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lunes, 22 de febrero de 2021

Qué extraña afirmación para alguien con tanta imaginación

Stephen Hawking (1942-2018), fue el más destacado físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico de nuestro tiempo. Hoy leía las palabras con las que asombró al mundo, divulgadas por un video hecho para Discovery Channel, en el que comenta: “Cuando la gente me pregunta si Dios creó el universo, les digo que la pregunta en sí misma no tiene sentido (…). El tiempo no existía antes del Big Bang, así que no había tiempo en el que Dios pudiera crear el universo” (1). Tal respuesta es muy extraña, porque en ella Hawking coloca a Dios dentro de la tetradimensionalidad humana. Quien dijo esto, no parece ser la misma persona que afirmara en 2010, a la cadena estadounidense ABC: “Uno no puede probar que Dios no existe”. Este último comentario sí era consistente con el sentido filosófico y teológico de la trascendencia de Dios; le colocaba, obviamente, en completo enfrentamiento con la anterior afirmación.

¿En qué punto del camino encontraría Hawking el atasco que le llevó a contradecirse así? Dios se evidencia a sí mismo: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Ro. 1: 20). Bíblicamente, Dios se evidencia a sí mismo, pero el hombre no puede demostrarlo por una razón: es trascendente. Está fuera y más allá de toda relación física con el limitado mundo que vivimos, donde la ciencia calcula ya la existencia de diversas dimensiones, matemáticamente calculadas, en que han de estarse moviendo las infraestructuras del propio universo, cuánto más su Creador. “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Is. 55: 9).

“Para mí, la solución más simple es que no hay Dios, nadie creó el universo y nadie dirige nuestro destino” (1). Afirmaciones adicionales de esta naturaleza en boca de Hawking, son una nueva, reforzada y penosa contradicción. Decir “la solución más simple es que no hay Dios”, implica un reduccionismo claustrofóbico, filosófica y científicamente hablando; algo muy indigno de un científico.

La física teórica, la cosmología y las matemáticas superiores, ciencia esta, en la que Stephen Hawking ocupó la llamada “Silla de Newton”, son un desbordado mundo de imaginación científica. Einstein confesó que no fue la inteligencia, sino la imaginación la que le llevó al descubrimiento más revolucionario de la era moderna: la Relatividad General y Especial. Por el mismo camino, fue la imaginación la que llevó a Hawking a sus sacudidores aportes en la teoría de los Agujeros Negros y la Astrofísica en general. Por eso me resulta una experiencia rara leer de él cosas así. Qué extrañas afirmaciones para alguien que tuvo tanta imaginación.

 

 

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(1) BBC News. Redacción BBC Mundo. “El Dios "innecesario": por qué Stephen Hawking no creía que el universo hubiera sido creado por un ser superior”. https://www.bbc.com/mundo/noticias-43411382 Publicado: 17 de marzo de 2018. Accedido: 18 de febrero de 2020, 1: 55 PM.



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