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miércoles, 29 de abril de 2020

Acerca del polémico artículo de Katherine Stewart

Algunas voces desde dentro de la iglesia se levantan en favor de una reinterpretación del artículo de la periodista y escritora norteamericana Katheryn Stewart, aparecido en The New York Times, el pasado 27 de marzo de 2020, bajo el título: “The road to coronavirus hell was paved by Evangelicals” (“El camino al infierno del coronavirus fue pavimentado por los evangélicos”) (1). La publicación ha sido ampliamente comentada en redes, y las voces que se levantan en defensa de la periodista han llegado al extremo de resaltar un valor apologético cristiano en el contenido del artículo. En contraposición, un grupo numeroso de portales cristianos responden a lo que consideran un descarnado ataque contra el movimiento evangélico conservador de los Estados Unidos, que apoyó al presidente Donald Trump. Reiteradamente, la periodista usa el término: “movimiento nacionalista cristiano”.
Comience por decirse que uno de los énfasis más notables de la labor periodística de esta profesional de las letras es la separación de la iglesia y el estado, pero la argumentación que utiliza evidencia una completa hostilidad al enfoque conservador del evangelio. El 9 de octubre de 2017, desde The American Prospect, Katherine Stewart publicó un artículo que casi se explica completamente desde el título; un valor profesional que no se le puede negar es la gran capacidad que evidencia para condensar en el título todo el artículo. Aparecía redactado en los siguientes términos: “Should Government Save Religion from Acts of God? (¿Debería el gobierno salvar a la religión de los actos de Dios?”) Así lo titula. En un lenguaje profano está llamando “actos de Dios” a los huracanes Harvey e Irma, y a los desastres naturales por extensión. El artículo citado comienza con un ataque frontal a las nobles palabras del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Así afirma Stewart: “Entre los huracanes Harvey e Irma, Trump se tomó el tiempo para colocar una bomba de tweet bajo la Primera Enmienda. ‘Las iglesias en Texas deberían tener derecho al reembolso de los fondos de ayuda de FEMA [Agencia Federal para la Gestión de Emergencias] por ayudar a las víctimas del huracán Harvey (al igual que otros)’, dijo en Twitter” (2).
A lo largo de su argumentación, Stewart analiza las demandas financieras frente a las catástrofes mencionadas de parte de varias organizaciones cristianas y, abordando un tema paralelo, sintiéndose con derecho a definir cuáles son los móviles de la iglesia cristiana frente al desafío global de la agenda LGBT en los Estados Unidos, afirma:

La avalancha de legislación anti-LGBT (…) demuestra que las organizaciones religiosas están motivadas por algo más que sus sistemas de creencias. En la superficie, los proyectos de ley de “pastelero”, que están destinados a permitir que las personas y las organizaciones discriminen a los miembros del público de acuerdo con “creencias religiosas sinceras”, parecen reflejar una homofobia directa. Pero otro objetivo de estas propuestas que a menudo se detalla en el texto de los proyectos de ley es garantizar que las organizaciones religiosas que practican la discriminación no puedan ser despojadas de sus lucrativas exenciones de impuestos (3).

Con fría ironía e irrespeto bíblico, termina el artículo en cuestión: “Hubo un momento en que la mayoría de las organizaciones religiosas del país entendieron este punto, y apoyaron la separación de la iglesia y el estado. No vieron esa separación como un ataque a la religión, sino como una garantía de su propia libertad. Pero el derecho religioso es ciego a esa distinción. El dinero es demasiado bueno. Si las iglesias siguen ganando estos casos, los dólares lloverán de los cielos” (4).
El 1 de septiembre de 2016, Katherine Stewart, publicó un artículo, al que tituló: “¿Qué sucede cuando las personas LGBT son excluidas del vecindario?”, que resume afirmando: “Los hombres y mujeres LGBT que ayudaron a establecer las identidades modernas de ciudades como San Francisco y Filadelfia están siendo expulsados”. Leí con calma el extenso artículo. En él afirma: “Al haberse negado el derecho a casarse, a las parejas del mismo sexo se les han negado innumerables beneficios conyugales. Las personas mayores LGBT también se han visto en desventaja por las leyes discriminatorias relacionadas con la herencia, los impuestos sobre el patrimonio y los beneficios para veteranos. Esta falta de igualdad de condiciones tiene efectos duraderos en la seguridad financiera, especialmente en los años de jubilación” (5).
¿Apologeta cristiana dijo usted que era? ¿No se le evidencia como una apologeta de la comunidad LGBT? Otros artículos publicados, cuya lectura recomiendo si se quiere tener una idea del perfil publicitario de esta reconocida escritora, rubricados bajo títulos grandemente sugerentes, y al alcance del lector crítico, son:

Katherine Stewart. “El museo de la Biblia es un espacio seguro para los nacionalistas cristianos”. The New York Times, 6 de enero de 2018.

Katherine Stewart. “Los proselitistas y los privatizadores”. The American Prospect, 8 de noviembre de 2017.

Katherine Stewart. “El ochenta y uno por ciento de los evangélicos blancos votaron por Donald Trump. ¿Por qué?” The Nation. 17 de noviembre de 2016.

Katherine Stewart. “La propuesta de After School Satan Club estimula el debate sobre la actividad religiosa en las escuelas públicas”. The Washington Post. 4 de agosto de 2016.

Usted no necesita pasar por un instituto bíblico para advertir que Katherine Stewart es una de las tantas voces públicas del Anticristo, “el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto…” (II Ts. 2:4a). No me asombra ver cristianos pidiendo un balance de criterios en su favor: Anticristos como Hitler fueron vitoreados ya como mensajeros del cielo.
Al término de este breve análisis, frente a los que desde la iglesia tratan de minimizar el ataque, nada sutil, al evangelio conservador norteamericano de parte de esta escritora, hechos en este, y en un sinnúmero de publicaciones adicionales, no recordé a Nerón, el italiano, como en el pasado artículo; extrañamente me vino al corazón un siciliano: Michael Corleone. Nunca creí encontrarme citando algo de él, pero fue la extraña imagen que vi, tal vez por las muchas madrugadas que llevo sin dormir. Tras la fuerte discusión de este devenido jefe mafioso, con Moe Greene, personaje ficticio en que Mario Puzo representa a Bugsy Siegel, popularmente asociado al desarrollo de Las Vegas, al terminar la escena en que Fredo Corleone tercia en favor de Greene, Michael Corleone le dice, con severa y tensa calma: “Fredo, eres mi hermano mayor, y te quiero, pero jamás vuelvas a apoyar a nadie en contra de la familia, jamás” (6).


__________

(1) Douglas Ernst. The Washington Times. “Trump, Christians ripped in NYTs op-ed: ‘The road to coronavirus hell was paved by Evangelicals’”. https://www.washingtontimes.com/news/2020/mar/27/trump-christians-ripped-in-nyts-op-ed-the-road-to-/ Publicado: 27 de marzo de 2020. Accedido: 29 de abril de 2020.
 (2) Katherine Stewart. The American Prospect. “Should Government Save Religion from Acts of God?” https://prospect.org/culture/government-save-religion-acts-god/ 9 de octubre de 2017. Accedido: 29 de abril de 2020, 9:22 AM.
(3) Ibíd).
(4) Ibíd).
(5) Katherine Stewart.  The Good News Club. “What Happens When LGBT People Are Priced Out of the Neighborhood?”
(6) The Godfather (1972). “I'm Moe Greene”. 9/10 (HD).
 https://www.youtube.com/watch?v=9DZNDEqcSi0 Accedido: 29 de abril de 2020, 10:22 AM.


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