Pasé algunas horas de la tarde de hoy hurgando en la historia extrabíblica del apóstol Pedro. Nunca había leído sobre su presencia en la antigua Britania (Gran Bretaña). Es sorprendente la seguridad que tienen los historiadores acerca de su apostolado y ulterior envío de misioneros allí. Se debe decir para comenzar que, tal cosa, fue comentada en una fecha tan temprana como el año 306 d.C por el obispo de Cesarea e indiscutible padre de la historia eclesiástica, Eusebio Panfilio (265-339 d.C) (1) (2).
Excavaciones recientes en Whithorn, jurisdicción de Escocia, dentro de la misma isla de Gran Bretaña, permitieron encontrar una antigua piedra hexagonal, enhiesta como un monumento, de 1.20 metros de altura por 0.38 metros de ancho. En ella aparecía una inscripción en la que se leía: “Locvs Sancti Petri Apvstoli” (El lugar de San Pedro apóstol) (3).
La tradición inglesa registra, y el célebre decano Stanley sostiene, que la revelación de Pedro de su pronto martirio, de la que se lee en Segunda de Pedro 1: 14: “...sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado”, tuvo lugar en la última visita del apóstol a Gran Bretaña, en el lugar exacto donde un día se levantó el Templo británico de Lambedr (de San Pedro), y donde se encuentra hoy la Abadía de San Pedro, en Westminster, centro de la actual Londres, sede del Big Ben y del Palacio de Buckingham. Pedro partiría desde allí a Roma donde moriría en martirio dando un grandioso testimonio de fe (4).
No es definitivo, pero no deja de ser interesante.
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(1) William Steuart McBirnie. En busca de los doce apóstoles. Carol Stream, Illinios: Tyndale House Publishers, 2009, pp. 33, 34.
(2) Eusebio de Cesarea. https://es.scribd.com/document/460666240/Eusebio-de-Cesarea Accedido: 3 de agosto de 2020, 6: 50 PM.
(2) Steuart, Ibíd.
(3) Ibíd.
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