Es un tiempo de mucha ligereza. Veo continuamente en las redes sociales chistes en los que colocan a Dios o al Señor Jesús diciendo cosas, al parecer “graciosas” para el que las publica. Muchos lo aplauden con supuesta ingenuidad, y todo parece quedar ahí. Tengo malas noticias para los tales: Dios los mira como culpables, porque Su nombre no se ha de tomar en vano nunca.
Sobre el monte Sinaí, el Señor escribió para Moisés y el pueblo de Israel, en dos tablas, diez mandamientos. En el tercero se lee: “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano” (Ex. 20: 7). En este mandamiento está prohibida toda mención liviana e irreverente de Dios.
Jamás el nombre del Señor debe de ser incluido en bromas, por bienintencionadas que sean. Persona alguna está autorizada sobre la tierra a mover a risa a un auditorio narrando fantasías acerca de Dios, o creando guiones ficticios, con las que se busque amenizar la predicación o la dirección de un culto. La razón para esto es una sola: Dios lo prohibió. El peligro para esto es uno también: Dios no dará por inocente al que lo haga.
El mundo está pasando por una prueba. Más que nunca mida cada uno sus palabras y sus actos, porque todos estamos siendo observados y el hacha está a la raíz del árbol (Lc. 3: 9). No nos juzgue Dios en el ardor de su ira, y usted, no tome Su Santo Nombre en vano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.