Malos negocios los de nuestro tiempo:
Predicadores, por aduladores. Adoradores, por cantantes.
Diáconos, por contadores. Diaconisas, por oficinistas.
Semana Santa, por vacaciones veraniegas. Navidades, por reuniones alcohólicas.
Amor, por permisión. Perdón, por reposición.
«Sufre penalidades» (II Ti. 2: 3), por «pare de sufrir».
Voz de Dios, por voces de hombres.
Malos negocios los de nuestro tiempo. Muy malos negocios.
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