Nada une tanto a los grupos dispares como un enemigo común; al decirlo me siento manejando una especie de jerga mafiosa, pero esa afirmación descansa en una experiencia práctica de sesenta siglos. Si no lo cree observe al presente como se detuvieron las diferencias políticas y todos los gobiernos unieron fuerzas en pro de lograr la derrota de lo que parece será la pandemia del siglo: el COVID-19.
Así fue en las primeras semanas; el sentido común enrumbó a los bien intencionados por este derrotero; sin embargo, no faltan ya los que maliciosamente orientan el visor a la búsqueda de un culpable. Nada más entretenido en esta vida que sentar a alguien en el banquillo de los acusados. Es así que, un funcionario iraní, aseguró, sin prueba alguna, que la epidemia podía ser un arma biológica de los Estados Unidos. Muchos, en la gran patria de Lincoln, afirmaron lo mismo de China. Arabia Saudita, con una imaginación muy contextualizada al ambiente medio-oriental, señaló que sus casos registrados eran culpa de Irán. Corea del Sur, desenterrando rencillas, arremetió contra Japón; la isla del sol naciente no tardó en reciprocar (1). Finalmente, todo el mundo acusa a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la OMS acusa a todo el mundo.
La columnista Vivian Wang afirma que, al presente, los dedos apuntan en direcciones muy predecibles (1). Bueno…, así era, hasta que, en un verdadero arranque de imaginación desbordada, digno de un Hércules Poirot embebido con los peores alucinógenos, el pasado 27 de marzo de 2020, Katherine Stewart, “a todo pulmón”, desde el prestigioso y nunca bien ponderado New York Times, anunció el hallazgo definitivo de los culpables. Estos son nada más y nada menos que… ¡los evangélicos! Sherlock Holmes habría colapsado de envidia ante tal ejercicio de inferencia.
Los evangélicos, no hay dudas. Si tenemos una pandemia de coronavirus que alcanza hasta la isla Papúa, en el archipiélago malayo, es culpa de ese grupito de alienados sociales que son los evangélicos. ¿Conoce alguno? El texto del artículo aparece arropado bajo el título: “El camino al infierno con el coronavirus ha sido pavimentado por evangélicos”. En él afirma: “…el Partido Republicano se ha unido a un movimiento espiritual cuyas creencias vuelan en contradicción con la ciencia…” (2). Por este camino quedó allá, muy lejos, en los anales de la desmemoria, James Clerk Maxwell, aquel evangélico devenido en padre del electromagnetismo, por cuyos trabajos esta dama tiene lavadora y batidora eléctrica, y algo más: un automóvil en que se traslada hasta la redacción para estructurar artículos contra los evangélicos. Esta laboriosa dama de pluma ligera obvió a Max Planck, el padre de la teoría cuántica. ¿Sabrá que Einstein existe, en una buena medida, gracias a ese evangélico luterano? ¿Recordará que, cuando nadie le iba a hacer caso al trabajito del desconocido físico judío en que fundamentaba la relatividad especial, con fina intuición Max Planck dijo a los demás: “Cuidado…, ahí hay algo…” ¿Sabe Katherine Stewart cuánto de Dios hubo en Newton, Galileo, Mendel y Pasteur... ¿Le serán familiares esos nombres? ¿Le parecen antiguos? Quiere actualidad. ¿Cuál? ¿La que tiene que ver con el hecho de que el proyecto “Genoma humano” fue dirigido por un cristiano comprometido, públicamente confeso, que se llama Francis S. Collins?
Agrega Stewart: “El nacionalismo religioso ha traído a la política estadounidense la convicción de que nuestras diferencias políticas son una batalla entre el mal absoluto y el bien absoluto” (…). “Cuando estás involucrado en una lucha entre el ‘partido de la vida’ y el ‘partido de la muerte’, como algunos nacionalistas religiosos ahora enmarcan nuestras divisiones políticas, no tienes que preocuparte por hacer políticas cuidadosas basadas en la opinión o análisis de expertos”, asegura (2), (3), (4).
La gran nación norteamericana está levantada sobre cimientos evangélicos. Estos ladrillos de fe dieron el sólido fundamento sobre el que se alzó, indetenible, la primera economía del mundo. Los padres de la nación norteamericana fueron hombres movidos por los más célicos sentimientos. La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, firmada el 4 de julio de 1776, está llena de Dios. El epistolario de los padres de la nación norteña: John Adams, Benjamín Franklin, Alexander Hamilton, John Jay, Thomas Jefferson, James Madison, y George Washington, está desbordada de Biblia y Dios; no obstante, Stewart endilga a los evangélicos de idiotas, cuando se refiere a “la idiotez y las acciones extremas de algunos que desafiaron las órdenes de salud pública (…) para estigmatizar a la mitad del país” (2).
Mientras los evangélicos devenimos en “idiotas culpables”, fue olvidado el hecho de que la pandemia nació en el rincón más ateo del mundo: China.
“Los evangélicos son culpables de esta pandemia y del modo en que ha asolado a la gran patria del norte”. Esa inferida aseveración, más que todo, carece de originalidad porque no es la primera vez que el pueblo evangélico carga con la culpa de un gran siniestro. Ya Nerón nos acusó de incendiar Roma. A la lectura del artículo de Stewart no me nació otro pensamiento por respuesta: “Oh, no…, ¡otra vez Nerón!”
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(1) Vivian Wang. The New York Times. “El número de muertos aumenta y los gobiernos buscan culpables por el coronavirus”.Publicado: 8 de marzo de 2020. https://www.nytimes.com/es/2020/03/08/espanol/culpables-coronavirus.html Accedido: 22 de abril de 2020, 12:12 p. m.
(2) Joe Irizarry. “New York Times dice que la pandemia de coronavirus es culpa de los evangélicos”. https://www.joeirizarrynoticiascristianas.com/2020/04/01/new-york-times-dice-que-la-pandemia-de-coronavirus-es-culpa-de-los-evangelicos/?fbclid=IwAR3iDYT6WOPAzRNZvRMOLRMEDWQeDuvBvQcbLNBvvjeFGuxmtjd-maE7T58 Publicado: 1 de abril de 2020. Accedido: Accedido: 22 de abril de 2020, 1:12 p. m..
(3) Douglas Ernst. The Washington Times. Friday, march 27, 2020. "Trump, Christians ripped in NYTs op-ed: 'The road to coronavirus hell was paved by Evangelicals'" https://www.washingtontimes.com/news/2020/mar/27/trump-christians-ripped-in-nyts-op-ed-the-road-to-/ Accedido: Accedido: 22 de abril de 2020, 2:12 p. m.
(4) Libertad. USA. "El New York Times liberal culpa a los cristianos evangélicos y al presidente Trump por el coronavirus" 27 de marzo de 2020. https://libertadusa.com/2020/03/el-new-york-times-liberal-culpa-a-los-cristianos-evangelicos-y-al-presidente-trump-por-el-coronavirus/ Accedido: Accedido: 22 de abril de 2020, 3:12 p. m.
Muy buen comentario Dr.Octavio Ríos!
ResponderEliminarGracias Pastor. Mucho apreciamos sus palabras. Reciba mi más grande abrazo.
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