Mensaje predicado el miércoles 23 de septiembre de 2020, en el Templo “Casa de oración”, de Longview. Texas.
Lectura bíblica. Prov. 19: 23: “El temor de Jehová es para vida, Y con él vivirá lleno de reposo el hombre”.
Introducción
Si el temor de Dios no fuera importante no estaría en la Biblia
I. El temor de Dios es un mandamiento.
Sal. 33: 8: “Tema a Jehová toda la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo”.
II: El temor de Dios es preservación de vida.
¿Por qué Noé hizo el arca?
Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera (Gn. 6: 11-14).
V. 22. “Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”.
¿Por qué Noé hizo el arca?
He. 11: 7: “Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe”.
III. El temor de Dios es camino de bendición.
¿Por qué las parteras de Egipto no mataron a los niños?
Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias (Ex. 1: 17-21).
“Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová” (Prov. 22: 4).
IV. El temor de Dios es la base de la integridad humana.
Job 1: 1: “Hubo un hombre en la tierra de Uz llamado Job; y era aquel hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal”.
Neh. 7: 1, 2: “Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas, y fueron señalados porteros y cantores y levitas, mandé a mi hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén (porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más que muchos)”.
V. Tema a Dios para que no tenga nada que temer.
“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado” (Sal. 27: 1-3).
VI. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.
“El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”.
Es también el fin de todo el discurso: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ec. 12: 13).
Conclusión
I. El temor de Dios es un mandamiento.
II. El temor de Dios es preservación de vida.
III. El temor de Dios es camino de bendición.
IV. El temor de Dios es la base de la integridad humana.
VI. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría.
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