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sábado, 31 de diciembre de 2022

Por la gracia de Dios y para Su gran gloria: 31 de diciembre de 2022

Cada fin de año es motivo de reflexión y gratitud en la mente y el corazón de todos. Al pensar en lo que ha sido 2022, no podemos menos que alegrarnos y desbordarnos de gratitud con lo que Dios hizo. Fue un año de gran actividad para nuestro ministerio. Escribimos, mi esposa y yo, trescientos sesenta y cinco artículos para el blog Rios de la Cruz Books Ministries y se amplió su alcance efectivo a ochenta y dos países. No podemos contar la cantidad de publicaciones que circularon en otros medios; los hermanos y amigos comparten en plataformas diferentes; lo cierto es que de todas partes nos llegan mensajes de aliento e inmerecida gratitud. A la par se enviaron y recibieron cientos de correos electrónicos. Finalmente, es grandioso pensar que se publicaron once libros, cifra récord de nuestro humilde ministerio. Todos se subieron a Amazon. Estos fueron:

 

Gruta (2022). (ISBN-13: 979-8823872454). Autor: Octavio Ríos.


La Escuela Internacional de Ministerio desde la perspectiva de las Asambleas de Dios de Cuba Primera edición, 2006. Segunda edición, 2022. (ISBN-13:  979-8831235418). Autores: Octavio Ríos y Elízabeth de la Cruz.


Anna Sanders, en la deuda de amor del movimiento pentecostal (2022). (ISBN-13: 979-8832394046). Autores: Octavio Ríos y Elízabeth de la Cruz.


Gemas (2022). (ISBN-13: 979-8616774347). Autor: Octavio Ríos.


Ecuaciones con las inteligencias y los corazones (2022). (ISBN-13:  979-8616774347). Autores: Octavio Ríos y Elízabeth de la Cruz.


El avivamiento de Madruga (2022). (ISBN-13: 979-8616774347). Autores: Octavio Ríos y Elízabeth de la Cruz.


Leovigildo Cuellar, su paso por la historia (2022) (ISBN-13: 979-8834860747). Autores: Octavio Ríos y Elízabeth de la Cruz.


Manuel Cruz Vasconcellos, una impresionante vida de oración (2022). (ISBN-13: 979-8834860747). Autores: Octavio Ríos y Elízabeth de la Cruz.


Petra Ríos, mi bisabuela canaria: Memorias y reflexiones de la guerra en Cuba (2022). (ISBN-13:  979-8848862881). Autor: Octavio Ríos.


Trastornos de la personalidad en hijos de padres divorciados (2022). Autora: Elizabeth de la Cruz. (ISBN-13: ‎ 979-8832978048.)


Caracterización clínica y epidemiológica de pacientes con osteogénesis imperfecta. Hospital Pediátrico Universitario “William Soler Ledea”, 2002 a 2018. Autora: Dra. Elízabeth Ríos de la Cruz. (ISBN-13: ‎979-8833370483)

 

Estamos asombrados por tan inmerecidos éxitos. Dios fue más que bueno. Lo recordaremos siempre.

Se cumplieron por nosotros recorridos en todo Texas. Se predicó y enseñó presencialmente y en línea. Dios nos guardó.

Una vez más, fueron probados los amigos; los verdaderos permanecieron, grandemente permanecieron. ¡Qué grande fue el accionar de aquellos que se quedaron! Son mis héroes. Los vanos fueron donde van los vanos: lejos, muy lejos…

Nuestro humilde diezmo, íntegramente, llegó a las oficinas correspondientes. No fuimos carga al Estado. Nunca nos faltó comida, agua o techo. Nos sostuvo la bendita gracia del Señor Jesús. 

Entregamos el año sin trabajos pendientes con Global University. En la gracia de Dios, y en el tiempo programado, mi esposa y yo revisamos y evaluamos cuidadosamente todas las tesis, propuestas de tesis, trabajos de lectura colateral (TLC), proyectos y trabajos de requisito de aprendizaje por servicio (RAS) que se nos asignaron.

Te abrazo y felicito en esta hora, en mi nombre, en el de mi esposa, mis dos hijas y familia toda. Acción de gracias por cada minuto vivido. Ya termina este histórico 2022. Fue toda una forja de amor y fe, y una gran victoria. Así lo quiso el Señor.

 

«Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria» (Is. 60: 2). 



viernes, 30 de diciembre de 2022

Pablo, el náufrago

«…Una noche y un día he estado como náufrago en alta mar» (II Co. 11: 25), así contó Pablo a los revueltos corintios. Él «apóstol a los gentiles» nos enseñó que, mientras flotamos en una tabla en medio del océano, entre tiburones, podemos contar con la Presencia y Protección de Dios. Nos enseñó que tales pruebas son estaciones, sofocos temporales que pulen la fe en aquel a quien Jesús llama. Nos enseñó que no es el pecado el que nos lleva allí, sino el compartir los vituperios de Cristo, aquel que anduvo los soleados y desérticos caminos de Judea, que conoció como nosotros el hambre y la sed, el rechazo y la desestimación de los que no le merecieron nunca.

El andar apostólico de Pablo es, para nosotros, una lección de vida y la antítesis más grande que se pueda escribir frente al acomodo de los tiempos modernos.



jueves, 29 de diciembre de 2022

Por favor, atienda los reviews

Reviews…, esas calificaciones y comentarios que la gente hace de los productos y servicios que se ofertan o anuncian en internet, qué útiles son. Nadie compra algo que tenga dos estrellas de cinco posibles, o palabras de quejas sobre la calidad. Lo primero que usted hace en las sociedades con conexión es fijarse en los reviews que tiene el médico a cuya consulta irá, o el número de estrellas que los consumidores dieron a las baterías AA de un reloj. La gente es sincera, y cuando algo no sirve lo expresan en los comentarios de la forma más descarnada que pueda imaginarse. Lo mismo puede esperar de un servicio o producto que tenga calidad óptima. En tal caso el público se desdobla en elogios. Cuando fui a comprar la pequeña duplicadora de DVD que uso, consulté al Profesor Juan Rodríguez. Le envié la foto y el enlace. Amablemente me contestó: «Tiene muy buenos reviews». Estas evaluaciones y opiniones que la gente vierte son muy útiles a la hora de decidir, e inclinan en una dirección u otra la voluntad del comprador. «De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas» (Pr. 22:1a).

El Evangelio… Dos mil millones de personas afirman haber tenido una experiencia con Dios en Jesucristo. Si quiere le descuento mil millones de opiniones que le puedan parecer no confiables y nos quedamos con los otros mil millones. Mil millones… Dios, ¡cuánta gente!

Mil millones afirman que venir a Cristo fue una grandiosa experiencia que les salvó de alcoholismos inveterados (George Bush), drogas destructivas (Nelson Ned), pobrezas penosas (William Colgate), odios profundos (Chuck Norris), ansiedades crónicas (Juan Luis Guerra) o depresiones graves (Carlos Reyes, “Farruko”).

Mil millones afirman que sus vidas fueron transformadas por el poder y el amor de Jesús.

Mil millones suscriben las palabras de Pablo: «Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados» (Ef. 2: 1).

