gratitud. El pastor Josué de Quesada Hernández, misionero a Nicaragua y posteriormente pastor en Houston, Texas, EUA, le evoca en sus más sentidas remembranzas:
Al pasar de regreso a La Habana, el pastor David Spencer visitó nuestra casa pastoral en Ciego de Ávila, centro de Cuba, y estando allí, de repente, dijo a mis padres: “Dios tiene una palabra para ese niño que está corriendo por el patio, su hijo…”. El niño era yo. Me llamaron y al estar frente a él, me dijo: “Dios va a usar tu vida, y te va a llevar a las naciones para servirle”. Fue grandioso e impresionante. El problema era que para ese entonces nadie salía de Cuba al extranjero, así es que hablar de eso era algo raro, y casi un sueño inalcanzable, pero tan seguras como un sello quedaron aquellas palabras en el corazón de mis padres, y tanto uno como el otro, en cada momento de mi vida, se encargaron de regar aquella semilla sembrada sobre mí cuando apenas podía valorarla o entenderla lo suficiente (…), apenas tenía 10 u 11 años de edad. Recuerdo escuchar a través de los años una y otra vez a mis padres decir: “Acuérdate hijo mío que Dios dijo que te usaría grandemente”. Así que por más que el enemigo hizo alejar mi vida de Dios, en mi adolescencia, yo siempre recordaría aquellas palabras, con tal seguridad que llegué a pensar que, aun estando en el mundo, nadie me podría tocar ni destruir por muchas maldades que yo hiciera pues Dios dijo que Él me usaría grandemente, así es que... “era inmortal” hasta que eso se cumpliera. Así fue; aquellas palabras en el Espíritu se cumplieron al pie de la letra (1).
Cumpliendo una extensa obra misionera en Centroamérica, el pastor de Quesada, pastorearía en Houston, y estaría, veintisiete años después, con el Rev. Spencer junto a David Yonggi Cho. Así lo cuenta: “Asistimos en Seúl, Corea del Sur, a la XXIII Conferencia Internacional de Iglecrecimiento, celebrada entre los días 20 y 26 de octubre de 2009. Fuimos invitados por el Rev. Dr. David Spencer, quien era amigo personal del Dr. David Yonggi Cho, y miembro de su junta directiva internacional. Era también un gran amigo personal nuestro y un mentor” (2).
Mi esposa, la Revda. Dra. Elízabeth de la Cruz de Ríos, le recuerda:
El pastor Spencer estuvo en nuestra Iglesia en 1982. Era el Templo central de las Asambleas de Dios, y estaba para entonces bajo el pastorado del Rev. Hugo Vidal. Hacía poco yo había llegado a La Habana. Estuvo Spencer allí tres días impartiendo los más formidables estudios acerca de la familia que haya podido escuchar. Era un gran conferencista. Unas palabras suyas se me quedaron en el corazón para siempre. Él dijo: “Con la familia haga siempre la deferencia”. Entendí que, frente a todo el mundo, la familia lleva un cuidado especial. He tratado que tal principio se cumpla siempre en mi vida, y en los momentos más críticos, cuando esa gente a la que no guía Dios, ha luchado por destruir el equilibrio de mi hogar, he puesto delante, por prioridad, la paz y el amor de mi familia, todo en recuerdo de aquellas palabras (3).
Estos hechos dan una idea de la influencia que tuvo el pastor Spencer en el evangelio pentecostal cubano. La vida ministerial de este misionero parecía que seguiría rumbos itinerantes, pero una noche de 1994, Dios habló a su corazón, y le dijo: “Vuelve a Nicaragua”. Obediente, así lo hizo.
En 1995 hace un viaje a los Estados Unidos, en una lucha permanente por levantar fondos para misiones. En esa oportunidad visitó el Templo “Casa de Oración” en Longview, Texas, y del impacto que se produjo allí en la vida de los pastores cuenta Agustín Campos:
Me invitaban para ir a ministrar a otras iglesias y yo no aceptaba ninguna invitación. No me atrevía. Llevaba siete años pastoreando, me invitaban una y otra vez, y no iba. Me llamaron de Odesa, y me dijo un pastor: “Hermano Campos (…), queremos tenerle acá (…). Temblé cuando oí eso, y le dije titubeante: “Hermano, yo le llamo…”. Nunca le llamé. Nunca me atreví a hacerlo.
