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jueves, 30 de marzo de 2023

Reyes pidieron, reyes tuvieron, y no les faltó la advertencia de Dios

En Primero de Samuel 8: 4-6, se lee:

 

4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel,

5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.

6 Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová.

 

Dios atendió a la oración de Samuel. Pronto el profeta supo que Dios no quería reyes. Él sabía lo que harían los reyes desde aquel día hasta hoy:

 

7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. 

9 Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos. 

10 Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey. 

11 Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; 

12 y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. 

13 Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. 

14 Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. 

15 Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. 

16 Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. 

17 Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. 

18 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día (I Sa. 8). 

 

La advertencia fue solemne y clara, pero ellos la tuvieron en poco; querían parecerse a los demás pueblos de la tierra. Así continúa Primero de Samuel 8: 19, 20:

 

19 Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros; 

20 y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras. 

 

Una vez más el profeta va a la presencia de Dios, y el Señor, dando un ejemplo bíblico de voluntad permisible, contesta: «Y Jehová dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos» (v. 22).

En la historia siguiente de Israel y de los demás pueblos. Las crueldades descritas por Dios las harían sobradamente los reyes: enviaron a los jóvenes a la guerra, tomaron para sí sus doncellas, se apropiaron del fruto de las tierras; de lo mejor de sus rebaños tomarían posesión.

Eso hicieron los reyes, los presidentes, los líderes que no levantó Dios.

Reyes pidieron, reyes tuvieron, y no faltó la advertencia de Dios.



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