Mil millones dicen que todo lo deben a ese Rey, Señor y Salvador: trabajo, familia, amigos, finanzas, estabilidad, vida toda.

Mil millones…

Por favor, atienda los reviews.



miércoles, 28 de diciembre de 2022

No importa la distancia: Él te espera

Sí que fue grande la distancia recorrida por los magos del Oriente. Ellos vinieron desde la lejana Babilonia, quizá desde Persia. Anduvieron diligentes cruzando el inhóspito desierto en una travesía que costó semanas de ingente peregrinar, hasta el conmovedor minuto en que la estrella que les guiaba se detuvo. Allí estaba Jesús.

Sí que hay distancias grandes separando al hombre de Dios. Alcohol, drogas, desvergüenzas, perversiones, todas alejan como irremediables simas a la caída raza humana de su santo Creador. Por eso vino Jesús. En Él, Dios se puso al alcance de los hombres. Ya no es insalvable la distancia. No importa dónde usted se encuentre o en que punto de su historia de vida cayó; solo levántese y venga a Él. Como esperó a los magos del Oriente, aquel que nació en el pesebre te espera a ti también.

 


martes, 27 de diciembre de 2022

El verdadero secreto de la prosperidad

El Dios de los cielos apareció a Isaac y le dijo:

 

No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré (…). Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre (…). Habitó, pues, Isaac en Gerar (…). Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová (Gn. 26: 2b, 3, 6, 12). 

 

No fue la calidad de la semilla que sembraron los labriegos de Isaac, ni la fertilidad de la tierra, o la bondad del clima; fue la obediencia de aquel hijo de Abraham lo que trajo aquella gran prosperidad y nos dejó la historia de esa gran victoria.

Sea sensible a la voz de Dios. Aléjese del pecado. Luche por hacer lo que agrada al Padre del cielo. Si siente que Él lo mueve a algo dirija todo su empeño en esa dirección. Muévase por los carriles de la obediencia. Ese es el secreto de la prosperidad.

El secreto de la prosperidad no está en dar, como muchos enseñan. El secreto de la prosperidad está en obedecer. A veces «dar» es pecado. Obedecer a Dios nunca lo es.

La prosperidad y la obediencia se mueven juntas. La primera es hija de la segunda. Obedezca a Dios y Él lo prosperará.



lunes, 26 de diciembre de 2022

Navidad es gratitud

Rechazo profundamente todos los ataques modernos a la celebración mundial de la Navidad. El espíritu que se mueve detrás de tales agresiones no es el de la preservación teológica, mucho menos el de un pretendido amor a la Iglesia; no puede mirarse de otra manera: al levantar la mano contra las reuniones familiares y eclesiásticas que buscan celebrar el nacimiento del Hijo de Dios están tratando de apagar una celebración de hondo significado y una expresión de gratitud a Jesús por haber venido a vivir entre nosotros, porque eso es Navidad: gratitud, gratitud a Jesús, gratitud al Padre.

Nadie adora al Señor con un árbol de Navidad, ni con las representaciones del establo, mucho menos invocando las deidades de las fiestas paganas que hacían en esas fechas los romanos hace veinte siglos (Saturno y Apolos). Esos argumentos son pura falacia que busca una meta muy triste: apagar la gratitud al Señor por haber venido a vivir entre nosotros.

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz» (Is. 9: 6). 



domingo, 25 de diciembre de 2022

Haga como María: guarde las cosas en su corazón

Los pastores que estaban en las afueras de Belén vieron de pronto al ángel, y escucharon el anuncio del nacimiento de «un Salvador, que es Cristo el Señor» (Lc. 2: 11b). A ellos se les apareció, en una irrupción de luz, una gran coral angelical. Cuando esta subió al cielo vinieron corriendo a Belén «…y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían» (Lc. 2: 16-18). Entonces se lee en la Escritura, ponga atención: «Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc. 2: 19). Ese detalle es significativo. La joven no corrió donde Herodes a contar su experiencia; mucho menos fue donde los líderes judíos. La revelación que el ángel Gabriel le dio acerca de la concepción sobrenatural y el siguiente nacimiento de Jesús, el sueño de José, la experiencia del salto de Juan el Bautista dentro del vientre de su prima Elizabeth, el testimonio de los pastores y los ángeles, todas aquellas fueron verdades y tratos que nadie estaba en condiciones de recibir. Eran revelaciones de Dios para ella.

Andando la vida cuántas visiones y planes de Dios se nos estropean por andar contándoselos a este, que es más traidor que Demas, y al otro que es más calculador que Judas. Mucho debemos aprender de María. Ella no solo es un ejemplo de sencillez y obediencia, sino además de sabiduría y prudencia.

A menos que el Espíritu le diga claramente que comunique un sentir y a quien debe hacerlo, oiga este consejo: cuando Dios le revele algo haga como María: guarde las cosas en su corazón.



sábado, 24 de diciembre de 2022

Vimos su estrella

«Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle» (Mt. 2: 2b). Fueron las palabras de los magos del Oriente a su entrada en Jerusalén. Era el testimonio más ferviente del nacimiento del Cristo Rey. Ellos vieron el inusitado fulgor del astro incomparable y vinieron desde la lejana Persia. Salvaron la distancia inmensa que les impuso aquella geografía y anduvieron todo el inhóspito desierto. A más de esto, si ellos hubieran vivido en Australia o la China, desde allá habrían venido también.

¿Dónde pasarás la celebración mundial de la Navidad? ¿Dónde estarás durante el recuerdo del Día en que Cristo vino desde una distancia mayor a la recorrida por los magos para unirse a nosotros? ¿Dónde estarás hoy? Cómo olvidar el día en que la celebré en un Templo vacío. Mucho se fueron a las playas de Florida…

Los que están lejos del pueblo de Dios en un día así, tiene solo una de dos razones: nunca han visto la estrella, o ya la perdieron de vista.

Los magos del Oriente condenarán a muchos, porque ellos vinieron desde los más lejanos parajes movidos por el brillo estelar de aquel punto célico en que discernieron el más extraordinario nacimiento de toda la historia: Cristo Jesús, Rey de reyes y Señor de señores, Salvador y única esperanza de todos los hombres.

A todos los que estarán conmigo y con el pueblo de Dios hoy, a ellos: Feliz Navidad.



viernes, 23 de diciembre de 2022

Aunque nada cambie, si yo cambio todo cambia

«Aunque nada cambie, si yo cambio todo cambia». Son palabras del escritor francés Marcel Proust, el poeta del tiempo...

En Cristo, nada describe mejor la experiencia del nuevo nacimiento: cambian los colores, sonidos, olores; cambia la gente y el mundo; cambian la vida y la muerte… Todo cambia.

Espantada por el calentamiento global, Greta Thunberg quiere cambiar el mundo, y el mundo no se puede cambiar. Ella debe cambiar, y cuando ella cambie el mundo cambiará.

El error de los humanistas, revolucionarios de izquierda o de derecha, líderes sociales en general, es pretender cambiar el mundo de afuera sin cambiar el mundo de adentro. Tras los «cambios», fuimos igual de miserables. Nada cambió.

