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martes, 17 de noviembre de 2020

Así lo quiso Dios

El lunes 14 de octubre de 2002, mientras oraba, recibí del Señor un orden para el trabajo de la enseñanza bíblica en el Templo que pastoreábamos mi esposa y yo, en Santa Amalia, La Habana, Cuba. Según lo que sentí debía impartir un capítulo del Nuevo Testamento desde Romanos hasta Apocalipsis, en cada escuela dominical; tenían lugar en la mañana; debía predicar en los evangelios en la noche. El problema era que tal cosa tenía un enfoque prospectivo muy prolongado, y la Iglesia se desestabilizaba mucho, gracias a los enemigos de la fe de dentro y de fuera de la obra (los de dentro siempre fueron peores). Alguno se rio de la visión. Otro aseguró que no terminaría nunca. No mucho tiempo atrás la hermana MS., había concluido despectivamente: “Ustedes no duran aquí ni dos años”. Para entonces no pude sino recordar aquella escena leída, narrada en Tal como soy, por Billy Graham: en enero de 1960, mientras este se encontraba en Kaduna, Nigeria, importante sede musulmán, el sultán de allí, osó decirle: “Dentro de diez años ustedes los cristianos serán empujados al mar”. El célebre evangelista norteamericano le contestó: “Eso está en las manos de Dios”. Así, con las mismas palabras, le contesté a MS.: “Eso está en las manos de Dios”. Aquel sultán murió degollado seis meses después (1). Aquella hermana perdió su matrimonio un año después...

El domingo 20 de octubre de 2002, comencé en la escuela dominical del Templo “Palabras de Vida” de las Asambleas de Dios en Santa Amalia, La Habana, Cuba, en el capítulo 1 de Romanos. Fue la clase número 1.381, de mi ministerio allí. Terminé el Nuevo Testamento con el capítulo 22 de Apocalipsis, el 25 de noviembre de 2012, con la clase número 2.598. Fueron 1.217 clases. Demoré diez años, un mes y cinco días.

Pastoreamos aquel Templo dieciocho años, cuatro meses y tres días. Así lo quiso Dios.

 

 

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(1) Billy Graham. Tal como soy. Miami: Editorial Vida, 1987, p. 380.




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