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viernes, 5 de febrero de 2021

Tres himnos para toda la historia

Tres himnos aparecen en el Evangelio según Lucas. Sus nombres, en la tradición, usan locuciones latinas, tomadas de la versión de la Biblia al latín. Estos son:

 

Magnificat (Engrandece). Es una respuesta en el Espíritu de María, la madre del Señor Jesús, al momento en que su familiar cercano, Elisabet, le bendice, en el encuentro que tienen en el hogar de esta última.

 

Entonado por María en Lucas 1: 46-55:

 

46.  Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor;

47.  Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.

48.  Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. 

49.  Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, 

50.  Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen. 

51.   Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.

52.  Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. 

53.  A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.

54.  Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia. 

55.  De la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.”.

 

Benedictus (Bendito) Son palabras en el Espíritu del sacerdote Zacarías, al nacimiento de Juan el Bautista, y cumplimiento, por ende, de las palabras del ángel.

 

Entonado por Zacarías, en Lucas 1: 68-79:

 

67.  Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo: 

68.  Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo, 

69.  Y nos levantó un poderoso Salvador en la casa de David su siervo, 

70.  Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio; 

71.   Salvación de nuestros enemigos, y de la mano de todos los que nos aborrecieron; 

72.  Para hacer misericordia con nuestros padres, y acordarse de su santo pacto; 

73.  Del juramento que hizo a Abraham nuestro padre, que nos había de conceder 

74.  Que, librados de nuestros enemigos, sin temor le serviríamos 

75.  En santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días. 

76.  Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;

77.   Para dar conocimiento de salvación a su pueblo, para perdón de sus pecados, 

78.  Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora, 

79.  Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz. 

 

Nunc Dimittis (Ahora dejas). Palabras de Simeón, hombre, justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel, pronunciadas en Jerusalén, ante la llegada de José y María, con Jesús en brazos.

 

Entonado por Simeón, en Lucas 2: 29-32:

 

29.  Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; 

30.  Porque han visto mis ojos tu salvación, 

31.   La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 

32.  Luz para revelación a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel.



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