Todos creen que nada pasó y el mundo sigue igual. Todos lo creen, excepto Aimee Sample McPherson. La mañana en que conoció a Jesús, ella dijo, desde los estratos más profundos de su alma: «¡El mundo entero se partió en dos!». Nadie vio cambios, pero el mundo cambió cuando ella cambió.

Todos esperan un avivamiento, y no hay indicación bíblica de que así será. Vienen tiempos peores. No espere un presunto despertar de la Iglesia. No ocurrirá: «…cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?» (Lc. 18: 8b). Arda en el Espíritu hoy. Enciéndase en fuego. Cambie y todo cambiará, aun el mundo.

No espere por cambios que nunca ocurrirán. Cambie y todo cambiará.



jueves, 22 de diciembre de 2022

Pongámonos de acuerdo: ¿Saturnalia o Navidad?

Desde la meridional Ecuador, tierra del cóndor, esa majestad de las alturas que se viste de negro con cuello orlado de plumas blancas, me responden: «Gracias por su felicitación navideña, pero aquí no celebramos la Saturnalia».

Qué decir… Se hacen cada vez más directos los ataques a la Navidad en el contexto de los tiempos del fin. Aquellos que se levantan contra su celebración argumentan, como al presente, que se trata de una fiesta de origen pagano. El año terminaba y con él se levantaba una gran celebración en Roma: era la Saturnalia. Esta se cargaba de diversión, desenfreno y locura. Los «hijos de Rómulo» se saludaban por doquier con un «¡Felices saturnales!». El poeta Cátulo, impresionado, registró aquella festividad como «el mejor día del año». El prudente Séneca la desaconsejó; vio en ella un camino hacia la degradación (1).

Para los romanos, el dios Saturno, de donde deriva el término «Saturnalia», reinó en el mundo «cuando todos los hombres eran iguales y compartían las cosechas». Entendían que él fue quien enseñó a los humanos cómo cultivar la tierra y le adoraban como «protector de la siembra». Las fiesta tenía lugar justo después de terminar esta. Se le pedía así a Saturno que protegiera las nuevas semillas que debían soportar el rigor invernal antes de comenzar a crecer en primavera (2).

La primera Saturnalia se celebró el 17 de diciembre del año 497 a.C., momento en que se dedicó a Saturno un templo en el Foro, que aún permanece en pie (3). Con el tiempo se extendió tal diversión hasta el 23 de diciembre (4).

Aunque son muchos los que vinculan la Navidad con la Saturnalia, el origen de la festividad cristiana parece más vinculada con la celebración del Dies Natalis Solis Invicti (Día del Nacimiento del Sol Invicto). Esta fue instituida por el emperador romano Aureliano, en el año 274. Tenía lugar, justamente, el 25 de diciembre y estaba asociada con el nacimiento del dios Apolo (5).

Respecto a la Navidad (del latín nativitas, nacimiento), empiece por decirse que la fecha del nacimiento de Jesús, aunque debió ser conocido por los discípulos más cercanos, no fue un dato relevante para el cristianismo primitivo, toda vez que no aparecía en las fuentes primarias, que eran los Evangelios, y el énfasis de la predicación estaba en el valor de Su muerte y resurrección, elementos centrales del credo. Como festividad no se registra enunciada en las listas de importantes padres de la Iglesia, como Tertuliano, Ireneo u Orígenes. Oficialmente, en el año 350 el papa Julio I pide la celebración del nacimiento de Cristo para el 25 de diciembre. Esto fue finalmente decretado por el papa Liberio (6). Es posible que los cristianos hayan tratado de absorber el «Día del Nacimiento del Sol Invicto», relacionado con Apolo, con el día del nacimiento de Jesús, aquel a quien el profeta Malaquías llama «Sol de justicia»: «Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada» (Mal. 4: 2). 

Lo curioso es que, hasta fecha muy reciente, el vínculo cronológico de las festividades romanas con la Navidad, y el hecho de que compartieran algunas de sus prácticas, como el intercambio de regalos y las felicitaciones, no fuera un problema de ortopraxia. Modernamente y con mucha fuerza se está trayendo a discusión el tema, lo que ha llevado a muchos a un rechazo deliberado de la celebración, al punto de luchar con el propósito de que desaparezca. Ahora bien, el camino que se sigue para justificar remover tal práctica ¿le parece correcto? Absolutamente no. Todo el que pretende tal cosa apela a la historia. ¿Quieren historia? Muy bien, vayamos a la historia. Lo primero que veremos es que todo cambió en el paciente devenir del tiempo:

 

Cambiaron las palabras…

 

«Villano» era quien vivía en una villa (de ahí viene la palabra «villancico», como coplas que se cantaban en las villas). Las villas eran los caseríos o poblados exteriores donde vivían los honestos labriegos (7). Hoy día, sin embargo, si yo dijera que «usted es un villano», sin dudas que se ofendería. La acepción o significado del término cambió. Antes era algo bueno, ahora es algo malo.

«Anfitrión», qué palabra para mutar en su significado. En principio es un halago y se refiere a la condición de alguien que es hospitalario. Pero a usted le gusta la historia, así es que, por este camino, pronto descubrirá que la tal palabra se asociaba en sus orígenes a la condición de «marido engañado». Así, en su más plena acepción popular, el término estaba emparentada con la compleja historia griega del trio que hicieron Anfitrión, Alcmena y Zeus (8); pero ¿quién hoy día entiende el término así? Antes era algo malo, ahora es algo bueno.

¿Qué hacemos? ¿Nos comunicamos usando los significados que tenían las palabras en tan lejanos siglos respetando su uso primitivo?

 

Cambió la Cruz...

 

Nació entre los pueblos como el más indeseable estigma. El castigo que suponía se aplicaba a los peores criminales. Era señal de maldición entre los judíos: «Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad» (Dt. 21: 22, 23).

La cruz era el más execrable emblema de la maldición. Hoy es el más conmovedor símbolo de redención. Está en las banderas de Escocia, Dinamarca, Gales, Cerdeña y República Dominicana. Miles de organizaciones benefactoras de gran impacto la llevan con orgullo en sus estandartes, desde la Cruz Roja hasta el Ejército de Salvación. Está a la entrada misma de millones de Iglesias por todo el mundo.

Frente a esa solemne representación, que es la Cruz, el pensamiento se eleva: Cristo murió por nosotros.

¿Despreciará usted la Cruz porque un día fue señal de maldición?

 

Cambiará la tierra…

 

Con la caída de la primera familia humana, la tierra se llenó de tinieblas. Estas se hicieron cada vez más densas y pesadas. Odio, violencia, sangre, enfermedad y muerte. Ya en tiempos de Noé tuvo Dios que destruirla anegada en agua. De entonces acá se nos volvió una mórbida pesadilla. Pese a esto el libro de Apocalipsis anuncia que este mundo caído llegará a ser «de nuestro Señor y de su Cristo» (Ap. 11: 15). Este es el mundo del Milenio:

 

La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar (Is. 11: 7-9).

 

¿Despreciará usted esa tierra del porvenir porque un día estuvo llena de tinieblas?

Cambiaron las palabras.

Cambió la Cruz.

Cambiará la tierra.

