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viernes, 11 de diciembre de 2020

El altar estaba arruinado

Va a caer fuego del cielo. Está teniendo lugar uno de los más épicos momentos de la historia bíblica. El profeta Elías convocó en el Monte Carmelo al rey, con todo su séquito y a los ochocientos cincuenta profetas paganos. El dios que conteste por fuego ese es Dios.

Hasta horas del mediodía gritan los profetas de Baal y Asera, y se sajan sus pieles con cuchillos y lancetas. Nada sucede. El altar estaba destruido y nadie reparó en ello. “Entonces dijo Elías a todo el pueblo: ‘Acercaos a mí’. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado” (I R. 18: 30).

Va a descender fuego del cielo, pero primero tiene que arreglarse el altar. ¿Qué lo arruinó? No lo dude, fue el desuso… Ya no se adoraba a Dios.

Va a descender fuego del cielo, pero el profeta sabe que primero tiene que reparar el altar. “Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová diciendo, Israel será tu nombre, edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová” (vv. 31, 32a). Entonces invocó a Dios, “y dijo: ‘Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos’” (vv. 36, 37). 

El altar esta ahora reparado, y sobre él la invocación del profeta ha sido hecha: “Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ‘¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!’”.

Entienda el orden en que las cosas pasaron. Cayó fuego del cielo, pero primero fue reparado el altar…

Cerciórese de que su altar no esté arruinado por el desuso, y de ser así, repárelo. Como nunca se necesita que descienda fuego del cielo, pero no caerá mientras el altar esté en ruinas.




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