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martes, 1 de diciembre de 2020

No es el precio, es el valor

El afamado compositor español Manuel Alejandro, se encontraba hospedado en el hogar del celebérrimo cantante, Julio Iglesias, en los Estados Unidos. Mientras se movía por los exteriores, bajo el impulso de escribir algo, sacó precipitadamente el bolígrafo del bolsillo, para advertir de pronto, y con gran pesar, que se le escapaba de las manos e iba a dar a las ranuras de madera de un viejo embarcadero bajo el que se movía un canal de aguas arenosas. Desapareció inmediatamente de la vista. No era un bolígrafo de gran precio, pero con él había escrito todas las canciones de su vida, desde 1966; tenía, por ende, un gran valor. “Lo vi tan triste…”, recordaría Julio Iglesias. Conmovido, y con no poca nobleza, el afamado cantante español terminó contratando a un equipo de buzos. Estos vinieron al canal y, por lo difícil de la tarea, demoraron dos días en hallarlo. Manuel Alejandro cuenta: “Recuerdo al buzo quitarse la máscara y decir: '¿Esto es?', como quien dice: '¿Y para esto nos han hecho venir?'” (1). Había una diferencia en el enfoque: el buzo atendía al precio, el compositor atendía al valor.

Precio y valor. Algunos confunden las diferencias entre lo uno y lo otro. Son muchas.

Los precios cambian, a veces el mismo día; en una hora las bolsas financieras suben y bajan. Los valores son estables, perduran con el tiempo; los vaivenes pendulares del comercio no les afectan.

Los precios los pone el mercado. Los valores los impone la vida.

Los precios tienen límites. No los encontrará en los valores.

El precio lo fija cualquiera. El valor, solo lo definen aquellos que tienen ojos de grandeza.

Nada más subjetivo que el precio. Nada más objetivo que el valor.

Los precios son fríos, secos e inclementes. Los valores son ardientes, abrazadores y compasivos.

Todo el mundo sabe de precios, pero no todo el mundo sabe de valores. En ocasiones los precios altos definen valores altos, pero las más de las veces los valores altos se tasan a precios bajos. Todo el mundo quiere que el autor le regale el libro. No lo valoran. Una pizza se hornea en veinte minutos; su efecto dura tres horas: tiene precio. Un libro se escribe en un año; su influencia dura toda la vida: tiene valor.

Al mundo no lo mueven los precios, sino los valores. El soldado herido que sostiene el pabellón patrio no es movido por el peso de su salario, sino por el valor de la causa que defiende.

Finalmente, hay cosas que, por su valor, no tienen precio. Intente tasar el sacrificio que hizo por usted su madre, el trabajo con el que su padre le sacó adelante…

Intente tasar la salvación eterna. Nunca podrá.

Precios y valores. Nunca te confundan las diferencias.

 

 

__________

 

 

(1) Biografiastv con Frank Delgado. “La historia de Julio Iglesias y Manuel Alejandro, 1970”. https://youtu.be/vxy8VPRcro0 Accedido: 28 de noviembre de 2020, 8: 30 PM.




2 comentarios:

  1. Muchas gracias por esta reflexión. Ciertamente, cuestiones claramente separadas, precio y valor, finanzas y valores, precio y aprecio.
    En estos tiempos en que tanto ha dejado de estar presente, esta reflexión nos envía, también, adentro, a colocar las cosas en su sitio: lo urgente frente a lo verdaderamente importante.

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