 

Cambió el 25 de diciembre…

 

La Navidad es un cambio en la historia. Es la Navidad de los siglos, de nuestra infancia, de nuestro hogar, la Navidad de la Iglesia que nos enrumbó y empujó en la fe; la Navidad de tu pueblo, tu Navidad, mi Navidad. ¿La despreciaré porque un día los paganos llenaron la fecha quién sabe de qué? ¿La tendré en nada porque un día los romanos celebraban en tal ocasión un culto a Saturno o al dios del Sol hace casi dos mil años? ¡Dos mil años!

La celebración de la Navidad es una grandiosa herencia de siglos. En el calendario de la cultura occidental se llena un mes entero con la más tierna, recogida y delicada celebración. Las familias se reúnen, los enemistados se reconcilian, las deudas se perdonan, los trabajadores esperan aguinaldos salariales, las tiendas prolongan sus servicios, los gobiernos extienden feriados. Los algodonados árboles navideños simulan la nieve invernal, que pende de sus ramas cargadas de regalos. En el regazo de mamá los niños cambian dulces entre sí. Las Iglesia dramatizan aquel nacimiento: ovejas, camellos, establos, pastores, magos del Oriente… Las villancicos rompen los aires en las voces corales. Todos se alegran: ¡nació Jesús!

Persona alguna de la tierra nos dejó una huella tan memorable. No hay, en la historia, rey, mandatario, caudillo o líder militar, que nos haya legado una celebración tan preciosa y universal. Hoy día los judíos, otrora enemigos de tal fiesta, felicitan al mundo cristiano. No hay palabras más conmovedoras que las que pronunciara Benjamín Netanyahu, desde su condición de Primer Ministro del Estado de Israel en 2020, acompañado de su esposa, la señora Sara Netanyahu. Él dijo al mundo cristiano envuelto por la Navidad de tan trágico año:

 

Felicidades a todos nuestros amigos cristianos en Israel y alrededor del mundo. El Estado de Israel es la culminación de muchas profecías y de nuestros valores más profundos. Compartimos la civilización común, la civilización judeocristiana que le ha dado al mundo los valores de la libertad, la emancipación individual, la santidad de la vida y la fe en un solo Dios. Estamos orgullosos de nuestras tradiciones. Estamos orgullosos de nuestros amigos cristianos. El Estado de Israel no se hubiera hecho realidad si no fuera por el fuerte apoyo de los cristianos en el siglo XIX, en el siglo XX y en el siglo XXI. Nosotros sabemos que no tenemos mejores amigos en el mundo que nuestros amigos cristianos. Así que, gracias, gracias a todos, por defender a Israel, defender la verdad. ¡Feliz Navidad! (9)  

 

¡Los judíos nos felicitan en Navidad! ¿¡No nos felicitaremos nosotros!? Nada más grande en los tiempos modernos para los que fuimos testigos de cómo los judíos trataban a los pastores que se acercaban a las sinagogas hace escasos treinta años.

Si usted nació en el siglo XV y diciembre le sugiere, fuertemente, una memoria más cercana de la invocación a Saturno, lo puedo entender (por cierto, usted está muy viejito en tal caso); pero, hay un problema: en ese siglo también nació Cristóbal Colón y la Navidad fue tan importante para él que la trajo a América. Documentos históricos aseguran que la primera Navidad celebrada en América tuvo lugar el 25 de diciembre de 1492, en la Isla La Española (actual ínsula que comparten Santo Domingo y Haití). Colón realizaba un reconocimiento de la zona cuando la Santa María tuvo graves problemas. Con la ayuda de los indígenas, el marino genovés puso a salvo la carga y con la madera de la carabela construyó un fortín donde dejó treinta y nueve hombres. Este fuerte se terminó de construir el 25 de diciembre y, en consecuencia, Colón lo llamó «La Navidad». Aquel día los españoles celebraron Navidad, por primera vez, en suelo americano (10).

En 1526 el misionero franciscano Fray Pedro de Gante le escribió al Rey Carlos V contándole sobre la celebración de la Navidad con los indígenas de México, territorio que, para entonces, se conocía como la Nueva España. El misionero mantuvo la música de los cantos indígenas, pero les cambió la letra y, tras aprender la bella lengua nahuatl, compuso versos cristianos. A las mantas indígenas les grabó temas alusivos a la Navidad, y a los pequeños nativos los disfrazó de ángeles, para que cantaran en Nochebuena los nuevos villancicos. Eran las primeras dramatizaciones de la Navidad en América Latina (11), y la primera y más bella coral que cantaran, a los ojos de Dios.

En ese mismo siglo XVI, en el invierno de 1539, en la cenagosa península de la Florida, el explorador español Hernán de Soto, entre cocodrilos, estaba celebrando la primera Navidad de lo que serían los Estados Unidos. Esta tuvo lugar en Anhaica, poblado más importante de los nativos Apalaches, en lo que hoy se conoce como Tallahassee, capital de Florida. Es curioso: la primera Navidad en los Estados Unidos se celebró en español (12) (13), la lengua más radiante del mundo.

Una importante encuesta realizada en 2013 por Pew Research Center (14), reveló que nueve de cada diez norteamericanos (92%) y la práctica totalidad de los cristianos (96%) celebraban Navidad. En los Estados Unidos no solo se celebra el 25 de diciembre; esta abarca toda una temporada, que comienza tras caer el Día de Acción de Gracias (15), el cuarto jueves de noviembre.

Dos mil millones de personas la celebran en más de ciento sesenta países alrededor del mundo. Algunos la extienden hasta el 6 de enero, en que desfilan felices y cargados de regalos los Reyes Magos. Ellos llenan de ensueños la imaginación de los pequeños.

Dos mil millones de personas miran al cielo de diciembre, y dicen a Dios: «Gracias por venir y nacer entre nosotros». ¿Vendré altanero y leguleyo, con ínfulas de historiador rancio, a decirles: «apague esa gratitud; esta es una festividad de raíces paganas»? Para empezar: ¿¡lo es!? ¡No! Para terminar: ¿cree que con eso le haré bien a ese pobre que quiso alegrarse a sí mismo y darle alegría a usted cuando lo felicitó, ese que nunca se ha enterado siquiera que existe Saturno como planeta, mucho menos como pretendida deidad romana?

¿Creen, los que le ven la Navidad como una prolongación en la historia de la Saturnalia, que la tal festividad influye para algo en la percepción de Cristo? Al pensar así están invirtiendo los valores: no es la Navidad quien da sentido a Cristo; es Cristo quien da sentido a la Navidad. En Semana Santa es Cristo quien da sentido a la Pascua y no al revés: «porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros» (I Co. 5: 7b). Cristo es nuestra Pascua. Cristo es nuestra Navidad. Cristo es la reunión de cada Iglesia. Cristo es nuestra festividad. Cristo es nuestro despertar y acostar. Cristo es nuestra vida. Es Él quien da sentido a todo.