En estos contextos vino el misionero David Spencer a visitarnos; este era un extraordinario hombre de Dios. Él hacía recorridos por las iglesias levantando promesas (fondos) para la obra misionera. Nosotros teníamos en la iglesia un piano de cola, negro, muy bonito, como el que tenemos ahora aquí. Spencer tocaba bien hermoso el piano, y tocando y cantando se empieza a sentir una presencia de Dios grande, y en aquel ambiente, él dice: “Tengo dos palabras de parte de Dios: una es para la iglesia, y la otra es para el pastor. Iglesia, escúchame: el pastor de ustedes no es para cuatro paredes, pero el Señor no se los va a quitar; el Señor va a llevar a este hombre a predicar el evangelio. Y la otra palabra es para ti, pastor: Dios te ha estado queriendo sacar, y te ha estado queriendo llevar a diferentes lugares, y tú tienes miedo. El Señor me dice que te diga que no temas; es Él el que te está enviando a las naciones, y Dios te va a llevar a otros países”. Al oír esta palabra del cielo toda la resistencia que había en mí terminó súbitamente, y acepté de inmediato la invitación que me habían hecho para ir a Huetamo, Michoacán. Allá me fui. A partir de aquel momento tenía campañas cada cuatro o seis meses, en muchísimos lugares, templos, terrenos, plazas de toros… Se reunían hasta tres mil personas; era muy impresionante aquello, tres, cuatro y cinco noches, campaña tras campaña; desde México radiaban la actividad, la radio se usaba mucho en función de aquellos eventos. A fuerza de conocernos, llegó a ser innecesaria la promoción de la actividad. Solo decían: “El hermano Agustín Campos va a estar en la plaza de toros de Bejucos”, y ya la voz corría. Nunca eran menos de mil personas las que llegaban. Todo nació allí, con aquella palabra de David Spencer (4).
Regresa el misionero a Nicaragua, y el 17 de marzo de 1996, funda en una casa de Managua una iglesia que se convertiría en Comunidad de Renovación Familiar Hosanna. Esta congregación floreció y se extendió a nueve departamentos, contándose más de dieciocho iglesias donde dieciséis mil personas se reunían semanalmente.
En el 2011, obedeciendo a Dios nuevamente, decide comisionar como nuevos pastores principales de Hosanna a los nicaragüenses Arsenio y Betzabé Herrera.
Su salud, desde entonces, comienza a declinar; pese a eso luchó con todas sus fuerzas para mantener vivo el ministerio, y hasta el último instante estuvo activo.
El 24 de febrero de 2018, como algo premonitorio a su pronta partida con el Señor, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, le entregó la ciudadanía nicaragüense y la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. En aquella magna ceremonia, el pastor Spencer, dijo: “Amo a Nicaragua. Amo al nica campechano, dadivoso y que tiene un gran sentido del humor” (5).
Con una modestia ejemplar, poniendo a un lado la tremenda influencia que tuvo sobre el llamado de miles de ministros, y hermanos en general, resumió un día su vida, diciendo: “Yo sólo he sido un pequeño luchador” (6).
A los que, con dolor y lágrimas en los ojos, le veían apagarse lentamente, les dijo: “No lloren por mí…, no, no, no. Cuando escuchen que morí, no les crean. Yo voy a estar más vivo que nunca gozándome con nuestro amado Señor Jesucristo” (7).
Cerró sus ojos de este lado de la vida, y partió al descanso eterno de los santos, el 16 de mayo de 2018 (8). Se le brindaron honras fúnebres el viernes 18 y el sábado 19 de mayo, en el Santuario de la Iglesia Hosanna Central. Su cuerpo descansa en Tipitapa junto a sus padres, en el Kilómetro 26 de la Carretera Panamericana Norte, en el Departamento de Managua, de su amada Nicaragua (9). Allí espera la resurrección.
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(1) Josué de Quesada, entrevistado por Octavio Ríos Verdecia, vía electrónica, el 21 de septiembre de 2012, 2:38 AM. Ver en: Octavio Ríos. Memorias del pastor Benjamín de Quesada. K.D. Publishing. 2018, p. 212. A su alcance en Amazon en:
https://www.amazon.com/gp/product/1728673887/ref=dbs_a_def_rwt_bibl_vppi_i7
(2) Josué de Quesada Hernández, entrevistado por Octavio Ríos, vía electrónica, 27 de octubre de 2012, 10:54 a. m. Ver en: O. Ríos. Memorias del pastor Benjamín de Quesada. K.D. Publishing. 2018, p. 226.
(3) Elízabeth de la Cruz de Ríos. Entrevistada por Octavio Ríos, 16 de octubre de 2020, 7:00 p. m.
(4) Agustín Campos. Entrevistado por Octavio Ríos. 5 de octubre de 2020. 6:00 PM-10:00 PM. Tyler, Texas.
(5) Redacción Web 80. “Daniel y Rosario otorgan ciudadanía y la orden Rubén Darío al pastor David Spencer”.
https://nuevaya.com.ni/daniel-y-rosario-otorgan-ciudadania-y-la-orden-ruben-dario-al-pastor-david-spencer/
Publicado: 25 de febrero de 2018. Accedido: 16 de octubre de 2020, 8:00 a. m.
(6) Asambleas de Dios de Nicaragua. “David Spencer, el pequeño luchador”.
https://www.facebook.com/AsambleasdeDiosdeNicaragua/posts/1948908678475975/
Accedido: 16 de octubre de 2020, 8:00 a. m.
(7) David Spencer. Facebook. Publicación de 16 de mayo de 2019.
https://www.facebook.com/drdavidspencer
Accedido: 16 de octubre de 2020, 7:35 a. m.
(8) Editorial. El Nuevo Diario. “Muere a los 73 años el pastor David Spencer, líder de la Iglesia Hosanna”.
https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/464450-muere-pastor-david-spencer-lider-hosanna/
Accedido: 16 de octubre de 2020, 7: 59 a. m.
(9) David Spencer.
https://www.facebook.com/drdavidspencer
Publicación del 17 de mayo de 2018. Accedido: 16 de octubre de 2020, 8:00 a. m.