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lunes, 24 de agosto de 2020

"El mar y la fuente". Víctor Hugo

El 19 de septiembre de 1980, advertí que, sin proponérmelo, y a fuerza de releerlo, había aprendido de memoria aquel bellísimo poema de Víctor Hugo, que es El mar y la fuente. Lo transcribí de algún libro de lecturas escolares y se quedó en mis memorias como un reproche a la vanidad humana. Cuántas veces, desde entonces, he visto a esa metáfora tomar cuerpo en la vida. Cuántos fueron vanos mares; cuántos fueron nobles fuentes...

El mar y la fuente
Víctor Hugo (1)

Gota a gota caía lentamente,
sobre las aguas de la mar sonoras
desde las altas rocas, una fuente.
Y dijo la mar: —Oh, tú, que lloras
esas líquidas perlas,
¿para qué vienes sobre mí a verterlas?
¿Para qué he de quererte?
Enorme soy, ingotable, fuerte;
acabo donde empieza el infinito.
¿Piensas quizás que yo te necesito?

Y al mar dijo la fuente:
—Lo que no tienes tú, lo que yo tengo,
sin afán, sin rumor, modestamente,
¡oh piélago profundo! a darte vengo.
En tus olas amargas y sombrías,
no hay una gota pura y transparente,
buena para beber como las mías.


__________

(1) Teodoro Llorente, traducción al español. Poetas franceses ilustres del siglo XIX. “Víctor Hugo”. Barcelona: Montaner y Simón, 1906, p. 101.



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