¿Qué es para ti la Navidad? Te cuento lo que es para nosotros, y quizá nos pongamos de acuerdo. Dios se relevó a mi vida en la lejana Navidad de diciembre de 1979. No medió persona alguna. Fue un accionar directo del cielo. Aunque pasé parte de la infancia en la Iglesia Metodista de Centro Habana no me convertí allí. Su influencia educativa fue importante, en mucho determinó la dirección del regreso, pero no conocí a Cristo como Salvador personal en los predios de aquel precioso templo wesleyano; de hecho, me fui lejos a los once años… Vería morir más personas baleadas, en la infancia, que en todo el resto siguiente de la vida. La influencia del terrible ambiente social que nos rodeaba hizo mucha mella en el corazón, y lo llenó de odio. De cada diez palabras que hablaba cinco eran malsonantes. Como «un abismo llama a otro a la voz de sus cascadas» (Sal. 42: 7a) el odio creció con el odio.

Aquel invierno de 1979 pasé por experiencias que se me hicieron muy raras. Nunca creí en la numerología, ni siquiera hoy, pero el mundo se me convirtió en un extraño «14». El ómnibus que me traía de regreso del Instituto Preuniversitario era el de la ruta «14». Hice más de diez exámenes escritos en ese corte estudiantil. La nota máxima era «15»; en casi todos obtuve un «14». Advertí que mi apartamento era el número «14»; documentos y expedientes importantes que debía manejar estaban cifrados de algún modo con un «14». Llegué a sentirme raro. «No es normal... ¿Qué está pasando aquí?», me pregunté.

Aquella tarde estaba solo en casa y leía La isla misteriosa, de la extensa colección juvenil de ciencia-ficción del escritor francés Julio Verne. Como lector voraz desde la más temprana infancia estaba ensimismado, cuando de pronto tropecé con una escena que me detuvo en seco. Allí se leía:

 

Aquel día, 29 de octubre, era precisamente domingo y, antes de acostarse, Harbert rogó al ingeniero que les leyese algún pasaje del Evangelio.

—Con mucho gusto —dijo Ciro Smith.

Y, tomando el libro sagrado, iba a abrirlo, cuando Pencroff le detuvo, diciendo:

—Señor Ciro, soy supersticioso. Abra usted al acaso y léanos el primer versículo con que tropiece su vista. Veremos si puede aplicarse a nuestra situación.

Ciro Smith se sonrió, al oír la reflexión del marino, y, accediendo a sus deseos, abrió el Evangelio precisamente por un sitio donde había un registro que separaba las páginas. Se fijaron sus ojos en una cruz roja hecha con lápiz, que estaba al margen del versículo octavo del capítulo siete del Evangelio de San Mateo. El versículo decía así: «Todo el que pide, recibe, y el que busca, encuentra» (16).

 

Detuve la lectura. Quedé pensando largo rato: «Si Dios existe, tal vez quiera hablarme si hago eso, si abro la Biblia al azar y me fijo en el primer versículo que mire. Tal vez se desentrañe el misterio de ese extraño 14 que me persigue…».

Oré. Oré a un Dios en el que había dejado de creer, oré a un Dios que no existía en las lecciones escolares de mis experimentadas maestras, y le dije: «¿Quisieras hablarme donde abra la Biblia, como sucedió al ingeniero Ciro Smith en este libro? ¿Querrás hacerlo? Sería tan bueno…».

Trémulamente abrí la Biblia al «azar», y mis ojos fueron llevados, en la página expuesta, a las alturas de Mateo 1:17. Allí leí: «De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce». ¡Fui sacudido de arriba abajo por una descarga eléctrica! Cristo era aquel «14» cargado de misterios.

Supe en ese instante que Dios existía y se había revelado a mi pobre vida. «Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti» (Sal. 65: 4a). El 14 de diciembre de 1979, en el portal de la Calzada del 10 de Octubre, próximo a la encrucijada que hace ese importante vial con la calle San Leonardo, cerca de la conocida «Esquina de Toyo», al cruzar la calzada sentí el más completo abrazo del Espíritu de Dios, y al lado de una de las fornidas columnas que sostienen el gran portal, a solas con Dios, sin ninguna mediación humana, recibí a Cristo como Salvador personal.

Era un hermoso día, fresco y soleado. En aquella bulliciosa urbe, la nube de la gloria de Dios me rodeó. Súbitamente se fueron de mí todos los odios. Nunca más subió a mi boca una palabra obscena. Nací de nuevo.

Todo lo que siguió en los meses y años siguientes fue un continuo y creciente acercamiento a Dios y a Su pueblo. Requirió tiempo, pero aquella lejana Navidad lo determinó todo.

Han pasado más de cuarenta años. Cómo borrar del recuerdo aquel diciembre en que vine a la fe, en que plugo a Dios revelarse por Su solo amor. Las humildes entradas de las Iglesias de la calle Reina, o de La Habana Vieja, se llenaban esos días de adornos navideños. En las puertas y plataformas de los templos se exhibían representaciones del establo de Belén. Los más preciosos cantos navideños llenaban los aires. Mientras caía el velo de mis ojos escuchaba a una coral cantar: «Venid fieles todos/a Belén marchemos». La gente se abrazaba. Era Navidad.

Cómo olvidarlo...

No, no es la presunta «Saturnalia», es Navidad. Pudo Jesús nacer en primavera, verano u otoño, pero el mundo quiso recordarle tempranamente en diciembre, por una decisión que Dios permitió y no quiso revocar, quizá porque atrajo la atención de un imperio. No importa la festividad que en otros tiempos haya tenido lugar en tal fecha, la Navidad absorbió algo más que el calendario: el nacimiento de Cristo cambió para siempre los valores humanos, la percepción de la mujer, el niño y el anciano; el trabajador y el esclavo; la educación, la cultura; los conceptos mismos de la vida y la muerte. La memoria del día que vino a vivir entre nosotros partió en dos la historia toda.

No, no es «Saturnalia», es Navidad, y el mundo recuerda que Jesús vino para enseñarnos a vivir: «Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo» (Jn. 1: 9). Él te vio perdido en una tierra donde no pediste nacer, engañado y solo, rodeado de tinieblas, atrapado en una vida que no pediste vivir, y vino por ti.

No puede decirse de otro modo: el Eterno irrumpió en el tiempo, y nos habló en el único lenguaje que podíamos entender: se hizo hombre.

Felicidades, hermano y amigo: es Navidad.

 

 

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(1)  Néstor F. Marqués. Antigua Roma al día. «Saturnalia: el mejor día del año romano». https://antiguaroma.com/saturnalia/ Publicado: 17 de diciembre de 2017. Accedido: 18 de diciembre de 2022.

(2) Ibíd.

(3)  Ibíd.

(4) Javier Flores. «Los orígenes de la Navidad». National Geography. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/origenes-navidad_6901 Accedido: 18 de diciembre de 2022, 10: 46 p. m.

(5) Héctor G. Barnés. «La Navidad a través de los tiempos: cómo era antes la celebración y cómo ha cambiado». El confidencial. https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-12-24/navidad-antes-ahora_1305216/  Actualizado: 25 de diciembre de 2016. Consultado: 18 de diciembre de 2022, 11: 27 p. m.

(6) Ibíd.

(7) Ricardo Sosa. «Villano». Elcastellano.org. La página del idioma español. https://www.elcastellano.org/palabra/villano Accedido: 18 de diciembre de 2022, 12: 12 p. m.

