La tierra colgando en el vacío, corriendo indetenible por el espacio, a 30 kilómetros por hora.
El eternidad anterior al tiempo en que nací.
El infinito que se extiende hacia el espacio, a lo lejos, más allá de la última estrella.
El infinito, inacabable hacia dentro de un grano de arena, que no terminará de partirse en microtrozos.
Ahí tiene delante el hombre los más asombrosos incomprensibles.
¿Cómo puede alguien decir que no existe Dios, solo porque no lo pueda entender?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.