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domingo, 22 de enero de 2023

Aquel aciago pedido de los cubanos

Fue en 1915. Un grupo de cubanos ilustres unieron firmas para pedir al entonces papa Benedicto XV (1854- 1922) la canonización de la Virgen de la Caridad del Cobre. Entre estas personalidades se encontraba el Mayor general del Ejército Libertador cubano Jesús «Rabí» Sablón Moreno (1845-1915).

 «Rabí», maestro en hebreo, era un sobrenombre heredado de su padre. El general lo compartió con sus hermanos.

En el contexto de la presencia militar norteamericana en Cuba, entre 1898 y 1902, por más que esta auxilió decisivamente la independencia, el general Rabí se negó a ocupar cargos públicos. En 1906, durante la segunda presencia militar estadounidense, el general Rabí viajó a La Habana, para pedirle al representante Charles E. Magoon, la restauración de la independencia. En 1915, unió su firma a los cubanos que enviaron una carta al papa pidiendo la canonización de la Virgen de la Caridad del Cobre y si bien no tuvo ningún logro en sus anteriores incursiones, en esto sí lo tuvo.

Qué bueno hubiera sido que, tan obstinado empeño, hubiese sido puesto en función de llevar el pueblo de Cuba a Cristo, y no a las imágenes de yeso, que «Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tampoco hay aliento en sus bocas. Semejantes a ellos son los que los hacen, y todos los que en ellos confían» (Sal. 135: 16-18).

La Virgen de la Caridad del Cobre terminará sincretizada en Oshún en el panteón Yoruba. Se le verá una y otra vez recorrer las calles de Cuba. El pueblo correrá a besarla; le traerán ofrendas y promesas. Le construirán un suntuoso santuario en el cerro Maboa, poblado El Cobre, a escasos veintisiete kilómetros de la ciudad de Santiago de Cuba, a cuya Arquidiócesis pertenecerá. Sin transporte la gente peregrinará allí. Mientras tanto los corazones de la mayor parte de los cubanos en un ejercicio de rebeldía moral no vendrán a Cristo. Creyéndose fieles, los devotos de este ente pagano ni en sombra han tenido idea de lo que es nacer de nuevo, y la sede de ese santuario como Arquidiócesis, que es la Ciudad de Santiago de Cuba, segunda capital de la isla, vendrá a ser hasta hoy una de las locaciones más violentas y alcoholizadas del país.

Ese mismo año, en que el general Rabí se uniera a tan extraño pedido, el 5 de diciembre, enfermó y murió en su casa de Baire, oriente cubano.

En 1926 se terminó de construir el actual Santuario, ese año vino sobre Cuba uno de los peores ciclones de toda su historia, el llamado «Ciclón del 26». El santuario anterior se había desplomado en 1906 por las sacudidas sísmicas ocasionadas por las explosiones de las minas cercanas. La inauguración de la nueva construcción tuvo lugar el 8 de septiembre de 1927, de ahí el día de tan aciaga celebración. En 1998 el papa Juan Pablo II vino a Cuba y la coronó como «virgen patrona» (1).  

Es penosa tanta ignorancia bíblica, y la permisión de la Iglesia católica de que el pueblo haga un algo así. El tema se ha discutido extensamente con ellos; el clero católico afirma que no enseñan la adoración de ídolos y no promueven lo que el pueblo hace. No es verdad. Lo propician, lo secundan y lo aplauden; disfrutan la ignorancia bíblica de la gente; celebran que alguien se arrastre por los escalones de la entrada de la basílica hasta sangrar, en nombre de una promesa que jamás Jesús inspiró.

Ellos ven al pueblo correr desenfrenado en el mayor desbocado paganismo y no lo frenan, teniendo poder para hacerlo: «Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno» (Dt. 22: 8). 

¿Qué hizo el rey Ezequías cuando vio que el pueblo quemaba incienso a la serpiente de bronce que levantó Moisés en el desierto por orden directa de Dios? Así lo registra Segunda de Reyes 18: 4: «el hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán» (II Re. 18: 4), que significa, despectivamente, «cosa de bronce». ¿Agradó a Dios lo que hizo Ezequías? Lea en el versículo siguiente la evaluación bíblica de su vida: «En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá» (II Re. 18: 5).

Mucha culpa tienen, sacerdotes católicos cubanos. Vuélvanse a Dios, como se volvió Ezequías; lleven el pueblo de Cuba a Cristo y no a representaciones de yeso, y termine la historia de fracasos y miserias interminables, que no tienen otra raíz que el espaldarazo dado al Dios verdadero por todos los que corrieron tras de ustedes en pro de la más desenfrenada idolatría.

«Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová» (Jl. 2: 17).



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(1) Mario L. Blanco Blanco. Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, Santiago de Cuba. Publicado: 8 de febrero de 2018. https://www.viceversa-mag.com/santuario-la-virgen-la-caridad-del-cobre-santiago-cuba/ Accedido: 21 de enero de 2023, 1: 53 p. m. 



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