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lunes, 30 de enero de 2023

El pensamiento de malicia

Adán y Eva estaban desnudos y no sentían vergüenza. Transgredieron un mandamiento estricto que Dios les dio y comieron de árbol de la ciencia del bien y del mal; su fruto marcaba el límite de obediencia y sujeción de la primera pareja humana al Dios que les creó. La consecuencia más inmediata tuvo que ver con el primer pensamiento de malicia que se registra en la historia de los tiempos: "Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales" (Gn. 3: 7). "Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí" (vv. 9, 10). 
Las personas que caminan lejos de Dios tienen pensamientos de malicia que a veces sorprenden por lo retorcidos que llegan a ser. Tuve un líder en Cuba que todo lo entendía al revés. Nunca conocí a una persona en un cargo tan alto que exhibiera una malicia tan grande en su corazón. Un día concluí que estaba enfermo. Y es que la malicia es una enfermedad general que llegó con aquella primera transgresión. Por alguna razón en unos se expresa más que en otros; pero ¡qué estorbo tan grande llega a ser cuando está en un líder!; ¡cuánto mal hace y cuánta culpa acarrea a su vida! 


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