(8) María Álvarez. «El verdadero origen de Anfitrión». https://abcblogs.abc.es/protocolo-etiqueta/2017/02/18/el-verdadero-origen-de-anfitrion/ Publicado: 18 de febrero de 2017. Accedido: 18 de diciembre de 2022, 12: 43 p. m.

(9) Israel en español. «PM Netanyahu: “Feliz Navidad a todos nuestros amigos cristianos”». https://youtu.be/7TuA-JCDbyQ Publicado: 24 de diciembre de 2019. Accedido: 16 de diciembre de 2022, 8: 38 p. m.

(10)  Ana Marisol Angarita. «¿De dónde viene la Navidad?». 6 de diciembre de 2010. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2010/12/101206_navidad_tradiciones_america_latina_amab Accedido: 16 de diciembre de 2022, 9: 38 p. m.

(11)  Ibíd.

(12) Miguel Pérez. HiddenHispanicHeritage.com. Originally published by Creators.com as America’s First Christmas - on December 27, 2011. https://www.hiddenhispanicheritage.com/25-la-primera-navidad-americana-fue-celebrada-en-espantildeol.html Accedido: 16 de diciembre de 2022, 9: 25 p. m.

(13) Viajar y celebrar. «Un paseo por Tallahassee: el lugar donde se celebró la primera navidad en Estados Unidos…». https://www.viajarycelebrar.com/single-post/2017/12/28/un-paseo-por-tallahassee-el-lugar-donde-se-celebro-la-primera-navidad-en-norteamerica-y-f Publicado: 28 de diciembre de 2017. Accedido: 16 de diciembre de 2022, 9: 19 p. m.

(14) Importante organización con sede en Washington D. C. Brindan información relevante sobre problemas y tendencias de los Estados Unidos y el mundo. (Pew Research Center. https://www.pewresearch.org/ Accedido: 16 de diciembre de 2022, 5: 36 p. m.)

(15) Editorial. Stump & Associates. «La historia de la época navideña en los Estados Unidos». https://usvisagroup.com/es/la-historia-de-la-epoca-navidena-en-los-estados-unidos/ Accedido: 16 de diciembre de 2022, 5: 36 p. m.

(16) Julio Verne. La isla misteriosa. La Habana: Editorial Gente Nueva, 1971. Se considera la obra maestra de Julio Verne. Como novela de aventuras fue escrita en 1874. Forma parte de la trilogía que Verne inició con Les enfants du capitaine Grant (Los hijos del capitán Grant, 1865-1866), y continuó con Vingt mille lieues sous les mers (Veinte mil leguas de viaje submarino, 1866-1869). Fue publicada capítulo por capítulo en la revista Magasín d’Educatión et de Recreatión (Revista de educación y recreo) desde el 1 de enero de 1874 (Vol. 19. No 217) hasta el 15 de diciembre de 1875 (Vol. 22. No 264). En respuesta al gran éxito que tuvo, al año siguiente fue publicada en un solo volumen, en la misma revista, el 22 de noviembre de 1875. La isla misteriosa narra las aventuras de cinco prisioneros del ejército del Sur durante la Guerra Civil Estadounidense (1861-1865). Estos escapaban en un globo, cuando una tromba marina los sorprendió y arrojó a una isla. Allí se encuentran personajes de las novelas anteriores, y se unen en torno a los fugitivos ayudándoles a culminar exitosamente la aventura. En esta novela se aclara el secreto del célebre capitán Nemo, misterioso protagonista de Veinte mil leguas de viaje submarino. Se sabe también de la suerte de los hijos del capitán Grant. (Comentarios de la contraportada del libro.) El autor de este artículo leyó la versión publicada en La Habana por la Editorial Gente Nueva, de 1971. Con los humildes fondos de sus padres adquirió un ejemplar en la Librería «El Siglo de las Luces», de Neptuno y Águila, Centro Habana, en ese mismo 1979.



miércoles, 21 de diciembre de 2022

Camus

Circula extensamente en redes la carta que escribiera el filósofo y escritor francés Albert Camus, a su maestro escolar Louis Germain, a raíz de obtener el Premio Nobel, en 1957. Es una sentida esquela que la familia del filósofo conservó treinta y cinco años como un documento privado. Finalmente se hizo público. Así se lee:

 

París, 19 de noviembre de 1957

Querido señor Germain:

 

Esperé a que se apagara un poco el ruido de todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser un alumno agradecido. Un abrazo con todas mis fuerzas,

 

                                                                                                                     Albert Camus (1)

 

Sirva de modelo a todos los que tuvieron un maestro, un mentor, alguien que le dejó un modelo de erudición, crecimiento y vida. Esas personas son dignas de recordar. Un día les puedas escribir.  

 

 

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(1) Redacción Cultura. El Magazin Cultural. «Reviven la carta que Albert Camus le dedicó a su profesor de primaria». https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/reviven-la-carta-que-albert-camus-le-dedico-a-su-profesor-de-primaria-article-723396/ Publicado: 19 de noviembre de 2017. Accedido: 19 de diciembre de 2022, 11: 56 p. m.



martes, 20 de diciembre de 2022

Instituto Edison

El Instituto Edison, localizado en la calle Felipe Poey, entre Patrocinio y Carmen, Reparto La Víbora, Municipio 10 de octubre, La Habana, Cuba, fue fundado el 4 de noviembre de 1931, por los siete hermanos Rodríguez Gutiérrez. Todos eran maestros. Su nombre se escogió en honra a la memoria del célebre inventor norteamericano Tomás Alva Edison, recién fallecido. Esta institución llegó a ser uno de los mejores colegios laicos de Cuba.

Por treinta años, hasta 1961, el Instituto Edison vio pasar por sus aulas a miles de estudiantes. Los egresados de aquellos años crearon la gran familia Edison. Hoy día la «Asociación de exalumnos del Instituto Edison» cuenta con ochocientos treinta y cinco miembros, dispersos por todo el mundo. La Asociación celebra una reunión anual en el mes de noviembre, en la ciudad de Miami, Florida.

El Instituto Edison continuó como escuela pública. La enseñanza primaria de mis dos hijas discurrió allí. Como tienen una diferencia de cinco años entre ellas, me vieron entonces, por diez años, ir en la mañana y venir en la tarde a llevarlas y traerlas, hasta y desde ese recinto educativo, tan cargado de historia. Diez años…

Existe una interesante crónica histórica nacida de la pluma de Armando Añel, publicada bajo el título: Instituto Edison: escuela de vida: visión, obra y legado de la Dra. Ana María Rodríguez Gutiérrez. Esta fue la segunda de los siete hermanos fundadores, la directora principal y a un tiempo la impulsora máxima de la Institución. Este libro aparece como un trabajo de edición de Consulting Group International, LLC. Neo Club Ediciones. Tiene dos ediciones, una en 2006 y otra reciente, en 2021. En Amazon se registra con ASIN: B095LTLJQ9. ISBN-13: 979-8507610051. Independently published (26 de mayo de 2021). Peso: 14.4 onzas. Dimensiones:  6 x 0.58 x 9 pulgadas.

