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jueves, 6 de abril de 2023

Eso costó

El pecado es la génesis del sufrimiento humano. Cada gemido de dolor se levantó desde su cimiento. Contrastantemente el promedio de las personas se mofa de él. La mención siquiera de la palabra mueve a burla y ligereza.

Como tema se llevó a la pintura, el teatro, la literatura y el cine. Es comentario recurrente en los corrillos universitarios. Ya los políticos lo desconocen en la evaluación de sus aptitudes. Es la obviedad y la burla moderna. Es el pecado.

Mucho dicen de sí, los que se burlan de él. «Los necios se mofan del pecado» (Pr. 14: 9a), y las redes sociales ampliaron el diámetro de la necedad humana. Las escenas más degradantes y vergonzosas se publican con insano humor. Los comentarios siguientes expresan un mar de diversión entre los que comentan. Depravaciones, escenas humillantes, lenguaje soez, abuso de la mujer, maltrato animal, bailes sensuales...  Irradian las tales escenas ondas de hilaridad con sonido vacuo, luz fatua, olor amoniacal, y un eco de diversión sigue a la publicación.

¿Cómo pueden reír? «Los necios se mofan del pecado» (Pr. 14: 9a). Parece que, cada día, son más los que cumplen tal condición. El necio es uno que no piensa en lo que ve, ni en las consecuencias de lo que hace. No mide el dolor que puede causar, ni siente empatía por el sufrimiento de sus semejantes.

El necio nunca pensará en lo que costó el pecado. Costó todo lo digno y elevado en que se pueda pensar. Costó el silencio confundido de los ángeles. Costó el dolor del Padre. Costó la Sangre de Su Hijo. Eso costó. «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados» (Is. 53: 5).

Y el necio no piensa.



1 comentario:

  1. Un corazón agradecido no podrá retribuir jamás lo que el Hijo de Dios hizo por él. Vivir para Jesús es el privilegio excelso de la humanidad.

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