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jueves, 21 de julio de 2022

También mueren los lugares donde fuimos felices

En el mes de noviembre de 1986, apenas comenzado el sexto año de la carrera de medicina, me enviaron a prestar servicio social a Güines, sur de La Habana. Mi hospital sede sería para entonces el «Aleida Fernández». Mi trabajo era atender allí, en una consulta aledaña a los estudiantes de los campamentos de Escuelas al campo de los alrededores que venían enfermos. Muy cerca se encontraba el campamento «Bizarrón», donde estuve en enero de 1979, durante cuarenta y cinco días. Por años había recordado aquellas semanas como inolvidables ensueños de juventud y tratos de Dios. En «Bizarrón», con mis amigos cercanos, libré graves responsabilidades con éxito. Sus días dejaron algunos de mis más gratos recuerdos.

Fue así que una mañana despejada de trabajo decidí volver allí. Salvé los cuatro kilómetros que me separaban de tan memorable sede en un pequeño vagón de tren al que llamaban Karata. Mi humilde expectativa descansaba en creer que todo se vería igual a como lo recordaba. Fue por eso que al llegar mucho me sorprendió no poder reconocer casi nada. Apenas pude identificar la posición del albergue, y de los caminos que conducían a los campos donde tanto trabajé. No identifiqué el comedor donde permanecía hasta altas horas de la noche haciendo cálculos e informes como jefe de producción del campamento. Algo faltaba en todo; tal vez la vida de aquel tiempo.

Qué extraño me sentí. Un lugar tan querido y cercano en el recuerdo… Apenas lo reconocí.

Con los años me pasó tantas veces: lugares de añoranza a los que volví después de mucho tiempo, para solo ver que ya no eran nada de aquello que recordaba…

Efe Rosario (Félix Miguel Rosario Ortiz), escritor y poeta puertorriqueño, publicó un poemario que devino en Premio Internacional de Poesía Juan Ramón Jiménez. Él le llamó También mueren los lugares donde fuimos felices (1). Aquel título explicó mi experiencia.

El viejo Borges nos dejó todo un apotegma, cuando dijo: “No se extrañan los sitios, sino los tiempos” (2). Hubiera querido que el anciano poeta argentino no tuviera razón, pero la tenía. La tenía.

  

 

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(1) Efe Rosario. También mueren los lugares donde fuimos felices. Coral Gables: Juan Ramon Jimenez Foundation, 2010.

(2) Beatriz Vanegas Athías. “Se extrañan los tiempos”. https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/beatriz-vanegas-athias/se-extranan-los-tiempos-column/ Publicado: 11 de enero de 2021. Accedido: 30 de julio de 2022, 6: 40 p. m.



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