«Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; mas un pecador destruye mucho bien» (Ec. 9: 18).
Uno trata de minimizar en el pensamiento las consecuencias del mucho mal que hacen esos que tanto estorban, al no tener presentes a Dios en sus caminos, pero la Biblia enseña que hacen mucho mal al destruir «mucho bien».
Desde dentro y desde fuera de la casa de Dios eso hacen: destruir. Salen al paso del siervo auténtico para cerrarle el camino, mutilarle la influencia. Destruir; ¿destruir qué?; mucho bien.
Existen como estorbos, estorbos de mucho bien.
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