“Está muy turbia el agua crecida del Contramaestre” (1). Qué extraña premonición se siente en esas palabras de José Martí escritas en su Diario de Campaña, el 17 de mayo de 1895, a escasas horas de su extraña muerte. Qué raras se leen y sienten para los que, del otro lado de la historia, conocemos las cosas que seguirán dos días después.
Sí que estaban turbias las aguas, tanto que no han aparecido las páginas que arrancó Máximo Gómez de aquel diario tras la muerte del más universal de los cubanos.
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(1) José Martí. Diario de campaña. 17 de mayo de 1895.
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