Avance

Título: Avance

 

 

Lectura bíblica: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil. 3: 13, 14). 

 

Desarrollo

 

I. Avance cuando oiga a Dios.

 

«Levantaos, vamos de aquí» (Jn. 14: 31). Son palabras de Jesús. Al oírla los discípulos se levantaron y partieron con Él. Jesús los llevó a Getsemaní.

Muévase del lugar cuando Dios le indique que lo haga.

Moverse en el Espíritu siempre es avanzar, aunque a veces implique ir a un lugar de tristeza como aquel.

 

 

II. Avance cuando no oiga a Dios.

 

Moisés tomó decisiones difíciles al identificarse con su pueblo, y dejó Egipto. Aquella decisión le llevó al desierto.

Avanzó escuchando el llamado de su pueblo y la integridad de su corazón.

 

«Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible» (He. 11: 27).

 

 

III. Avance siempre.

 

«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil. 3: 13, 14). 

 

Mirar atrás resta voluntad de avance, porque el pasado desalienta con la memoria de sus fracasos. Pablo decidió mirar adelante.

Filipenses es una epístola carcelaria. Pablo enseñó con su vida y ministerio que es posible avanzar siempre, aún en la cárcel.

 

 

Conclusiones

 

El agua que se estanca se pudre.

La vida cristiana es un río. El Espíritu de Dios dentro de nosotros no es agua estancada, es un río de agua viva, y corre siempre (Jn. 7: 38).

Avance cuando oiga a Dios.

Avance cuando no oiga a Dios.

Avance siempre.