“De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (Mt. 24: 32-34).
“No pasará esta generación…” Estas palabras del Señor han sido interpretadas por diferentes caminos. Muchos afirmaron en la historia que la generación que no pasaría sería la relacionada con los acontecimientos descritos en Lucas 21: 20, 21: “Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella”. La dificultad está en que se describe Lucas 21:27 como algo que ocurrirá inmediatamente después de eso: “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”. El Hijo del Hombre no ha regresado y aquella generación ya pasó.
En la ya lejana juventud escuché a maestros bíblicos excelentes decir que la palabra traducida aquí como generación tenía que ver con la palabra nación más que con cualquier otra acepción. Interpretaban entonces que Jesús se estaba refiriendo al hecho de que la nación de Israel no pasaría sin que aquello sucediera.
Una interpretación final que se escucha mucho de los escatólogos contemporáneos tiene que ver con el entender que Jesús se está refiriendo a la generación que esté cuando la higuera (símbolo de Israel) exhiba su rama tierna y haga brotar sus hojas (Mt. 24:32), es decir, la generación que esté cuando la higuera reverdezca.
La higuera, que es Israel, reverdeció a partir del 14 de mayo de 1948, fecha en que fue reconocido el Estado de Israel, iniciándose desde entonces, para él, un camino irrefrenable de desarrollo tecnológico y militar que le coloca hoy entre las diez naciones más importantes de toda la tierra.
El Salmo 90:10 afirma: “Los días de nuestra edad son setenta años; y si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo”. Si se cuenta una generación teniendo en cuenta la afirmación del salmista, y partimos de la fecha señalada de 1948 como momento que la higuera (Israel) reverdece, entonces 70 u 80 años se extenderían desde 1948 hasta un momento que ha de estar entre 2018 y 2028. Por este tercer camino de interpretación resalta el arrebatamiento de la iglesia como algo extremadamente inminente porque esa fecha está vinculada con la venida visible de Jesús: "Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en
una nube con poder y gran gloria" (Lc. 21: 27). Eso ocurrirá después de los siete años de Gran Tribulación. Habría entonces que restar a 2028 esos siete años. Eso colocaría el rapto de la iglesia en ¡2021!
Qué bueno será si aprovechamos el tiempo y, a la espera de ese magno acontecimiento que será un cataclismo social para el mundo, llenamos nuestras vasijas de aceite. ¿Sabe?, es verdad que el día y la hora nadie lo sabe, pero… se siente en los aires, se transparenta en todo lo que está pasando… Hay olor a rapto.
“Amén; sí, ven, Señor Jesús” (Ap. 22:20).
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