En doscientas cincuenta y seis páginas recoge esta publicación toda la información histórica del camino que llevó al levantamiento, disfrute y ulterior evolución de esta institución que perdura hoy. Es toda una joya de la historiografía de la educación cubana; muy recomendable.



lunes, 19 de diciembre de 2022

La materia

En Materialismo y empiriocriticismo, Lenin escribió: «…la materia es una categoría filosófica que sirve para designar la realidad objetiva, que es dada al hombre en sus sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada por nuestras sensaciones, existiendo independientemente de ellas» (1).

No es objetiva. No existe con independencia de Dios. El Creador la trajo de la nada. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Gn. 1:1).

No se restringe a lo que puede ser copiado, fotografiado o reflejando en nuestras sensaciones. Ya la física teórica lo demostró con un mundo de micropartículas que solo pueden ser demostradas teóricamente.

Mil veces me hicieron leer el tal concepto. Mil veces me repitieron lo que no es más que un yerro, un yerro de uno que nunca supo lo que era la materia.

 

 

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(1) V. I. Lenin, Materialismo y empiriocriticismo. Obras completas. Tomo VIII. Moscú: Editorial Progreso, 1976, p. 131.



domingo, 18 de diciembre de 2022

Que pocos lo alcanzan

«El que canta canciones al corazón afligido es como el que quita la ropa en tiempo de frío, o el que sobre el jabón echa vinagre» (Pr. 25: 20). El dolor humano debe de ser tratado con tacto. Suele mirar desde un estrado triunfalista, el que nada sufre, al que se está moviendo en medio de la crisis. Ese primero es el que «canta canciones al corazón afligido»; lo hace sin empatía, sin la menor comprensión «del otro», desde una perspectiva malsana e irresponsable. Expresa, en general, inmadurez y ausencia total de previsión respecto a los desbalances de la vida: mañana le tocará a él.

«Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran» (Ro. 12:15). Ese es el equilibrio. Que pocos lo alcanzan.



sábado, 17 de diciembre de 2022

Borges y la tauromaquia

El espectáculo sangriento del torero en la plaza, burlando al toro con la capota roja, maltratándolo con las banderillas y ultimándolo al final del dinámico ir y venir, con la fría espada, ha sido en el tiempo diversión selecta de varias culturas. A la luz de las consideraciones éticas contemporáneas la práctica empieza a despertar mucho rechazo en todos los que aman la vida animal como creación de Dios. Esta fue traída a la existencia para el sustento y no para el sufrimiento que le infringen los que convierten tal espectáculo en una fiesta sádica.

En 1979, en el contexto de un homenaje que hicieran al escritor y poeta argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), con motivo de sus 80 años, el locutor y periodista Antonio Carrizo en su programa «La vida y el canto» le preguntó a su compatriota: «Señor Borges, ¿qué opina de la tauromaquia? ¿Cuál es su concepto sobre la figura del torero?». El más universal de los escritores argentinos contestó:

 

La tauromaquia es una de las formas vigentes de la barbarie. En cuanto a la figura del torero, creo que es esencialmente un cobarde. Un hombre que, con todo un aparato racional de estrategias, entrenamientos, armas, estocadas practicadas, clases y mucho estudio premeditado, se mide frente un animal pasmado por la sorpresa, por la ansiedad; un animal que no tiene otro recurso que los reflejos de su instinto primario…

Bajo esa disparidad podemos medir el valor de los toreros. La valentía verdadera no soporta desniveles tan abusivos. Por eso para mí los toreros no son valientes, sino más bien bufones; los bufones de la valentía (1).

 

Dios tiene compasión también de los animales. Es curioso, en el último versículo del libro de Jonás, en la amonestación que hace el Señor a su profeta, le dice, a modo de cierre: «¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?» (Jon. 4: 11).

Tratando el tema del afán y la ansiedad, Jesús atrae la atención de sus discípulos acerca del cuidado que tiene Dios de su creación, cuando les dice: «Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta» (Lc. 12. 24).

La creación es la creación de Dios y el hombre es tutor de la naturaleza para su bienestar y desarrollo, no para su maltrato y destrucción. Nos ayude el Señor a entenderlo.

 

 

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(1) Editorial. La Crónica de Chihuahua. 12 de noviembre, 19:00 p. m. http://www.cronicadechihuahua.com/Borges-y-la-tauromaquia-una-de-las-formas-vigentes-de-la-barbarie.html Accedido: 17 de diciembre de 2022, 12: 58 p. m.



viernes, 16 de diciembre de 2022

No se enseñan valores sin tenerlos

Los valores no se enseñan, se transmiten de vida a vida. Por eso son tan difíciles de lograr; muchos pretenden enseñarlos a otros sin llevarlos previamente en sí. No son pocos los que confunden valores con fórmulas e instrucciones, y no debe de ser. Los valores se auto revelan en la conducta de los que los transmiten, y desde allí irradian como el sol a la tierra.

La grandiosa vida de oración del Señor Jesús fue lo que llevó a sus discípulos a reproducir en sí tal modelo; se transparenta en el ruego que le hicieran: «Señor, enséñanos a orar» (Lc. 11: 1).

Un líder sin valores es un mero instructor y pasará por su cargo sin dejar huellas.

Un líder con valores marcará para siempre la vida de todos los que estuvieron bajo la ministración. Su influencia permanecerá aún más allá de su muerte.



jueves, 15 de diciembre de 2022

¡No, Sagan, no somos polvo de estrellas!

El célebre astrofísico norteamericano, Carl Sagan acuñó una frase con la que pretendió describir la naturaleza humana. Él dijo: «Somos polvo de estrellas»; y no, no lo somos; en el más depravado de los seres humanos está la Imago Dei (Imagen de Dios). «… ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies» (Sal. 8: 4-6).

No fue polvo de estrellas el ingeniero Neil Armstrong, cuando capitaneó la Apolo XI, alunizó el 20 de julio de 1969, y tronó desde aquel reflector de sol: «Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad».

No fue polvo de estrellas el Dr. Jesse Lazear, cuando expuso su brazo a la inoculación de la fiebre amarilla para mostrar al mundo, con su muerte, el origen de la asoladora pandemia.

No fue polvo de estrellas la madre Teresa de Calcuta, cuando, delante de Facundo Cabral, abrazó a aquella leprosa agónica dejada por su familia en un depósito de basura.

No fue polvo de estrellas Cristo, cuando vino al mundo y se hizo hombre; ni murió en la Cruz por salvar a miserables polvos estelares. Nadie dio más valor a la humanidad caída que nuestro amado Salvador.

No, Sagan, no somos polvo de estrellas. El Dios que nos hizo nos dio un gran valor en Jesucristo. Él murió por nosotros.



miércoles, 14 de diciembre de 2022

No retenga la bendición de los demás, y Dios no retendrá la suya

Me daba temor retener las ofrendas de los pobres, aquellas que gestionaba en el exterior durante mi fértil pastorado en Santa Amalia, La Habana, en mi lejana Cuba. Arrancaba mi motor JAWA-250 y allá me iba, el mismo día o el siguiente, no más. Viajaba hasta El Diezmero o Alamar, según fuera, donde estaban aquellos a quienes les había sido enviada. El principio del accionar dinámico era uno: no retener la bendición de alguien, especialmente cuando, como en aquellos casos, era pobre. Lo importante era, en otras palabras, no ser un estorbo, un palo atravesado en el río por donde debía correr fluida el agua fresca…

«Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá; pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende» (Prov. 11: 26). 

