El gnosticismo, doctrina de la salvación por medio del conocimiento sobrenatural (1), fue, junto al judaísmo, uno de los principales adversarios del naciente cristianismo. Tuvo en Cerinto uno de sus más célebres representantes. Este fue un hereje judío, gnóstico y ebionita, contemporáneo del apóstol Juan. Solo se sabe de él a través de las obras de Ireneo (130-202 dC), obispo de Lyon, y padre de la escuela teológica de Antioquía (2).
Tales fueron las tensiones del apóstol Juan con Cerinto que muchos ven una huella de la resistencia apostólica frente al gnosticismo de este hereje en el capítulo 1 del Evangelio según Juan y en sus epístolas, específicamente en I Juan 4 (3).
El padre de la historiografía eclesiástica, Eusebio Panfilia (260 y 340 dC.), obispo de Cesarea, cita a Ireneo, cuando este último contó, con no poco humor: “Juan, el apóstol, entró en una oportunidad a lavarse en un baño, pero cuando vio a Cerinto allí, salió de un salto y huyó por la puerta, porque no soportaba estar bajo el mismo techo con él. Juan exhortó a los que estaban allí a que hicieran lo mismo: ‘Huyamos antes que se hunda la fuente, porque Cerinto el enemigo de la verdad, está aquí’” (4).
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(1) John Arendzen. “Gnosticism”. The Catholic Encyclopedia. Vol. 6, pp. 592-602. New York: Robert Appleton Company, 1909. Publicado: 5 de marzo de 2020 http://www.newadvent.org/cathen/06592a.htm Accedido: 9 de agosto de 2020, 8:00 AM.
(2) John Arendzen. “Cerinto”. The Catholic Encyclopedia. Vol. 6, pp. 592-602. New York: Robert Appleton Company, 1909. https://ec.aciprensa.com/wiki/Cerinto Accedido: 9 de agosto de 2020, 8:30 AM.
(3) Ibíd.
(4) Eusebio. Historia eclesiástica. Ver en: William Steuart McBirnie. En busca de los doce apóstoles. EUA: Tyndale House Publishers, 2009, p. 94.
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