Con los años vi a tanta gente hacer algo así, retener la bendición de los demás. Hace no mucho tiempo, muy lejos de aquí, en un momento muy crítico, un buen hermano me envío algo. Realmente lo necesitaba con premura, pero el mensajero-mensajera lo retuvo. Dejó pasar los días y los días… Una tarde en que le llamamos para otro asunto, nos dijo: «By the way..., tengo algo que le mandaron a ustedes». Tal vez esperaba que el tiempo pasara y aquel que fue la fuente de la bendición lo olvidara… Muy afectado le dije a mi esposa: «Eso no fue lo que yo sembré en casi cuarenta años de ministerio».

Pronto aquel lejano mensajero perdió el ministerio, y con él, lo perdió todo...

Tenga cuidado: «…todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (Gá: 6: 7).

Sea canal y no estorbo.

Nunca retenga la bendición de los demás, y Dios no cerrará la fuente de la bendición sobre usted.

Nunca retenga la bendición de los demás, y Dios no retendrá la suya.



martes, 13 de diciembre de 2022

De insensatos y culpables

Hoy lo leía: «La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón» (Pr. 19: 3). Hoy lo leía en los Proverbios. ¡Qué verdad tan grande! Vea el espectáculo de un mundo caminando festinado los peores rumbos, conscientes del mal que hacen y lo mucho que se deshonran. Vea a la gente dando rienda suelta a las peores explosividades de ira, emprendiéndolas contra el inocente. Véalos alcoholizados, drogados, gastando el breve tiempo de la existencia entre conductas autodestructivas que acarrean a la corta daños, muchas veces irreparables a sí y a los demás, para entonces volver la mirada al cielo, culpando a Dios de todo el mal.

Nuestra insensatez destruyó el mundo: transfiramos la culpa a Dios. Ya el 17 de enero de 1918, un pelotón militar ruso lo fusiló. Al amanecer de ese aciago día lanzaron descargas contra el cielo a fin de ejecutar al máximo culpable.

No hay verdad mayor. Lo será cada vez más en la medida que nos acerquemos a los tiempos del fin: «La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón».



lunes, 12 de diciembre de 2022

¡Última hora! ¡Acaban de terminar todas las guerras del mundo!

Por acuerdos de la “Asociación Internacional de Niños por la Paz”, a partir de hoy todo presidente o dignatario que declare una guerra será colocado en la primera línea del frente de batalla con toda su familia. Se le prohibirá adicionalmente el acceso a las trincheras. Peleará a campo descubierto. Este acuerdo cobró vigencia hoy a las 12:00 Horas.
No sabemos si tendrá relación con esto, pero respetables medios de prensa aseguran que Vladimir Putin ordenó la retirada inmediata de tropas y unidades blindadas de combate desde Ucrania. Por su parte el chinito Xi Jingping, le mandó una cartica amistosa a Tsai Ing Wen, Presidenta de Taiwan. En ella le manifiesta haber sentido de pronto tremendo cariño por ella haciéndole participe del compromiso adicional de no invadir jamás la otrora añorada isla. El Congo que está envuelto en guerras internas desde 1996, acaba de pacificarse toda. A la par, Yemen, Siria, Myanmar… Hay una inusitada declaración de paz en todas partes. 
Algunos creen que el mencionado acuerdo ha influido en la inusitada toma de decisiones, pero los presidentes de las naciones mencionadas aseguran que todo ha sido casual. 
Expertos afirman que hemos entrado en una era de paz que difícilmente se turbe, al menos mientras esté vigente el acuerdo de la organización internacional de niños.
Reportó: CNNN (CNN de los Niños).


domingo, 11 de diciembre de 2022

¿Quién lo hallará?

«Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?» (Pr.  20: 6). Era el lamento querellante de Salomón. Lo pronunció en tiempos en que un hombre moría por su palabra y la gente creía en juramentos y pactos.

¿Qué diría el exaltado rey de llegar a vivir hoy?



sábado, 10 de diciembre de 2022

El suicidio no existe

Muchos creen ver en el suicidio el fin. Este les da, además, una sensación de control sobre el Universo, al cual creen hacer desaparecer al morir, con todo lo malo que supone para ellos, pero no es así: El Señor Jesús enseñó: «y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación» (Jn. 5: 29).

No podemos escapar a la inexorable ley de Dios: «…está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (He. 9: 27).

El suicidio nunca es la solución. Reciba a Cristo como Salvador personal y quite de sí, el peso que le agobia y le hace insoportable la vida. Entre al camino de la salvación y la vida eterna, por el valor del sacrificio que el hizo en su favor, y escape de la ira venidera. Dios le ama, y le llama al perdón y la reconciliación.

Cristo es la solución; el suicidio no; este último es un camino de perdición. La vida la dio Dios, y nadie, ni siquiera uno mismo tiene derecho a destruirla. Dios le proveyó un camino de escape a la crisis que le puede estar agobiando. Ese camino es Cristo. Él dijo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar» (Mt. 11: 28).



viernes, 9 de diciembre de 2022

Creer

En la interpretación incomparable de: Coro de la Iglesia Evangélica Pentecostal Villa Alemana, Chile.

https://youtu.be/NmvJhFZQQG8?list=PLRdoGDaQflqtPIsm07sIi6-n-sl_7NgFf

 

Creer es más que una simple palabra,

creer es más que una declaración.

Creer es declarar lo que tus ojos aún no han visto,

teniendo la confianza,

de que un día Dios lo hará.

 

Creer es adorarle aun en medio de la prueba,

creer es no dudar en Su Palabra de poder,

creer es doblegarse a los pies de Jesucristo,

y dejar en Sus manos poderosas tu necesidad.

 

Coro:

 

Solo creer con todo tu ser,

cierra tus ojos y verás,

lo que anhela tu corazón,

Dios te lo dará.

Cristo lo va a hacer, creer, creer,

con firme fe, creer, creer,

espera en Él, tan solo creer.

Dios tiene poder.

 

«Si Tú dices a mi siervo que sea sano,

yo sé que mi siervo sanará».

Así declaró aquel centurión romano,

que creyó completamente en el poder del Salvador.

 

«Si tan solo tocare su manto,

yo sé que sana yo seré»,

así declaró aquella mujer valiente.

Entre aquella multitud tocó su manto,

y sana fue.

 

Solo cree con todo tu ser,

cierra tus ojos y verás,

lo que anhela tu corazón,

Dios te lo dará.

y solo va a ser creer, creer,

con firme fe creer, creer,

espera en Él tan solo creer,

Dios tiene poder.

//Jesucristo está obrando,

rompiendo cadenas.

Él está sanando,

tu alma y tu cuerpo

dale gloria al Rey.

Él tiene el poder.

Dale gloria al Rey. //